(Ricardo Mansoler)
¿Cómo sé que soy un poema?
Preguntaba el sospechoso al arribar
a un mundo ya poblado de sospechas,
problemas y poemas.
No sé, me dije y lo agendé
-¿y tú me lo preguntas?
Repregunté, para citando, ganar tiempo
y buscar una respuesta no improvisada...
Habría que recurrir a la autoridad de aplicación,
voceros oficiales, representantes legales, o
personal subalterno con capacidad de decisión…
Verificar si cumple con las aplicaciones y funciones
de la condición poética, normas vigentes, códigos
establecidos y edictos policiales. Y en su defecto,
recurrir a la Poesía Científica.
¿Y si no funciona como tal, si no es funcional, no
estaríamos en presencia de la función poética?
-Afirmativo. No califica, no reúne los requisitos
para ser poema: la función hace al órgano, y éste
al cuerpo del poema, un organismo vivo, decía Vallejo,
un poeta del quien nadie duda.
¿Y cuál es esa función?
-No se sabe, hay opiniones encontradas: Revelar,
emocionar, inquietar, alterar el orden, producir
sentido, cuestionar sentidos, ensayar, jugar, recuperar
el valor de la palabra, cambiar el mundo, abolirlo
o preguntar por la función poética etcétera...
¿Y si hubiera dudas?
-No califica.
¿Hay poemas más y menos calificados, más y menos
vivos?
-No, hay categorías: Hay poemas buenos, malos y
dudosos… Y está el poema aceptable.
¿Cómo se hace para calificar de aceptable?
-Fácil, es un poema que se lee sin dificultad, todos
aceptan que es un poema, cumple ciertas condiciones,
pero a nadie le mueve un pelo ni lo saca de sus casillas.
No sé si aceptaría ser aceptable, aunque fuera poema…
-Son los más populares, circulan sin contratiempos y
reciben adhesiones. Cuentan con el favor del público.
Creo que quisiera pasar…
-Hay que saber pasar, sí… Aceptar estar de paso
es la primera condición poética…
Paso
-¿Quiere pasar, sin más..?
Sí, paso y quiero.