(Pascual Rambler)
¡Ocio, quiero mi ocio!
Cantó el poeta popular,
sin auspiciantes ni socios,
sin seguidores ni audiencia,
sin discípulos ni público
¡Ocio, quiero mi ocio!
Siguió cantando, sin gozar
ni padecer otro reconocimiento
que el propio
goce de cantar
y siguió cantando:
el ocio eleva,
el ocio dignifica -a diferencia
del trabajo que es el opio
de los pueblos-
Sin ocio no hay arrobo
cantó, -citando a otro poeta-
ni pensamiento abstracto
ni pensamiento propio
Sin ocio no hay poema.
Sin ocio no hay poema.
*(De "Work songs")
No hay comentarios:
Publicar un comentario