lunes, 28 de abril de 2014

Citar

(Por Tomás Mercante)



He vuelto a citarme:   es bueno
reconocerse en alguna cita  -me
recito en voz baja:  no hay nada
como una buena cita para elevar
la autoestima y mejorar la
redacción propia-

Citar es una propiedad humana:
Citar es apropiarse,
hay quien cita y quien no cita
y quien es citado.

Citar es más humano
que necesitar,  podría citar
-pero no necesito-

Algunos consideran el hábito
de citar actividad parasitaria

Para citar hay que conocer y
tener memoria: hay citas
memorables y olvidables -autores
muy citados y otros que nadie cita-

Aquellos gozan de reconocimiento
-el reconocimiento está en relación
con la cantidad de citas obtenidas-

Hay autores que se citan a sí mismos
-como un recurso renovable- para
saberse citados y no sentirse incluídos
entre los que nadie cita.

Algunos manejan un volumen
copioso de citas, con las que enriquecen
su propia obra -suelen utilizar citas
notables como epígrafe de sus textos
con la intención de hacer creer al lector
incauto que la calidad de lo que leerán
se corresponde con la de la cita que lo
encabeza-

A veces, la acumulación descontrolada
de materiales altamente citables, hace que
quien cita olvide las fuentes -u olvide
citarlas-

Hay autores reconocidos que rechazan
las citas: no citan. Otros hay que se citan
entre sí. Hay autores reconocidos que
nunca faltan en las citas y siempre pueden
volver a citarse.

Hay autores más citados que leídos:
Hay quienes fustigan el uso de citas
de autores presumiblemente no leídos
por quienes los citan.

Una crítica injusta e infundada, objetan
los aludidos citadores:  no puede citarse
lo que no se ha leído;  uno puede reconocer
no conocer toda la obra de un autor, y
hasta no haber leído casi nada.  Pero leyó
esa cita, lo que le otorga un conocimiento
parcial, que no sólo es suficiente para ejercer
el derecho a citar, sino que es la única clase
de conocimiento a la que podemos acceder
los animales humanos.

En otros tiempos, todo escribiente con
aspiraciones dedicaba una buena parte de
su tiempo a la producción de aforismos,
que es lo que más se cita.

Quien escribe aforismos, escribe para ser
citado.  

(Todos escriben para ser citados,
podría citar, pero no puedo precisar
la fuente)



viernes, 25 de abril de 2014

Selección natural

(Por Vicente Narioh)



El animal humano, una especie dudosa (duda hasta de su
condición animal)
 
Ya desde antes de tener memoria tuvo dudas: entre buenos
y malos instintos, dudó, y desarrolló los peores.

Una especie inacabada, con defectos de terminación, en que
la Naturaleza no pudo sino imprimir marcas débiles en su
constitución genética, necesidades difusas y dudosas e
instinto vacilante: Nunca supo qué comer, cual era el alimento
adecuado a su naturaleza excesiva, ante lo cual y desoyendo las
voces más sensatas, optó por apropiarse de todo proclamándose
omnívora, con la complicidad de divinidades sanguinarias que
ella misma creara para justificar su conducta vil y miserable
hacia los otros animales. Supuestos dioses creados a imagen
semejanza le habrían transmitido su voluntad: mata y come,
todo cuanto vive en este mundo es para tu alimento... Mata y
come, destruye e incorpora, destroza, desgarra, despelleja y
desangra cuanto te plazca...

El hombre, el animal humano, entendió que toda forma de
vida -mientras sea apta para consumo humano- está destinada
a servir a su metabolismo.

(Un metabolismo oscuro e impiadoso, que sólo pudo desarrollarse
a expensas de otros metabolismos, lo fue degradando hasta el estado
de abyección actual)


miércoles, 9 de abril de 2014

El sentido del viento

(Senecio Losermann)



Demasiado viento para estar contento,
estoy decidido,  -sólo estoy decidido-
va siendo hora de tomar una decisión:
sólo los decididos llegan a destino.

Podría contentarme con mi decisión,
pero no creo en el destino, ni en el
destino de las decisiones, ni en las
fórmulas decisivas.

Creo en las fórmulas mágicas,
aunque no conozco ninguna: sólo se
cree en lo que no se conoce.

Podría contentarme con esta frase,
este techo, estas paredes que me
separan del viento: a buen reparo
-el lenguaje es la casa del hombre-
pienso, mientras afuera el viento
se sucede: Las palabras contienen
(hay quienes se contentan con un
número reducido: a buen entendedor...
y quienes dudan de la necesidad de
incorporar nuevas palabras a su
casa -la palabra es todavía un
instrumento nuevo para el hombre,
por eso no hay muchos hombres de
palabra-)

Se sabe que el sentido proviene del
sonido -un hecho material-
La cantidad de materia es estable,
y los sonidos que podemos percibir
son limitados; luego, no habría
mucho sentido en buscar nuevos
sonidos, mientras que siempre
-aunque con distintos resultados
y diversos fines- se están produciendo
nuevos sentidos...

Los sentidos circulan,
como el viento,
como las palabras...
Todos los sentidos,
como las palabras, remiten
a otros: Ningún sentido
es definitivo, están de paso
-estamos de paso por el sentido-

Pero el sentido es sólo una palabra:
no hay sentido sin palabras,
hay conciencia: el sentido es un
producto de la conciencia
y la conciencia es lenguaje

El sentido es algo que se busca
dentro y fuera del orden natural
-es natural buscar sentido a todo
cuanto nos rodea-

Hay quienes buscan el sentido
en la religión -todas las religiones
están hechas de palabras-

Pero el exceso de palabras conspira
contra la unidad del poema,
y contra la unidad del mundo
y contra el sentido
de unidad.

martes, 1 de abril de 2014

PESO MOSCA


(Tomás Lovano)



No necesitamos más necesidades : el mundo
sólo necesita más moscas, sostuvo la mosca
sin dejar de copular
 
(copular es una forma de comunicar
muy asociada  al verbo unir /
copular no es un verbo copulativo, como ser /
los verbos copulativos son los más necesarios,
son imprescindibles / Se puede prescindir de otros
verbos -copular- y de otras funciones, pero no
de la que une y encadena)
 
La mosca se sostiene en el aire, se sostiene,
e incluso puede copular en esas condiciones,
a diferencia de los mamíferos superiores
(compartimos la necesidad de copular, pero necesitamos
una base de sustentación para una copulación sustentable)
 
Tenemos más necesidades -somos superiores-
y necesitamos más: nuestras necesidades se reproducen
más rápido que nosotros: como las moscas
 
“Cada objeto que se crea aumenta nuestras necesidades”
observó el poeta, no podemos dejar de producir: producimos
objetos de nuevas necesidades: necesitamos nuevas necesidades
Necesitamos crear las condiciones objetivas para la producción
de nuevos objetos de necesidades a crear:
 
Nos asociamos para eso, necesitamos asociarnos para producir,
aunque sea ocioso, nuevas necesidades.
Hay necesidad, las necesidades nos hacen más sociales:
Somos sociales sólo por necesidad: Conocemos, tenemos necesidad
de conocer: Conocemos la necesidad de tener.
Conocemos necesidades que incluyen a otros: la necesidad
de inclusión.
 
Con una pequeña parte de nuestras necesidades, a la mosca le sobra:
Se conoce: El hombre produce más desechos que todas las especies.
Se aprecia: El hombre produce más desechos que hechos apreciables.
 
Una mosca no produce lo que consume.
No necesita producir ni negociar.
No vive demasiado, no necesita.
 
Se sostiene: no es una especie que peligre,
donde algo huele mal, la mosca se complace
 
(Es natural: el placer es asocial, sólo el ocio
es social)
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