(Tomás Mercante)
-Escribir es humano, leemos.
-Leer también...
-Pero para poder leer, primero hay que
escribir...
-Nadie escribiría nada si no
contemplara la
posibilidad de ser leído. Leer, es
más humano:
hay quienes leen pero no escriben...
-También lo inverso: yo escribo pero
no leo.
-¿Por qué no lee? ¿No sabe?
-Sí, pero creo haber agotado mi vida
útil como
lector, y la escritura no me deja
tiempo para leer:
debo leer y releer lo que escribo,
leer y corregir,
algo fatigoso.
-Pero para escribir, primero hay que
leer...
-Sí, hay que haber leído. Acaso
nunca leeremos
lo suficiente...
-Eso parece más humano, reconocer la
insuficiencia,
lo limitado de la condición humana;
un buen punto
de partida, en principio...
-En principio no sabemos qué es lo
humano, qué es
lo que nos define como humanos: ¿la
inteligencia?
¿la memoria? ¿la conciencia? ¿la inversión?
¿la violencia? ¿el lenguaje?
¿la violencia? ¿el lenguaje?
-En un principio fue el verbo, después
vinieron los
adverbios, sustantivos, conjunciones,
etc.
-No creo: me inclino a creer que lo
primero fue
el adjetivo posesivo.
-Sin verbo no hay sujeto; el sujeto no
es nada sin el
verbo: sin verbo no hay acción y sin
acción no hay
vida.
-Hay buenas y malas acciones, acciones
propias e
impropias, útiles e innecesarias,
pero la acción que
mejor expresa lo humano es la búsqueda
de sentido,
ó bien su producción, y entre los
sentidos conocidos,
el más necesario y útil es el
sentido de propiedad, el
cual no puede sostenerse sin el adjetivo posesivo.