miércoles, 14 de diciembre de 2016

Contaminación o Barbarie

(Onésimo Evans)



No todo es nítido
ni armónico,
pero casi todo es parte
de algún orden. Sólo
hay que pertenecer.
Un buen contribuyente no cuestiona:
es lo que hay, acepta.

Para casi todo hay un antídoto
pero no todo es nítido.

El exceso de emisión humana
puede observarse como un signo:
todos los signos son parte del
orden natural, una vez emitidos
o incorporados.

Emitir contaminación
es una respuesta natural:

Producir contamina, el trabajo
es contaminación, contaminar
es humano: como escribir -una
de las actividades humanas que
menos contaminan-

La contaminación no descansa:
todas nuestras necesidades tributan
a la contaminación. En condiciones
naturales el hombre contamina.

No podemos concebir el mundo
sin contaminación, todo lo que
somos lo debemos a ella.

La tierra está contaminada; el aire,
el agua, los alimentos están contaminados.
Un buen contribuyente no cuestiona, es lo
que hay: todo lo que se puede hacer
contamina.

Pero la contaminación produce utilidades
-las utilidad es contaminante-

Nuestros hábitos de consumo están
contaminados.

Los pueblos originarios no tenían el hábito
de contaminar, pero se extinguen: están
llamados a desaparecer por su incapacidad
de adaptación; no quieren integrarse, no
quieren crecer ni tienen aspiraciones, y
sólo pretenden vivir en armonía con la tierra,
que está contaminada, repitiendo el pasado.

No tienen vocación ni voluntad de emprender,
de aprovechar las oportunidades y gozar de
los beneficios del desarrollo desigual, las
relaciones asimétricas y la movilidad social.

Insisten en mantener sus hábitos y prácticas
ancestrales, reproduciéndolos sin tomar riesgos
ni agregar valor. Es inútil hablarles de progreso,
de esfuerzo personal, de la cultura del trabajo o
de la gestión ambiental. No entienden lo que
significa una contaminación sustentable. 




lunes, 28 de noviembre de 2016

Las ciencias del futuro

(Epifanio Webber)


En un futuro
habrá más gente estudiando economía;
los economistas encontrarán como
extraer nuevas utilidades de la economía.

En un futuro
sólo habrá estudiantes de economía,
la ciencia más útil -aunque todavía
haya epistemólogos que no la reconocen
como tal: demasiado útil para ser una
ciencia-

La utilidad es siempre sospechosa.

En el ámbito académico económico
no hallan motivos para inquietarse:

En un futuro, predicen -los economistas
conocen el arte de la predicción y se sienten
autorizados a predecirlo todo- en un futuro
la epistemología, como la filosofía y todas las
disciplinas del conocimiento, será parte de
la economía.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Deuda interna

(Carlos Inquilino)



Nadie sabe lo que pasa
dentro de sí.
Aunque se interne y se ensimisme
en la aventura del auto conocimiento.
Uno puede pensar en uno,
concentrarse en las funciones
de sus órganos más íntimos,
en los sonidos interiores de fluídos
que circulan dentro de uno, en un
sentido u otro, surcando sus propias
cavidades, ajenos al mundo exterior
y sus sentidos dados.
Uno puede aguzar los sentidos
hacia adentro de su unidad inapropiable,
procurando penetrar la insondable realidad
del movimiento que lo nutre, sosteniendo
circuitos neuronales, proveyendo equilibrio
y sentido de unidad a esa diversidad de
células, tejidos, moléculas.
Uno puede concentrarse más, abstraerse
de su propia realidad objetiva, de su entorno
e incluso de las percepciones condicionadas
por el conocimiento, y ahí, en abstinencia
de todo estímulo ajeno, sin interferencias
emotivas, ahondar en la noción de unidad:
el último refugio de la subjetividad más
íntima, y llegar a percibir el mínimo y
acérrimo rumor de las colonias de bacilos
y bacterias dirimiendo su batalla cotidiana
en el seno de uno. De ellos depende
la unidad precaria, dudosa y paradójica
que abona nuestras aspiraciones de sujeto:
Por cada célula humana hay diez que
no lo son. 



jueves, 17 de noviembre de 2016

Rendir

(Horacio Ruminal)



Hay que rendirse, pero
sin victimizarse:
Lo que sobra son víctimas,
el mundo no necesita más

¿o sí?

Hay que discriminar
las víctimas legítimas
de los victimizados.

(Luego, apuntar a las víctimas
de esta discriminación: Hay
que apuntar a los que no se rinden,
no rinden tributo al rendimiento y
ni siquiera aceptan su culpa. Se
victimizan:  apuestan al rendimiento
de la victimización)

Hay que rendirse,
la sociedad del rendimiento
se sostiene en este axioma:

Lo que no rinde es desechable,
hay que aumentar el rinde,
optimizar el rendimiento.

El buen emprendedor, el empresario
de sí mismo, nunca se rinde: sabe
que el fracaso y el error, son oportunidades
de crecimiento, y siempre hay potenciales
víctimas que cobrar.

Hay que rendirse a la evidencia:
Si a otros les va bien y a nosotros no,
es que algo estamos haciendo mal.

Hay libros de autoayuda para superarse:
El arte de ganar
El arte de negociar
El arte de vivir de la basura
El arte de vivir del arte.

El arte no va a salvarte
pero puede enriquecerte

( hay distintas formas de enriquecerse,
  pero  todo  enriquecimiento es ilícito )



lunes, 31 de octubre de 2016

decisiones

(Horacio Ruminal)



Las buenas decisiones
incrementan la autoestima.

Incrementar la autoestima
es una buena decisión.

Hoy sabemos -se nos hace saber-
que somos producto de las decisiones
que tomamos: cada uno tiene el presente
que merece; que es el resultado de las
decisiones del pasado.

Somos pasado: una historia viviente
que condiciona y determina nuestra
forma de producir presente.

No se puede desandar, ni borrar, ni
rectificar: el pasado es pura información,
pero no es conocimiento si no puede
procesarse: hay un proceso, un pasado
que superar, hay una pesada herencia,
heredamos una Historia hecha por otros.

Hay un presente, una realidad que deja
que desear, no es lo que esperábamos.

Como sociedad, hay que hacerse cargo
de las malas decisiones del pasado,
aunque ésto signifique una pérdida
para nuestra autoestima común.

Somos el presente del pasado:
No somos lo que hacemos, ni siquiera
lo que hicimos. Estamos sujetos a nuestra
propia condición histórica:

"Los hombres no hacen su historia a su propio
arbitrio.  No la hacen bajo circunstancias que
han elegido, sino que le fueron determinadas,
legadas por el pasado.  La maldición de
todas las generaciones muertas oprime
como una pesadilla el cerebro de los vivos"

Borrar la huella histórica
podría ser una buena decisión,  pero
no es fácil tomar buenas decisiones;
la realidad, marca una tendencia:  la mayoría
de nuestras decisiones son dudosas, cuando no
erradas.

Luego, no hay que subestimar a quienes
carecen de capacidad de decisión:
Algún día nos pedirán cuentas,
basta que se decidan.







jueves, 27 de octubre de 2016

La palabra poética

(Ricardo Mansoler)



La poesía está siempre más allá
de las palabras.
Las palabras van y vienen
-como los poemas- con su carga
de arbitrariedad y sentido:
Como los poemas, circulan y remiten.
Pueden salir de circulación, volver
y caer en el olvido, como los poemas.

Los poemas son palabras agrupadas,
palabras que no serían poema
sin la intervención del poeta.

Hay palabras más y menos poéticas,
palabras neutras y palabras apoéticas.
El poeta elige, y debe ser meticuloso:
sabe que no puede usar ciertos vocablos
ni abusar de otros (si se juntan muchos
términos poéticos se neutralizan entre sí
y el resultado es contrario al esperado)

Pero la decisión es siempre subjetiva:

Vientre no es poética, por el contrario
remite a una zona de nuestra anatomía
asociada a funciones metabólicas.
Hay vientres salientes, prominentes,
planos, trabajados, claudicantes…

Es cierto que el bajo vientre
también alberga órganos genitales.  Pero
cuando se habla de vientre, se piensa
en intestinos, tripas, movimientos internos
de órganos tan poco poéticos
como las funciones que representan;
mover el vientre es una metáfora común
entre las menos poéticas.

Sin embargo, hay poetas que hacen caso
omiso de la condición apoética y recurren
a este significante con mayor o menor fortuna:

Miguel Hernández (Menos tu vientre)
o Spinetta (Muchacha ojos de papel: el punto
poético más alto de toda la historia de
nuestro rock nacional -paradójicamente
no es rock)  son buenos ejemplos.

La poesía está más allá de las categorías
y las divisiones.

La poesía está siempre más allá
de las palabras.

domingo, 16 de octubre de 2016

Superación o muerte

(Carlos Inquilino)



La adaptación es la respuesta
superadora a todo conflicto -es útil
aceptar:  sin aceptación no hay
adaptación-

La capacidad de adaptación es
condición evolutiva: los más aptos
se adaptan.

Hay que adaptarse al ritmo evolutivo,
hay que aceptar las condiciones que
impone la evolución.

Hay que adoptar pensamientos amigables
con el entorno y con el sesgo de la propia
evolución en curso,  pensar en positivo:
todo puede resultar aceptable desde una visión
superadora, un pensamiento bien armonizado
con la realidad que el mundo nos ofrece
(Las dificultades, los contratiempos, son parte
del camino evolutivo)

La aceptación y la adaptación, son signos
de un pensamiento positivo. Adoptar un
pensamiento positivo incrementa la capacidad
de adaptación (algo necesario para mantener
el ritmo evolutivo y acompañar el movimiento
que conduce al crecimiento sostenido)

Crecer es bueno, es positivo. Aceptemos,
aceptémonos como parte de ese crecimiento.
Quien no se adapta no crece: los más aptos
se adaptan; los inadaptados padecen y perecen.

El desierto crece, verificaba el filósofo
en el siglo XIX  (el mismo siglo de nuestra
Campaña del Desierto, que aún no acaba)

Hoy sigue creciendo, en más de un sentido
y  a un ritmo sostenido:
Hay que adaptarse al ritmo,  el ritmo de la
desertificación y confiar en la selección natural:
 
Somos la vanguardia de la evolución.
Somos la especie elegida... 
 
(Y somos mayoría los que deseamos la cortesía)


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