(Tomás Mercante)
Vos también podés resignarte.
Desde una actitud positiva
y ante una realidad hostil, indeseable,
que no ofrece certezas ni oportunidades,
la resignación inteligente
puede ser una buena decisión.
Hay que ser decidido, aventurarse
a la resignación, es una oportunidad de
integración.
No estás solo, unas vez resignado
podrás disfrutar de todas las ventajas
de pertenecer a un colectivo inorgánico
pero mayoritario, y con vocación de crecer.
No te resignes a la marginalidad.
No tenés por qué sentirte diferente.
No estás sólo: todos somos únicos.
Yo también era un inadaptado, pero gracias
a la resignación controlada, pude superarme
y gozar del sentido de pertenencia.
Vos también podés ser un resignado.
Aceptar te transforma, negar te paraliza:
Aceptá todo: Aceptate.
La realidad es conflicto, no se puede
cambiar el mundo: quienes lo intentaron
terminaron mal, o bien, se resignaron y
reconvirtieron.
El que no se resigna, vive en tensión,
malgasta sus energías, padece y se amarga.
El resignado se adapta a todo y sobrevive:
Es lo que hay, acepta sin conflicto.
La resignación prolonga la vida
( incluso, más allá del
sentido )
Todos tenemos algo que resignar.
No todo está perdido.
Resignarse siempre suma.
Sumate.
Emprender la resignación
puede ser trabajoso, pero es una decisión
cargada de futuro: asegurá tu futuro.
Vení, la resignación te necesita,
vos también podés sentirte necesario.
Decidite:
Animate a emprender!