lunes, 16 de marzo de 2015

dignidades

(Remigio Remington)



Los pueblos originarios

siempre respetaron al peatón,

pero somos un país de inmigrantes

-dicen las autoridades descendientes

de inmigrantes-  no de peatones.



En un principio 

todos fuimos inmigrantes,

más tarde fuimos descendientes.


Hoy seguimos descendiendo,

aunque mantenemos diferencias:

descendemos de distintos vehículos


-hay diversas formas de descender,

pero la autoridad está determinada por

el objeto del que se desciende, antes que

por la dignidad con que se descienda-


La dignidad desciende,

continúa descendiendo a un ritmo

sostenido.


Se sostiene: El hombre desciende

del trabajo -descender es trabajoso, 

aunque menos que ascender-


Cualquier trabajo honrado da dignidad

a un ser humano, dicen.


Pero el que es digno no necesita

reconocerse como tal a través del

trabajo.


Ser digno no da trabajo:

dar trabajo no es digno,  ni es dar  

(dar, no siempre es un verbo asociado 

a la dignidad:  Hay dadores de distinta 

especie: ha quienes dan por necesidad, 

quienes dan para recibir -para recibir más 

que lo que dan- y quienes dan porque necesitan

deshacerse)


La dignidad no es algo que se obtenga

ó se negocie -se es digno o no se es-

ni que pueda trabajarse:
.


Ningún trabajo es del todo digno. 



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