(Vicente Narioh)
Dudar de la conciencia -incluso de
la buena- no modifica al sujeto
ni a la función del predicado
dado y/o dudado
Dudar, en cuanto a la cantidad de dudas
que puede contener una conciencia, o
sobre el número de aspiraciones
dudosas
que la sostienen, no ahuyenta los
malos
pensamientos ni nos hace mejores
aspirantes
Dudamos: Las buenas acciones, tanto
como
las naturales, contribuyen a la
conservación
de la duda como condición de la
conciencia
(Hacer consciente esta relación es un
hecho
dudoso, como tomar, cobrar ó crear
conciencia)
Las más elevadas formas de conciencia
-aún en
espacios reducidos- se nutren de las
mismas
substancias y producen emisiones de
dudosa
consistencia
La duda es un estado superior de la
conciencia
Dudar es una actividad más exigente
que creer
Tener dudas es más difícil que tener
fe, pero
expresa una mente abierta, una aptitud
mayor
para entender el mundo que quien sigue
los
dictados de la fe (ésta rechaza todo
aquello que
la contradice, lo cual es ya dudoso:
dudemos
de la fe)
El hombre que duda
nunca está del todo solo (aunque esté
solo
no puede sentirse solo: tiene dudas)
No podemos desconocer la historia, que
nos
precede y constituye: somos parte y
producto
Hay una deuda histórica: nos debemos,
no seríamos lo que somos sin esa
cantidad
de pasado acumulado, y sin esta conciencia
de la deuda: somos una expresión
de la deuda: somos una expresión
imprecisa de una historia dudosa...
Hay distintas versiones, hay dudas,
hay diversas interpretaciones de los
hechos
-los hechos históricos pueden ser
puestos en
duda: no dudemos-
La duda es un estado superior de la
conciencia
Dudar de la propia conciencia, es la
mayor
demostración de sinceridad hacia uno
mismo
Somos una especie dudosa: tenemos
dudas
en cuanto a nuestra relación con la
naturaleza
y también acerca de nuestra condición
animal
(aunque creemos que los animales nos
hacen
más humanos)
Dudar: entre dar y recibir
Dudar: entre ser dado ó darse
al ensimismamiento
Dudar, si predicar con el ejemplo
-aún con
el ejemplo dudoso- o servirse del
predicado
ajeno para no pecar de original...
Dudemos todavía, aún no es pecado
¿Tiene dudas, soldado?
-No sé, mi cabo...
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