sábado, 25 de octubre de 2014

Acción popular

(Pascual Rambler)



Mejor que decir es hacer,
oímos decir
-y oímos hacer: son pocas las
acciones silenciosas-

hacer, decir: dos verbos necesarios
para el desarrollo del sujeto  -un sujeto
necesita hechos y palabras:  una vez
emitido, necesita emitir-

la necesidad los hace populares -la
necesidad goza de popularidad entre
sujetos, aunque no todo lo popular
sea necesario-

los verbos sirven para representar acciones
-tanto populares como impopulares-
como servir: tanto podemos servir a una
causa popular como a una impopular.

La popularidad sirve para gozar:
quienes gozan de ella tienen mayores
posibilidades de acceder a otros goces.

La condición popular responde a la
cantidad y la aceptación (la cantidad de
sujetos que aceptan  -aceptando que la
aceptación es popular-   y comparten esa
aceptación)

La popularidad, signada por la cantidad,
puede medirse: medir es popular  -solemos
medirlo todo-  pero hay medidas menos
populares que otras, e incluso impopulares.

Las mediciones de popularidad
son útiles: sirven a publicistas y políticos.

Hay productos populares, marcas, deportes,
líderes, sentimientos, creencias y pensamientos
populares.

Filósofos populares no hay, ni poetas:
la poesía y la filosofía no gozan de popularidad
entre los sectores populares y las masas
sudorosas.

Con la filosofía poco se goza, dijo un poeta
popular.


sábado, 11 de octubre de 2014

Mi bandera

(Vicente Narioh)



No amo a mi bandera,
tampoco otras:

Objetivamente, nadie debería
amar estos objetos: para amar
hay que desear -cada uno tiene
los deseos que merece, pero sin
duda hay otras perversiones más
interesantes-

Una bandera requiere ciertas
atenciones: hay que lavarla,
plancharla, ventilarla, servirla,
enarbolarla, jurarla y defenderla
hasta perder la vida (hay otras
formas de perderla; se puede optar,
pero siempre se pierde -se puede
elegir: ser buenos ó malos perdedores)

Las banderas son todas iguales: a
pesar del esfuerzo y la voluntad
humanos, destiñen y se deshilachan
con el uso; el tiempo y la intemperie
deterioran tanto a banderas como a
portadores -incluso al portador sano-

Las banderas necesitan ser sostenidas,
los abanderados sirven para sostener
banderas, pero la verdadera base
de sustentación de una bandera
es la ilusión: la ilusión de unidad
entre víctimas y victimarios.

La bandera es una creación humana
que pertenece al orden simbólico
y sirve para mantener el orden:

(también para embanderarse, cobijarse
y para plantar bandera)

algo fundamental para sostener el
desarrollo de las clases dominantes,
que son las que determinan cuando
están en juego los intereses de la patria,
cuando alguien incurre en conductas
antipatrióticas, y quienes son los
enemigos de la patria.

Todas las comunidades humanas
tienen sus símbolos: banderas, escudos
y canciones patrias -entre ellas, los cantos
a la bandera-
La necesidad de la bandera, divisa ó estandarte,
se pone de manifiesto en situaciones de conflicto:
es natural que en la guerra el vencedor imponga
su bandera al vencido, conquistado ó colonizado.

(Hay pueblos, que a lo largo de su historia, han
visto desfilar tantas banderas, que acaban
desconfiando tanto de desfiles como de banderas,
desarrollando un sentimiento de indiferencia
-acaso más confiable como prenda 
de unidad que una bandera: 
toda bandera tiene una vida útil)




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