(Tomás Lovano)
La mano se desliza
sin contratiempos
sobre el papel
cuadriculado.
Mano izquierda que
avanza sin
contradicción de
izquierda a derecha
atravesando las
pautadas celdas
del papel
cuadriculado.
El amanuense
escribe: en el curso
de la acción, la
mano se desliza con
total libertad hacia
el extremo del
poema: el poeta no
conoce límites.
Puede no ser
diestro, el poeta, fuera
de los límites del
papel; moverse con
torpeza en los
negocios de la vida, en
el juego y en la
mesa, en la calle codo
a codo con los
animales de su especie.
El poeta puede
vacilar
ante la realidad del
mundo organizado,
puede desafinar y
hasta perder la voz
en una esquina.
Pero la mano se
desplaza y obedece
-mano izquierda
avanzando sin oposición
hacia el extremo del
poema vacilante,
cargado de futuro.
El poeta, puede ser
diestro o siniestro,
dudar de su
destreza, ser ambisiniestro
en relación al
mundo objetivo
y al objeto que
persigue -perseguir es
preciso-
Pero todos los
poemas son absurdos.
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