(Tomás Lovano)
La simetría no es sinónimo
de utilidad, ni de justicia; antes
bien, es sólo una condición geométrica
con una pretensión estética, que no
arroja ninguna utilidad -la utilidad
bien, es sólo una condición geométrica
con una pretensión estética, que no
arroja ninguna utilidad -la utilidad
es algo que se arroja-
Ambos términos, simetría y
utilidad, guardan alguna relación
y ambos inducen al equívoco:
La percepción y la conciencia
-hechos subjetivos- determinan
en cada sujeto qué es lo útil y
cuando hay simetría.
La simetría remite al equilibrio,
el orden, el reposo, así como a
la perfección y a la verdad más
natural.
Sin embargo, el observador
objetivo y desinteresado -no son
sinónimos simétricos- encontrará
pronto la refutación a este supuesto:
y la encontrará en el espejo; no somos
pronto la refutación a este supuesto:
y la encontrará en el espejo; no somos
simétricos, ni el universo lo es.
No es condición natural la simetría
y es más lo que debemos a su falta:
nuestro organismo mantiene su equilibrio
siendo perfectamente asimétrico.
Mantenemos una relación asimétrica
con la Naturaleza, con las otras
especies y entre nosotros mismos.
Todos los logros alcanzados por la
civilización humana, y el propio
estado de evolución actual, son
producto
del desarrollo, y sólo conocemos el
desarrollo desigual, sustentado en las
llamadas relaciones asimétricas.
No somos simétricos,
ni cultivamos relaciones simétricas:
Desde las sociedades más desarrolladas
hasta los grupos sociales más
elementales,
desde los estados más avanzados -que
imponen sus condiciones al resto- hasta
las
más incipientes formas de organización
están sostenidas en relaciones
asimétricas.
Hubo, a lo largo de la Historia,
intentos de
establecer sistemas sociales
basados
en otras formas de relación, pero
fueron
siempre sofocados con mayor ó menor
violencia..., superados cada vez por
los
defensores de las relaciones
asimétricas.
La Relación Asimétrica, establece sus
propias
condiciones de producción y
desarrollo a partir
del aprovechamiento de un recurso
natural: el
sometimiento -una parte impone
condiciones
y la otra acepta, obedece-
Por eso, en nuestras sociedades es muy
reconocido
el valor de la sumisión y la
obediencia:
Un buen ciudadano se somete a la
autoridad,
obedece las leyes emanadas por los
órganos
competentes y respeta las ordenanzas
municipales.
Obedecer es bueno, se nos observa,
se debe
observar y hacer observar (una
buena y minuciosa
observación nos confirmará: No
somos simétricos,
ni nuestros cuerpos ni sus órganos;
ni siquiera lo son
nuestras aspiraciones. No hay nada que
esperar
ni de la simetría ni de la
equidistancia ni de la equidad.
No, nunca fuimos simétricos, ni
seremos; la simetría
no debe postularse como una condición
deseable,
sigamos apostando a las relaciones
asimétricas
y al desarrollo sustentable.
No somos simétricos: todos tenemos
un costado
más miserable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario