viernes, 29 de enero de 2021

Plantas

 

(Ricardo Mansoler)

 

Me gustaba esta planta,
aunque sólo conocía su nombre
y sus hojas lustrosas
de un verde profundo.

Quise tenerla, a pesar de la falta
de espacio y de árboles
con quienes suele convivir.

Se adaptó al departamento reducido
y a mis hábitos irreductibles,
tenía luz suficiente y parecía estar
a gusto.

Una noche, al salir del ascensor,
un perfume salvaje, expansivo y
purificador anticipaba la magia
que habitaba mi casa.

Me gustaba esa planta. Tuve otras
variedades de su especie, pero nunca
volví a percibir y disfrutar aquel
aroma profundo.

Siempre me atrajo esa planta,
hasta que supe que su savia es veneno.

Entonces la amé. 

martes, 19 de enero de 2021

Felices feligreses

 

(Ricardo Mansoler)

 

Cómo sé que soy fiel,
me preguntaba al pasar
por un paso a nivel
con un amigue ocasionel.

¿Fui yo?  ¿o era él?

¿quién oyó?
¿quién oyó?

Se preguntaba aquel...

Felices los fieles y las fielas,
felices filas feligresas que progresan
en procesión divina, hacia el centro
de toda emanación, amén

Soy lo que creo,
sostiene el feligrés feliz
en su perímetro acotado

¿Hay que buscar nuevos parámetros?

El Creyente, se sabe seguro en su fe.
No necesita otro lugar donde pertenecer.
Hay un plan perfecto que lo incluye,
y sabe que tendrá su merecido:
Sólo puede esperar justicia.

Felices filas feligresas que progresan
en el poema fehaciente,  
oh, brote emanado de esta fe.

Los recursos de la fe son infinitos,
se cree:  Más que los recursos naturales.
La Naturaleza es un recurso renovable.

Creo en la naturaleza de los recursos
renovables:  Renovamos la fe.

Creo en la vida parasitaria
y en la vocación de ser vicio,
confieso, sólo para citarme.

Creo en la reconversión de la carne,
en los sacramentos ornamentales
en los ornamentos sacramentales

Repito:
creo en los subproductos de la fe
y en la repetición como recurso poético,
para no repetir renovable.

Cada experiencia es única en su tipo.
Creo en el fenotipo, en el fenólico,
en los fermentos probióticos provistos  
por la fe, creo en la resiliencia y en la
alternancia, creo en la biodiversidad,
en la biomasa y en la serendipia.

Soy un hombre de fe.
La fe es un signo vital:   
Sin fe no hay creación posible.

Yo tengo fe, cantaba el cafetero oficial
antes de convertirse en oficial cafetero,
y cosechar los frutos de su fe en el café.

Yo tengo fe:  renovemos esta fe.

Cuando veo un feligrés
que se abalanza a la balanza
pienso dos veces en el fiel.

¿Cómo sé que soy fiel, Fidel?
Le pregunté a un amigue
en un burdel.

 

jueves, 14 de enero de 2021

Homero y la metáfora

 (Carlos Inquilino)

 

Soy del partido de todos,
anunciaba el poeta populista
en su célebre y popular milonga,
hace más de un siglo.

Eran otros tiempos, de guapos y malevos,
de ochavas y poetas populares

que  escribían milongas.

No se hablaba de populismo
ni del campo popular,
y un poeta podía calzar bota militar
sin recibir críticas, despertar suspicacias
ni alterar el orden público o poético.

El campo, todavía no había sido contaminado
y el campo popular no terminaba de definirse,
lo que permitía al poeta escribir versos
como ese, cuya contradicción sobrevive hoy
como anacronismo:  a  la metáfora se le permite
todo,  por eso siempre tiene partidarios…

Homero, adelantado a su tiempo, como
otros grandes poetas, apostaba a la retórica
populista, cuando todavía el populismo no existía

como recurso semántico para descalificar y
desactivar cualquier aspiración popular:

“Soy del partido de todos /
  y con todos me la entiendo”

Resultaba tan jugado y subversivo, que ahí
nomás tuvo que bajar el precio:

“pero váyanlo sabiendo /
  soy hombre de Leandro Além”

Un siglo antes de que se acuñara la fórmula
El Frente de Todos, dudosa aún como metáfora,
él mandó el “Partido de Todos”, mucho más osado
y pretencioso:  Un frente, es una pluralidad, una
comunión estratégica y provisoria de distintas
corrientes, que se juntan para ganar una elección.

Pero el Partido de Todos, es una unidad homogénea
y excluyente, un Sujeto indiviso capaz de contenerlo
todo, y por tanto, con derecho a reclamarse único.


“El partido de todos”  Fuera del uso metafórico,
no puede sostenerse, ni siquiera como aspiración
histórica:  Rechaza la lógica del pensamiento
binario, e incluso del más complejo o elaborado.

No hace falta ir muy lejos.
Si se acepta la existencia de ese partido,
no podría haber ningún otro:  sería tan inclusivo
como para excluir a todos los posibles otros.

Luego, sin competencia, sin oposición, no
tendría sentido su existencia, al menos en un
marco que se pretendiera democrático.

Algún grado de oposición, es necesaria. Aún
cuando no sea más que aparente, ficticia,
sirve para mantener la idea de control y
equilibrio:  no se puede hacer cualquier cosa
porque hay una oposición que fiscaliza, pone
límites, controla.

Así, mientras el gobierno negocia con su falsa
oposición, se preservan los valores democráticos
a la vez que se asegura el control de todo.

En conclusión:   El partido de todos,
no sería negocio para nadie…

El negocio está en la oposición,
una oposición constructiva,  dispuesta
a consensuar y a negociar.

Que respete la alternancia y contribuya
a la gobernabilidad, que no ponga palos
en la rueda y que venga a sumar.

Me gusta lo desparejo…



(Ref.  Milonga del 900 – Homero Manzi – S. Piana)
 


sábado, 9 de enero de 2021

¡A concomitar!

 

 

(Dudamel Rambler)

 

Coadyuvo,  connivo,  concomito

sin moverme de mi punto
de inflexión

Los verbos son pródigos
en oportunidades
para el buen observador

Se debe ajustar la sombra
al contorno de la  deuda autóctona
para no caer en la desinversión epistémica
y en la precariedad semántica

¡A concomitar!  ¡A concomitar!

Dijo una voz popular

(hoy cuesta encontrar voces populares
 pero hay otras opciones disponibles)


Coadyuvo,  connivo,  concomito

Creo en la alternancia y en la reconversión
Creo en el consenso y en la corrección
en el éxito anacrónico de las víctimas
apócrifas y en la resignificación
de la resignación como valor ajustable

Creo en la automatización de la reproducción
y en la desagregación asistida como recurso

Creo en el derecho a la autoidentificación
y a la autosatisfacción

(Nos ponemos de pie)

Rezar no resarce
pero podemos repetir

La adicción comienza
con los primeros poemas

Señora

¿Usted sabe dónde está su eje ahora?



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