(Carlos Inquilino)
El lenguaje es la
casa del hombre,
sostenía un filósofo. Los
filósofos amplían nuestra
conciencia del
mundo: La conciencia es lenguaje,
decía otro
filósofo, y sin lenguaje no hay filosofía.
Todo lenguaje
requiere conocimiento y voluntad de
compartir: El conocimiento puede adquirirse
-en forma voluntaria
o no- a diferencia de lo que
conocemos como voluntad:
Hay voluntarios,
voluntariosos, voluntariados, faltos
de voluntad y un volumen copioso de sujetos que obedecen
de voluntad y un volumen copioso de sujetos que obedecen
voluntades ajenas.
La voluntad propia,
como el pensamiento propio,
puede resultar algo
difícil de ejercer para quien vive
rodeado de voluntad
ajena. Todos vivimos rodeados,
es sabido: hay que saber
rodearse: es todo cuanto se
necesita saber, pero no alcanza con
la buena voluntad:
hay que saber elegir, seleccionar
(elegir casa, vecinos,
familia: una familia tiene sus códigos,
su propio lenguaje;
se comparten historias, secretos y
bacterias)
No hay comentarios:
Publicar un comentario