martes, 21 de enero de 2014

Capacidad ociosa

(Por Pascual Rambler)



El ocio es mal compañero, dicen.
Sin embargo, según opiniones autorizadas,
una dosis de ocio es saludable, en el
desarrollo de toda vida útil: Hay que
hacerle un espacio al ocio, aunque a veces
resulte trabajoso.

Quien es capaz de organizar su vida en un
sentido productivo, ha de ejercer pleno
control de su propia capacidad ociosa.

Pero el ocio tiene mala prensa:
“No estés sólo ni ocioso”, reza un proverbio
conocido. Desde hace siglos, se viene
insistiendo en la necesidad de combatir el
ocio (de esta prédica negativa nacieron los
negocios y algo peor: los hombres de negocios)

Distinto es el aburrimiento, que a diferencia
del ocio, es un estado circunstancial, involuntario
y pasajero:

Nadie en su sano juicio, desearía aburrirse,
aunque sí puede querer estar ocioso...

Algunos recurren a la lectura para combatir
el aburrimiento (Borges aconsejaba abandonar
aquellas lecturas que no producen placer, y por
lo tanto nos aburren)



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