(Onésimo Evans)
Hay secuelas que se cuecen y
circulan; secuelas secuenciales:
no quieras saber cuales.
Las consecuencias no deseadas
del deseo están a la orden del día:
Los deseos son órdenes, y por lo
ordinario, les órdenes no siempre
son todo lo sano que sería deseable.
En el orden secular, hay secuelas
que se cuecen y circulan hace siglos,
circulan libremente: la libertad se
cuela entre los órdenes abiertos o
cerrados, que no siempre son todo
lo sano que sería deseable.
Hay secuelas: todo deseo mal tramitado
deja secuelas; en el hogar, la parroquia
o en la escuela hay deseos que circulan.
Las consecuencias no deseadas, están
a la orden del día.
Las autoridades recomiendan a los padres
el control exhaustivo de todo ese material
que siempre se cuela y llega a manos de
nuestres hijes, desviando sus manos hacia
el ejercicio de prácticas indeseables.
La prevención, es la mejor arma para
evitar lo que nadie desea, o casi nadie,
o al menos una buena parte de nosotros:
la sana.
Ante cualquier sospecha, no vacilemos
en denunciar. Ahora mismo, un sospechoso
logró ser identificado por las autoridades,
que sin perder tiempo (el tiempo perdido
no se recupera) procedieron a detenerlo
y a detonarlo sin más trámite, con todo éxito
y sin dejar secuelas.
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