(Ricardo Mansoler)
Toda idea que
triunfa
marcha hacia su perdición:
copio con éxito
marcha hacia su perdición:
copio con éxito
la frase de André
Bretón.
Se desprende:
conviene optar por aquellas
ideas que no
triunfan, sino que fracasan.
Aunque sin duda es
más sencillo apostar
al éxito.
Pero el éxito es
siempre algo efímero:
Valorar el éxito es
propio de sociedades
profundamente
banales como la nuestra,
y acaso algo natural a nuestra condición
efímera.
y acaso algo natural a nuestra condición
efímera.
El fracaso es
mucho más poético.
El mundo está lleno
de poetas fracasados
(así como de buenos
poetas que pudieron
serlo gracias al
fracaso en la vida)
Poetas exitosos no
se conocen: el éxito
está asociado a lo
masivo, al consumo, a
la dudosa representación
popular.
Un poeta sólo puede
aspirar a ser reconocido
por sus pares (esto
incluye a los poetas fracasados)
Hace tiempo que el
desarrollo de la civilización
ha separado la
función poética de lo popular:
Los poetas se leen
entre sí (escribo esto para
otros poetas)
Cuando Bretón
publicó el Manifiesto Surrealista
el mundo era otro:
había expectativas y hasta avidez
por conocer los
últimos adelantos de la experiencia
poética. Girondo,
entre nosotros, quiso sacar la poesía
a la calle; se
paseó en carroza por las calles de Buenos
Aires regalando
poemas al público (una forma de
alterar el orden)
Pero no en cualquier
calle: tenía sus recursos, no era
un poeta pobre ni un
pobre poeta.
Publicar poemas es
un acto político, y Girondo no
se privó de
llevarlo a la práctica; podía hacerlo,
tenía sus recursos
y tenía su narcicismo.
No era humilde: es
difícil conjugar humildad y
transgresión. El
arte no es sólo belleza, el poema
debe cuestionar la
condición humana,
hurgar en sus miserias;
hurgar en sus miserias;
hundirse en sus
abismos
a sabiendas que "toda poesía es hostil
al capitalismo"
a sabiendas que "toda poesía es hostil
al capitalismo"
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