(Ricardo Mansoler)
El linaje del
instinto,
la fuerza del
acopio, el apego
a la continuidad que
sienta
precedentes.
Lo siento, que cada
uno sienta
lo que necesita,
cito: ninguna
historia es del todo
necesaria
-ni Yo que me recito-
-ni Yo que me recito-
Hoy sé, mañana no
sabemos.
No pienso saber más
de lo que
no necesito.
Conocer es adquirir,
incorporar
volumen a la
contradicción
original. No se
puede ser más
original.
Se puede: comulgar,
reproducir, obedecer,
recabar información,
recabar autorización,
recabar
reconocimiento por la colaboración
prestada, recabar:
Todo suma, dicen los
defensores del modelo
acumulativo: Ser es
agregar, proclaman con
la complacencia del
público adicto y la
connivencia de los
acumuladores pasivos.
Hoy se sabe: el
futuro es pura agregación,
agregación de
tiempo al presente que fluye
(La vida es un
instante excesivo pero que
contempla el
aburrimiento)
Pero cada instante
es distinto,
se sostiene (el
presente se sostiene
siempre en el
pasado, aún en el caso de
criaturas efímeras
como nosotros)
Necesitamos una
historia, un antes que
sostenga el ahora,
un precedente que explique
y justifique el
presente, lo efímero: procedemos
de otras
necesidades, necesitamos obtener
información,
necesitamos un volumen cada vez
mayor: historias
clínicas, mapas genéticos,
predisposición
hereditaria a reconocer rasgos
patológicos que
vienen descendiendo desde
el árbol
genealógico.
El instinto es
información que viene incorporada
junto con la
necesidad.
Una diferencia: las
necesidades pasan, el instinto
se obedece.
Una diferencia: hay
buenos y malos instintos;
las necesidades
pasan (una acción recurrente:
el hábito se repite
hasta tornar en instinto)
Nuestros instintos
son producto del trabajo
acumulado de
generaciones. La repetición
es condición
evolutiva: estamos trabajando
los instintos del
futuro, al repetir y obedecer
(el hábito de la
obediencia puede evolucionar
en instinto, acaso
ya lo hizo)
No hay comentarios:
Publicar un comentario