viernes, 27 de septiembre de 2013

Excesos verbales


(Tomás Mercante)



-Escribir es humano, leemos.
-Leer también...
-Pero para poder leer, primero hay que escribir...
-Nadie escribiría nada si no contemplara la
posibilidad de ser leído. Leer, es más humano:
hay quienes leen pero no escriben...
-También lo inverso: yo escribo pero no leo.
-¿Por qué no lee? ¿No sabe?
-Sí, pero creo haber agotado mi vida útil como
lector, y la escritura no me deja tiempo para leer:
debo leer y releer lo que escribo, leer y corregir,
algo fatigoso.
-Pero para escribir, primero hay que leer...
-Sí, hay que haber leído. Acaso nunca leeremos
lo suficiente...
-Eso parece más humano, reconocer la insuficiencia,
lo limitado de la condición humana; un buen punto
de partida, en principio...
-En principio no sabemos qué es lo humano, qué es
lo que nos define como humanos: ¿la inteligencia?
¿la memoria? ¿la conciencia? ¿la inversión?
¿la violencia? ¿el lenguaje?
-En un principio fue el verbo, después vinieron los
adverbios, sustantivos, conjunciones, etc.
-No creo: me inclino a creer que lo primero fue
el adjetivo posesivo.
-Sin verbo no hay sujeto; el sujeto no es nada sin el
verbo: sin verbo no hay acción y sin acción no hay
vida.
-Hay buenas y malas acciones, acciones propias e
impropias, útiles e innecesarias, pero la acción que
mejor expresa lo humano es la búsqueda de sentido,
ó bien su producción, y entre los sentidos conocidos,
el más necesario y útil es el sentido de propiedad, el
cual no puede sostenerse sin el adjetivo posesivo.


lunes, 16 de septiembre de 2013

No a la unidad


(Vicente Narioh, en "Textos parasitarios")




Es difícil hablar desde un pensamiento propio.
Es difícil hablar de un pensamiento propio, autónomo,
sin relación ni dependencia con otros pensamientos
existentes.
Es difícil sostener la existencia de un pensamiento
soberano, autónomo, que no abreve en otros ni
se reconozca tributario de alguna vertiente de los
pensamientos circulantes en una época y un lugar
determinados.

Es difícil hablar de unidad, en una comunidad
surcada por distintos pensamientos que buscan
imponerse.

Las comunidades sostienen su existencia
en la noción de unidad, una expresión imprecisa
(la unidad de las nociones es tan arbitraria como
sospechosa)

No es posible la voluntad de unidad entre individuos
con intereses distintos, capacidades diferentes,
aspiraciones disímiles -a menudo encontradas- y que
se relacionan entre sí a través de la competencia.

La cantidad, el número, hace a la diversidad así como
opone y reproduce diferencias.

Siempre es difícil mantener la unidad -aún en la
irreductible soledad del individuo-, tanto como mantener
diferencias: Hay un costo.

Algunos prefieren ocultar sus diferencias, ó limarlas ó
lisamente suprimirlas...
Otros las exhiben con orgullo, las esgrimen como armas
ó las enarbolan como estandarte.

Se puede discrepar:
Hay diferencias en cuanto a si la diferenciación debe ser
motivo de orgullo ó no; hay opiniones dividas.
Yo difiero: que cada cual ponga su orgullo donde quiera
ó donde pueda; me es indiferente -mantengo diferencias
internas-

No confío en la unidad, así como descreo de los movimientos
uniformes.
La pretensión de unidad suele conducir al equívoco y su búsqueda
encubrir contradicciones.
No me siento atraído por las fórmulas que expresan el deseo ó
la necesidad de unir, unificar ó uniformar, ni por los discursos
políticos que insisten, para parecer correctos, en recurrentes
convocatorias a la unidad.
No creo en la vocación de unidad ni en la vocación de servicio.
No creo en la vocación: no creo en la unidad.
La idea de unidad presupone renunciar a las diferencias
en pos de la cohesión y en virtud de lo homogéneo.

La unidad, sabemos, en cualquiera de sus formas, es
siempre un estado provisorio y una expresión aparente.

La unidad, como manifestación ó aspiración social, abreva
en el concepto de igualdad, y la igualdad no es más que
una forma de sometimiento a la repetición, quizá la peor.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Poemas dudosos y textos parasitarios


Consistencias   (Vicente Narioh)




La consistencia dudosa,
deseada u obtenida a partir
de sedimentos naturales
y funciones residuales, no
desciende del deseo de hacer, ni
es hija de deseos descendentes

No todo consiste en saber interpretar,
se cree: la realidad  -deseada ó no-
admite siempre otra lectura, incluso
otras, pero es preciso superar
las lecturas obligatorias


No todo consiste en obtener
ni toda consistencia es susceptible
de ser obtenida ni calificada como tal
mientras no se despejen las dudas
naturales

La consistencia deseada
no se obtiene por decantación de
fluídos deseables ni por concentración
de deseos en una solución de continuidad


Un deseo que no puede sostenerse
en el tiempo, nunca llega a destino

Copio:
Hay copiosas muestras de destinos cuya
consistencia parece reducirse a las diversas
formas del acopio
Hay quienes coleccionan dudas
y quienes defeccionan y atesoran restos
de deseos de otros e intentan la reproducción
de algún destino ajeno

Algunos tienen dudas respecto del destino:
buscan un sentido en la repetición ó en la inversión
(que es una forma de repetición)

Otros no dudan, y creen en la necesidad
de llegar a destino a cualquier precio
(Llegar a destino es una metáfora, usada por
quienes llegan, tanto como por quienes no llegan)

Llegar a destino, llegar a buen puerto...
son metáforas. No sé si hay buenos puertos:
hay metas que se reconocen aptas
para el consumo humano,
hay metáforas.


domingo, 1 de septiembre de 2013

Elecciones libres

"Diálogos encontrados" de Robert O. Jara



-Alá es grande...
-Allá es Dios...
-No, allá es un adverbio de lugar.
-Dios está en todas partes, todos los lugares,
y todos los adverbios... Todo lo que vemos
y percibimos es emanación divina, es parte
de la voluntad de Dios. Todo el tiempo está
Dios en todas partes.
-Pero Alá es grande...
-Mejor es ser objetivo.
-No se puede ser objetivo. Los objetivos cambian
más rápido que las necesidades. No hay necesidad
de ser objetivo. El objetivo de toda necesidad es
el cumplimiento de mandatos biológicos, y entre
éstos no figura la objetividad.
-Vea, no conozco las cualidades ni los poderes de su
dios, pero el mío es omnipresente, omnisciente,
omnipotente...
-Omnívoro...
-Bueno, cuando hubo que comer prefirió panes y
peces (tal vez por resultarle más sencilla su multipli-
cación), pero no proscribió ningún tipo de carne,
aunque El, como sabemos, está por encima de las
necesidades de la carne: carece de metabolismo.
-Alguna carencia tenía que tener...
-No, no tiene necesidades materiales, es puro
espíritu, libre de los condicionamientos de la
existencia material, espíritu puro: todas sus emisiones
están libres de impurezas.
-Entonces, no nos creó a su imagen semejanza, podemos
razonar...
-No, no podemos razonar así, El es fuente de toda razón
y justicia.
-¿Justicia? Tengo mis dudas, tanto de la humana como
de la divina.
-Dios es amor...
-Amor selectivo, para el pueblo elegido...
-Bueno.., hay mucha confusión al respecto.
-Sí, muchos dioses y demasiadas dudas en cuanto a la
capacidad electiva de esas deidades... Hay orígenes
dudosos, versiones encontradas, opiniones divididas...
Distintas comunidades se atribuyen la condición de
“pueblo elegido” pero son muchos más los que todavía
se preguntan por qué perdieron esa elección...
-Menos averigua Dios y perdona.



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