Función poética: fuerzas productivas y órganos funcionales
Sabemos poco del poema
-hay poemas y poemas-
Sabemos:
hay poemas, cuerpos, extensiones
y excrecencias de diversa procedencia
Sabemos desguazarlo, separar
sus partes: conocemos la vivisección
del poema
Sabemos: no es una ciencia
hacer poemas
No hace falta saber latín
ni haber leído a Francois Villon
ni saber que es el spleen
ni conocer a González Tuñón
No se requieren requisitos,
ni habilitación profesional, ni
experiencia previa verificable
Ni siquiera un motivo se requiere,
se puede profesar, la práctica poética
en distintos ámbitos, en cualquier
circunstancia, aún en las peores condiciones
El poema, puede carecer de causa
servirse -crudo ó cocido- en cualquier
parte de la casa... Servirse, incluso, de
rumores enemigos como de malos ejemplos
El poema puede más,
es más: un buen poema, siempre es más
que la suma de sus partes
Puede carecer de causa, se repite -la
repetición es un recurso poético- girar sobre
sí mismo, sobre su eje, ó acaso no girar,
pero no puede prescindir de un eje: todo
cuerpo necesita uno, y el cuerpo del poema
no es ajeno a esta ley
Sin eje no hay función:
sin función no hay verbo ni poema
ni cuerpo del poema
Sabemos: la función poética
está sujeta a condiciones:
En condiciones naturales, el cuerpo
del poema alcanza un desarrollo
(aunque la vida útil del poema escapa
a la voluntad de su hacedor y
viceversa)
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