(Pascual Rambler)
¿Cuántas palabras
necesita un hombre?
Depende: no hay una
respuesta taxativa,
unánime, ni uniforme ni única.
unánime, ni uniforme ni única.
Decía el General:
Los únicos
privilegiados son los niños;
(puede que sea: manejan un lenguaje reducido,
lo que reduce la confusión: son directos,
(puede que sea: manejan un lenguaje reducido,
lo que reduce la confusión: son directos,
dicen lo que
piensan, lo que sienten.
Luego, nos
encargamos de que vayan
incorporando otras
palabras, otros
sentidos, para que
sus expresiones ganen
complejidad y puedan
incorporarse
al mundo adulto: un
mundo donde reina
la confusión)
Hay buenos y malos
pensamientos, todos
necesarios.
Hay pensamientos
mejor tramitados que otros,
pero el ejercicio de
pensar es siempre trabajoso:
Pensar es trabajoso
y trabajar es penoso.
Mejor no pensar:
Pensar lo indispensable
(No se puede no
pensar, siempre se piensa, aún
cuando se piensa en
no pensar)
Algunos practican la
economía del pensamiento:
“Ni pienso” es
una muletilla que se repite
(las muletillas son
fórmulas que se repiten, sirven
para repetir en
diversas circunstancias. Las
fórmulas existen
para ser repetidas; su sentido
último radica en
esa propiedad: la necesidad de
repetición explica
la producción de fórmulas y
la eficacia de las
muletillas)
Mejor no pensar:
Ningún pensamiento puede,
por sí mismo,
modificar la realidad.
Mejor no pensar:
Repetir, consumir lo que otros
pensaron por
nosotros.
Otros están
necesitando nuestro consumo: nos
necesitan más que
nosotros a ellos.
Siempre somos parte
de algún mercado, y el
mercado necesita
nuestro consumo más que
nuestro pensamiento.
Pensemos:
Mejor no pensar:
pensar consume tiempo y no produce
utilidades en lo
inmediato. Un hecho de la realidad:
el cerebro consume
más oxígeno que cualquier
órgano, y casi
todo lo que se puede pensar
ya ha sido pensado.
Mejor que decir es
hacer, decía el General,
y para hacer no es
necesario pensar.
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