(Tomás Lovano)
Deseo es energía:
Hay deseos fuertes y débiles,
pero aún el más débil
implica una pérdida de energía
(los débiles tienden a perder)
(los débiles tienden a perder)
El deseo es energía que se pierde:
El deseo consume al que desea
-por eso no se puede desear todo
el tiempo-
El deseo es consumo, deseamos
consumir: apuramos la consumación
de un deseo para pasar a otro.
Sin deseo no hay sujeto:
todas las acciones y todos los
pensamientos de un sujeto, están
relacionados con deseos propios
o ajenos.
Un deseo puede adoptar distintas
formas,
pero siempre remite a otro, a otros...
No hay deseo puro: todo deseo es
interesado
El deseo más puro es el deseo de
ganancia:
Algunos conciben la ganancia como un
fin,
otros como un medio, pero para que
alguien
gane tiene que haber quienes pierdan
-los
ganadores gozan de popularidad aún
entre
los perdedores, que son mucho más
populares-
El deseo de ganar, ordena y determina
las
acciones de los individuos a través
del sistema
de la competencia: competir es
sano, porque es
necesario.
necesario.
El deseo de ganar, de obtener
ganancias,
impulsa la voluntad humana, organizando
y proveyendo de sentido a la actividad
del sujeto, permitiendo el libre
ejercicio
de sus aspiraciones, para que la vida
no
sea vana y las energías no se
dilapiden en
prácticas inútiles ó deseos
estériles.
Siempre ha habido ganadores y
perdedores:
Sin conflicto no hay historia.
En cualquier caso, se gane ó se
pierda, el
deseo de ganar provée de utilidad a
hechos
y objetos dudosos, tanto como a
sujetos:
Ganemos.