domingo, 27 de mayo de 2018

La realidad verificable

(Epifanio Weber)



Toda verdad tiene dos caras
a diferencia de la realidad, que muestra
una pero enmascara más.

La verdad no reconoce amantes, aunque nunca
le faltan postulantes, pretendientes, aspirantes.

Verdades eran las de antes -otra verdad por
verificar- pero la evolución permanece inexorable:
la posverdad es más útil que la verdad, y se
adapta a cualquier necesidad amatoria.

Verás que la veracidad no es todo, cantaba un inveterado
ocasional que intentaba posar de verosímil.
¿Quién necesita ser veraz? ¿Qué queda por verificar?

El perfoverificador cargado de futuro
me mira sin comprender: busca en el disco rígido,
repite la operación, busca su clave en la memoria,
me mira con un gesto; me ve perdiendo el cartel:
se busca.

Los buscadores de la verdad, hoy gozan de su
jubilación mientras tramitan el certificado de
supervivencia.

La evolución se verifica a cada paso:
el perfoverificador de antaño evolucionó
en pordiosero. -Ud. tiene 2 mensajes nuevos,
y 4 no leídos- le avisa el celular. Pero no,
no quiere saber nada con lo nuevo. Nada nuevo
puede ser bueno, repite mientras pide.

¿Le pide a todos?

-Sí, sólo no le pido a dios.

¿No cree?

-No lo conozco; no necesito nada desconocido.

¿Pide por necesidad?

-Sí, necesito pedir, como otros necesitan dar,
deshacerse. Tengo el hábito, ó el vicio.

-La necesidad no es vicio

¿Qué necesidad?

...............................................................


-Usted no dispone de crédito para realizar
este poema-

lunes, 30 de abril de 2018

Animales anómalos

(Asensio Escalante)



Sólo se ama lo que se conoce
- dijo alguien que desconozco -
 
¿amar es conocer?
 
No siempre
 
¿es condición necesaria?
 
No podría afirmar ¿y la aventura?
¿el amor a lo desconocido?
 
¿conocer es amar?
 
No parece muy sensato: el amor
tiene un componente de misterio y
fantasía que el conocimiento anularía.
 
¿los animales aman?
 
Amamos, somos animales terrestres:
nuestro elemento es la tierra.
Algunos aman la tierra, otros sólo la valoran
como recurso: compran y venden tierras.
La mayoría no compra ni vende y permanece
ajena a las propiedades de la tierra. Algunos
no tienen raíces, otros echan raíces aéreas y
estiman la tierra como un lugar para aterrizar.

Algunos aman la tierra porque es lo único
que conocen. No todo lo que se conoce
se ama, pero el conocimiento es un arma:
Amar es elegir, elegir es descartar; amar es
descartar: Quién no descarta nada no ama
nada.


Están los que no encuentran, en este mundo
terrenal, nada que merezca ser amado. Y aquellos
que, por el contrario, no saben qué descartar a la
hora de elegir: no conocen sino un amor disperso
y vacilante.

Algunos aman la tierra, acaso por ser lo único
que conocen. ¿Será ese el verdadero amor?
¿Es procedente hablar de conocimiento verdadero?
¿Hay conocedores y conocedores?
¿Quién conoce mejor la tierra?
¿El geólogo? ¿el geógrafo? ¿el agrónomo?
¿el agrimensor? ¿el agricultor? ¿el terrateniente?
¿el enterrador?
¿el enterrado?

Entérese

Tendencias verdaderas

(Horacio Ruminal)



Tiendo a la superación,
no puedo dejar de superarme.
La voluntad superadora
es lo que impulsa el movimiento evolutivo:
Pasamos de un estado a otro. Paso.
Un pensamiento da lugar a otro, somos lo
que pensamos, dijo al pasar Parménides.
El pensamiento se reformula a cada paso;
no se puede esperar nada del pasado, ni
aferrarse a una pasión. Las pasiones pasan,
los pasatiempos pasan.

Las naturalezas superiores, no se detienen
en la observación de la realidad sino que la
transforman. Todo estado puede ser superado
(aunque sólo por otro, observó un filósofo)

Tiendo a la superación: esta necesidad, nace
de la insatisfacción; esa tensión sostiene el
pulso evolutivo: quien se sienta satisfecho
no sólo querrá mantener su estado, sino que
opondrá resistencia a cualquier alteración.

La evolución histórica, la producción de
conocimiento y las sucesivas transformaciones
en nuestras condiciones de vida, que nos permiten
gozar o padecer esta realidad que transitamos,
es deudora de esas almas insatisfechas.

No se puede soslayar la importancia del conflicto,
la necesidad de confrontar, oponerse y desarrollar
contradicciones. Esa tensión, es el combustible
de la evolución.

Creo en las tendencias que no se imponen,
creo en lo que tiende a, sin otra pretensión
que sostener esa tensión sin resolver (resolución
es reposo, y del reposo no hay nada que esperar)

La posición correcta fracasó, fue superada por las
tecnologías de diseño y la inteligencia artificial.

La verdad pasó a la oposición. Las mejores conciencias
no vacilan en apostar a la oposición, pero la oposición
está dividida y nadie sabe cual es la verdadera.

sábado, 31 de marzo de 2018

Por otros protocolos

(Ricardo Mansoler)

 

No tengo convicciones, pero tengo pautas.
No tengo valores, pero tengo códigos.
No tengo amigos, pero tengo contactos y seguidores.
No creo en la ley, pero sigo protocolos.

Todos observamos protocolos.
Se puede prescindir de la ley, más no
del protocolo.

Toda acción, aún la más insignificante,
obedece un orden protocolar.

El protocolo, es un orden que contempla y
determina los sucesivos pasos a seguir
para arribar a un resultado predeterminado.

Cada uno, tiene sus propios protocolos
cotidianos, conductas que repetimos como
fórmulas, hábitos adquiridos cuya repetición
se vincula a una necesidad, y su respuesta
más o menos previsible.

Se puede inducir que la vida se reduce
a la aplicación correcta y articulada
de una cantidad de protocolos repetibles.

Cada disciplina, cada actividad humana,
reconoce los que le son propios:
El protocolo del proctólogo,
el protocolo del arzobispo, del carnicero,
del meteorólogo, del asensorista, del jugador
o del gendarme; del agregado cultural, del
traductor, del ideólogo y del enterrador,
el protocolo del taxidermista, del especulador,
del epistemólogo, del turista o del torturador,
son diversos entre sí, como el protocolo del
redactor y el del redactor de protocolos…

Yo tengo mi protocolo para escribir,
pero me lo reservo: no quisera ser
calificado como confesional, ni siquiera
como auto referencial,  tengo
mis códigos; y son parte de otros 
protocolos.


sábado, 24 de marzo de 2018

Estados


(Onésimo Evans)

 


El estado de bienestar fracasó
pero el estado no.

El bienestar es un estado transitorio,
no se puede estar bien siempre. La
estabilidad no produce cambios
significativos, ni genera oportunidades.

El estado no puede dar respuesta a
todas las necesidades, ni puede asistir
a todos. El estado no somos todos,
aunque todos somos contribuyentes:
lo sostenemos entre todos.

Hay quienes viven del estado, quienes
lo administran y quienes hacen fortunas
a costa del estado.

El estado es muchas cosas, pero nunca
es neutral, ni natural: en su estado natural,
el hombre no necesita un estado.

Hay estados, estadíos, estadios
y está dios, que no es neutral ni natural
-como el estado, y cualquier otro
significante- e igual nos ama.

miércoles, 28 de febrero de 2018

Trampas

(Tomás Mercante)



Este poema puede contener escenas de
sexo explícito, excesos verbales
y términos irreproducibles. Leí y pensé:
una trampa, para atrapar al lector incauto,
una oferta que nadie sano rechazaría, un
engaño, que para verificar hay que entrar
en el juego, dejarse engañar…

No: no caeré en esta trampa.
Ningún engaño se concreta sin la complicidad
de la víctima, el engañado. Conocemos bien
este mecanismo; su éxito en la práctica
política está a la vista, y la opinión pública
renueva su vigencia. Hay un placer, pareciera,
en esa complicidad necesaria; en sentirse
engañado, en descubrir el engaño y negarse a
aceptarlo. Esperamos más ¿Hasta dónde
llegará? ¿siempre mintieron? ¿era todo un
engaño?

Al comprobarlo, el engañado piensa: No me
engañan más, no lo voto más. Pero el engaño
se ha consumado con éxito, y no habrá condena
real, ni moral, ni social y los engañados olvidarán
el engaño y a su autor, para adoptar uno nuevo
que hablará del cambio, de la nueva política, del
futuro, oportunidades, reconversiones y otros
excesos verbales. La lengua es dinámica y en
continua evolución, se renueva, siempre aparecen
nuevos términos para adoptar, y adaptarnos a la
nueva realidad -la realidad es cambiante, y
siempre genera oportunidades para emprender
nuevos engaños-

No nos engañemos:  nadie quiere volver al pasado;
la Historia contiene demasiada violencia, corrupción
y engaño. Hay que despegarse y mirar para adelante:
cada uno frente a su pantalla, ahí está todo lo que
se necesita, es cuestión de buscar y seleccionar
una opción: hay sexo explícito para todxs los gustxs.



martes, 27 de febrero de 2018

El poema y el Otro

(Ricardo Mansoler)



El poema de uno empieza
donde termina el poema
del otro.

Es más fácil hacer poemas de otros
que hacer uno de uno, por eso hay
más de aquellos (yo tengo muchos
poemas de otros)

El poema de uno, hay que buscarlo
con paciencia, entre los otros:
A veces no aparece nunca, o bien,
solemos creer que es uno, pero era
otro. No es fácil identificarlo:
No siempre uno se reconoce en lo
propio, y el poema de uno logra
pasar desapercibido para algunos,
hasta que viene otro y lo advierte:
Sólo entonces uno reconoce, y puede
reconocerse en el poema, o no.

No es tarea fácil para nadie
reconocerse a sí, dando por seguro
que es ese y no otro, su poema:
A veces no es ninguno, no hay certeza,
y nos inclinamos a creer que siempre
es otro el verdadero, el genuino, el que
hace la diferencia (hay que diferenciar
entre lo propio y lo adquirido)

El poema de uno, empieza donde
termina el poema del otro.

Puede no terminar de aparecer, no
llegar a buen término y también
no aparecer, pero cuando lo hace
está siempre rodeado de otros.
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