(Tomás Mercante)
Toda poesía es hostil al capitalismo,
dijo el poeta
Pienso: -mientras el lavarropas
centrifuga- 'la poesía es un arma
cargada de futuro'
Un poeta, no depone sus armas
dijo el poeta
Pienso: -mientras el lavarropas
centrifuga- 'la poesía es un arma
cargada de futuro'
Un poeta, no depone sus armas
por un lavarropas
(hay poetas mejor y peor armados:
hay armas genuinas
y armas dudosas:
hay dudas )
Hay poetas sólidos, que excluyen
toda duda, y los hay que no acaban
de consolidarse
Un verdadero poeta se impone
a cualquier circunstancia externa
Un poeta genuino,
crea su propio mundo aún
en condiciones adversas
Hay altibajos,
aún en los sólidos: hasta en un buen
poema hay altibajos, claroscuros,
ritmos que vacilan...
Lo discontinuo, es parte
de la condición poética -y de
la condición humana-
Hay poetas sólidos y líquidos:
la fluidez, es cualidad del líquido
(Hay quienes prefieren un estado
sólido, que ofrezca seguridades y
garantice el desarrollo de la vida
-que fluye en nuestros cuerpos
mayormente líquidos-
Otros hablan de un mundo líquido,
donde todo circula y se diluye y
los estados conocidos declinan en
favor de otras formas de organización)
Un poeta que se precie
no depone sus armas por un lavarropas:
Sabe que todo tiene un precio, que hay
formas de pago, hay distintas
generaciones
de lavarropas y de poetas -los de
antes
poseían mayor vida útil, pero los
nuevos
cuentan con más funciones-
Un poeta de última generación, sabe
que
dispone de una vida útil acotada.
El lavarropas nos ahorra tiempo,
hace el trabajo sucio
que siempre es preferible delegar,
tercerizar, pero a cambio -todo
tiene un precio- emite ruido,
enemigo declarado de generaciones
de poetas
Los lavarropas de última generación
son automáticos: basta seleccionar el
programa adecuado y esperar -mientras
uno puede escribir un poema-
La experiencia poética de la
escritura
automática no ha tenido el mismo
éxito.
(Pero el poeta debe ensuciarse,
sostienen
algunos, contaminarse, comprometerse
con todo lo sucio, lo tóxico, lo vil,
lo
abyecto, para poder expresar con
eficacia
lo más profundo de la condición
humana)
Más el lavarropas, en última
instancia,
no es más que un objeto de consumo,
un producto que sirve para ahorrar tiempo
y encontrarnos con nosotros mismos.
El centrifugado concluye:
y encontrarnos con nosotros mismos.
El centrifugado concluye:
Toda poesía es hostil al
capitalismo.
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