(Senecio Losermann)
Hay un sentido natural
en la incorporación y en la emisión,
en la producción y el intercambio
-Es natural el intercambio:
a la demanda constante y sonante
suele responderle una producción
insuficiente de nuevos sentidos y
productos derivados-
Estamos pendientes
de la emisión de nuevos sentidos
-Es natural, ante una oferta deficiente
ó deficitaria, revalorizar viejos
recursos,
remozar vetustas fórmulas de uso,
reasignar
valores y redescubrir, entre ese
material
servido, la disponibilidad de nuevos
usos
y consumos-
Las palabras pueden ser portadoras
de distintos sentidos.
Los sentidos cambian -su naturaleza es
cambiante-
Podemos cambiar las palabras
y mantener el sentido -podemos darle
otro sentido a estas mismas palabras-
Los sentidos van y vienen,
como el viento: se invierten -dicen
que
el viento va, dicen que vuelve- según
la necesidad.
La necesidad de cobrar sentido
a cualquier precio, puede alterar función
y voluntad poéticas, más que el canto
del
ruiseñor.
-Es natural sentir el paso de la
necesidad
obrando en un sentido, cobrando cuerpo
incluso en el alma del poeta entregada
al canto del ruiseñor...
Señora: mida sus metáforas, el
sentido
no es todo -aunque todo deba tener
algún
sentido-
Hay órganos
Hay organismos oficiales
Hay receptores y dadores
Los grandes predadores tenemos
la palabra: predicamos y observamos,
Rebaños y pastores compartimos el
verbo
y la necesidad, creación suprema
que nos une -y nos diferencia de la
condición divina- a todos los animales
y seres animados
y seres animados
Tenemos conciencia, creación humana:
la conciencia se crea, como la riqueza
-y como el excremento-
Tenemos la certeza: pasa el sentido,
permanece el viento.
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