martes, 31 de octubre de 2017

Tiempo y vocación

(Dudamel Rambler)



La vocación especulativa
no prolonga la vida útil del deseo
pero coadyuva o concomita
a la hora de manipular la realidad
para hacerla más deseable, aceptable
o soportable; desarrollar estrategias
a futuro, apasionarse con la disipasión
o elaborar respuestas provisorias a
contradicciones naturales como el
conflicto con el tiempo -estamos
hechos de tiempo, especulaba el poeta-

Todo lo que podemos aspirar, resuelve
en el tiempo: todos somos libres de aspirar
a todo, o no; los límites los fija el tiempo,
una condición epeculativa.

Hay sociedades que prescinden, viven sin tiempo;
hace poco descubrieron una: nadie sabe su edad, 
ni la de nadie. No hay mañana, ni ayer: 
siempre es ahora.

No hay vencimientos, ni demoras, ni vida útil
que aprovechar. No cargan con el peso de la Historia.

Su lenguaje carece de palabras que remitan
al tiempo. No tienen aspiraciones a futuro: no
conocen estas nociones, no pueden trascender
el presente.

Sociedades que hasta ahora no habían tenido
contacto con la civilización, estaban aislados
del mundo, fuera de la Historia, tramitando sus
vidas a un ritmo que está fuera del tiempo.

Cuesta creer, en estos tiempos de urgencias y conflictos,
mientras se especula cómo enfrentar el agotamiento
de los recursos naturales, el calentamiento global,
el aumento de la inseguridad y la falta de inversión,
ellos permanecen aislados, privados de la práctica
especulativa, y sin vocación de progreso.

Interlocutor válido

(Carlos Inquilino)



Valer, hacer valer, cobrar valor,
poner en valor, posicionarse en el
sistema de valores vigente,
evaluar, valorar, valorizar.

Valer, hacerse valer
para no perder vigencia
y mantener el valor como noción
superadora: hay que superarse,
para valer más.

Valer, entre los verbos válidos
que mantienen su valor, su
validez en el concierto de los valores,
en el concierto de las nociones valederas.

Valer, en este valle
donde todo vale,
todo es válido pero no todo
se mantiene, los valores fluctúan,
las condiciones cambian: hay que
revalidar, convalidar, reformular,
ajustar, adaptar y adoptar otros
valores (o poner en valor)

El valor es dinámico, inestable.
Ningún valor permanece inmutable,
idéntico a sí mismo; las identidades
cambian de valor: Hay valores auténticos,
genuinos, y valores autenticables: la
autenticidad se obtiene, tiene un valor.

La juventud es un valor,
la experiencia otro, el conocimiento
puede contener un valor subalterno.

Se registra una caída de valores,
la realidad es cambiante respecto al orden
de valores: Hay valores ascendentes y
descendentes, asistimos al florecimiento
de valores cada vez más dudosos:
se habla de una crisis de valores, aunque
hay quien sostiene que las crisis tienen
su valor, generan oportunidades.

Las oportunidades sirven para aprovecharlas
y convertirlas en valores. La igualdad de
oportunidades pareciera una entelequia, algo
que la realidad muestra como impracticable,
aunque posee un valor entre los recursos retóricos
del oportunismo, que siempre supo cultivar
esta clase de valores.

Pero la realidad está sobrevalorada.

En cualquier caso, hay valores para todos,
sólo hay que saber buscar: el que busca
encuentra; no hay que desvalorizarse.
Todos podemos acceder a alguna escala
de valores, todos tenemos algo que ofrecer
que contenga algún valor.

De lo contrario, es cuestión de ponerse en valor
o reconvertirse: Ud. también puede ser un
interlocutor válido.


Licencia Creative Commons
http/:Demolicionyobranueva.blogspot.com por José Luis Greco se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en Demolicionyobranueva.blogspot.com.
Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden encontrarse en Demolicionyobranueva.blogspot.com.