(Ricardo Mansoler)
El poema de uno
empieza
donde termina el
poema
del otro.
Es más fácil hacer
poemas de otros
que hacer uno de
uno, por eso hay
más de aquellos
(yo tengo muchos
poemas de otros)
El poema de uno, hay
que buscarlo
con paciencia, entre
los otros:
A veces no aparece
nunca, o bien,
solemos creer que es
uno, pero era
otro. No es fácil
identificarlo:
No siempre uno se
reconoce en lo
propio, y el poema
de uno logra
pasar desapercibido
para algunos,
hasta que viene otro
y lo advierte:
Sólo entonces uno
reconoce, y puede
reconocerse en el
poema, o no.
No es tarea fácil
para nadie
reconocerse a sí,
dando por seguro
que es ese y no
otro, su poema:
A veces no es
ninguno, no hay certeza,
y nos inclinamos a
creer que siempre
es otro el
verdadero, el genuino, el que
hace la diferencia
(hay que diferenciar
entre lo propio y lo
adquirido)
El poema de uno,
empieza donde
termina el poema del
otro.
Puede no terminar de
aparecer, no
llegar a buen
término y también
no aparecer, pero
cuando lo hace
está siempre
rodeado de otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario