sábado, 30 de junio de 2018

Crecer envejece

(Onésimo Evans)



Crecer envejece,
es menester detenerse en el esqueje:
crece, reverdece, se estremece
y comienza a declinar.

El crecimiento es un viaje de ida,
yo nunca maduré ni quise,
aunque no deje de envejecer.

Hay que asumir la culpabilidad
de envejecer, de enfermar, de morir.
Hay que asumir con madurez
y saber morir a tiempo -mi padre, a
mi edad, ya estaba muerto-

Cuando nací, no sabía lo que me esperaba.
Pronto supe que estaba equivocado: yo
esperaba otra cosa.

Supe perseverar en el error no forzado,
supe ser un zurdo contrariado, pero con
los años me rectifiqué, pasé de ser un
adelantado a repetidor serial en avanzado
estado.

Supe ser abonado en servicio, locatario,
locador, sr. contribuyente, estimado cliente,
testigo innecesario.

Hay que tener, al menos, una línea de conducta,
ser consecuente con lo que se piensa.
Hay quienes hacen lo que piensan, quienes dicen
que hacen y quienes piensan demasiado como
para poder hacerlo.

Hay quienes piensan antes de hacer nada
y quienes prefieren no pensar: actúan de oficio
hasta llegar a viejos. Crecer envejece,
pero sólo se es viejo cuando se abandonan
los vicios.

viernes, 15 de junio de 2018

El estado y sus opciones

(Dudamel Rambler)


La base estalla
sin un estado que la contenga
Estamos: en un sentido excluyente,
el estado es la base de la estabilidad,
condición necesaria para no estallar.

El estado adopta medidas para evitar
o impedir los desbordes que pueden
hacer que el estado estalle: “Estábamos
al borde de un estallido, pero el estado
pudo contenerlo. Ahora nos sentimos
más contenidos”

El estado tiene sus órganos, como un cuerpo,
un organismo superior que contiene todos
los cuerpos.

El cuerpo contiene anticuerpos, hay anticuerpos
vivos y muertos, como los cuerpos (el anticuerpo
muerto no produce un cuerpo vivo: la doble nega-
ción, como otros principios y leyes matemáticos
no se verifican en cuerpos y anticuerpos)

El estado decide sacrificar algunos cuerpos (por
medio de sus anticuerpos) para mantener la
estabilidad del cuerpo social.

Hay distintos tipos de estado: está el estado que
asiste, el estado presente, y está el estado ausente.
Preferimos el presente, aunque no hay asistencia
perfecta: somos imperfectos bajo distintos estados.

Preferimos el presente, aunque sabemos que el
presente es de lucha, al igual que el pasado ( el
futuro siempre es incierto)

El estado no somos todos, pero los beneficiarios
son siempre los mismos, y ante la falsa opción
los electores nos inclinamos hacia el mal mayor:
A ver si aprenden a mejorar la oferta.

jueves, 31 de mayo de 2018

La solución integral

(Dudamel Rambler)


La integración no es todo,
pero resuelve una buena parte
de las contradicciones de la vida
del mortal.

Asóciese y acójase a los beneficios
de la integración.
Intégrese y comparta.
Partamos de una base: saberse parte
de algo mayor que uno, aumenta las
defensas, provée estabilidad y estimula
el desarrollo de vínculos saludables
con el entorno (hay que saber rodearse)

Reformúlese, reconfigúrese, recapacítese,
reconviértase: reiníciese,
aún está a tiempo de pertenecer.
 
La lucha solitaria contra el mundo, es una
causa perdida de antemano. Corte por lo
sano: No luche, lo más sano es la integración
(todos tenemos un costado sano que desarrollar,
el desarrollo sano incluye la integración)
 
En condiciones naturales, un sujeto sano
no debería presentar dificultades de
integración. Hay tantas formas de integrarse
como oportunidades.

La integración exitosa, brinda seguridad,
eleva la autoestima y produce endorfinas,
a la par que permite acceder al goce del sentido
de pertenencia  (con las ventajas del placer seguro)

Hay que pertenecer: esta frase no me
pertenece, pero la puedo reproducir
libremente reconociendo mi integración
al sistema de producción y circulación
de citas.

Hay que pertenecer: yo pertenezco a la
oposición por el momento.

Sólo a partir del propio reconocimiento
a un lugar de pertenencia, es decir, sólo
cuando se descubre a qué se pertenece,
es posible interactuar y mantener un comercio
fluído con otros miembros.


Hay que pertenecer, saber pertenecer
no importa a dónde, ni a qué.
 
Hay que pertenecer, después gozar,
después partir.


Dadores

(Ricardo Mansoler)



Necesidades dadas y adquiridas:
dar y recibir, incorporar y emitir,
embolsar y desembolsar, importar y
exportar, apropiar y enajenar.

Dados a discernir entre los verbos dados,
entre sus distintos usos y procedencias
y sus acepciones aceptadas, la amplitud
del verbo dar, da para dudar: Si el verbo
es de un valor dudoso, es dable dudar de
todos los dadores (y de todos los valores
asociados al verbo)

Se dan distintos tipos de dadores. Todos
somos dadores y receptores en distinta
medida y en distintos momentos, pero la
pregunta a formular es: ¿por qué damos?
¿Por qué da el dador?  ¿Hay un goce propio
de esa enajenación, a menudo inmotivada o
sin un sentido dado?  ¿Se goza al dar goce?
¿Gozamos de propiedades que nos exceden,
en tanto sujetos de ese intercambio dado?

¿Era la duda anterior al verbo?
¿Hay más preguntas?
No, sin verbo no hay pregunta.

Las respuestas son diversas, no existe el
dador universal, ni el vocacional, ni el
dador profesional: Se puede dar fe, dar
crédito, dar ánimo, dar lástima, dar amor,
dar asco, dar vida y dar muerte; hay datos
fehacientes.

Se puede dar, como respuesta a una demanda
externa. Dar como respuesta a una necesidad
intrínseca (hay que darse al amor)
Dar a cambio o dar para recibir más de lo que
se da (la modalidad especulativa es la más
común entre nosotros)
Dar por una denodada incapacidad de no dar,
dar por debilidad, por no poder negar: el tipo
que configura el dador involuntario.
Dar, por no valorar lo dado (o valorarlo en
forma negativa) o dar para deshacerse de algo
inútil.
Dar por desaprensión, o por desprendimiento
natural (hay que dudar de todo lo que parece
natural, tanto como de lo que se desprende)
Dar por descontado, dar para mantener el crédito
abierto. Dar como muestra de que se es una
persona o un sujeto dado. O para reconocerse
y ser reconocido como dador.

Dar como respuesta a un estímulo dado.
Dar signos, dar señales, dar síntomas,
dar como miembro o para mantener la condición
de miembro dado.

Dar por error u omisión, por un impulso irracional
e incontenible, o dar porque se dio.

Dar por haber dado con una vocación equivocada.
Dar por azar, porque es parte del juego
y la suerte estaba echada en dados
que no pueden abolirse.


lunes, 28 de mayo de 2018

Hormigueros

(Carlos Inquilino)




Las hormigas viven el presente,
tienen una línea de conducta;
trazan surcos en el jardín que
describen el trayecto que puede
conducir al hormiguero, que es su casa
y está dentro de la nuestra (aunque
podría ser lo contrario: el mundo como
un gran hormiguero que estamos invadiendo.
Parece más verosímil, son mucho más antiguas
y todo indica que nos sobrevivirán: estamos
de paso, somos un mal pasajero, en ambos
sentidos)

Criaturas pequeñas y laboriosas, confían
en el número; la cantidad es poder:
Podemos destruir el hormiguero pero no
acabar con las hormigas.
Sólo si hacemos a tiempo para discontinuar
el reino vegetal, desterraremos a las hormigas.

Mientras tanto, seguirán reproduciéndose
como lo hicieron siempre, copulando y
desovando: obedeciendo el mandato genético.

De las hormigas proviene el ácido fórmico
(formica es hormiga en latín) que es lo que
produce ardor cuando nos pican.

No suelen andar solas, forman un río oscuro
y formiforme (escribo desde mi mesa de fórmica)

Cuando las hormigas fornican, producen ácido
fórnico, a diferencia de nosotros que producimos
un ácido agridulce de nombre fatigoso
pero sin valor comercial, ni utilidad
residual. 

domingo, 27 de mayo de 2018

La realidad verificable

(Epifanio Weber)



Toda verdad tiene dos caras
a diferencia de la realidad, que muestra
una pero enmascara más.

La verdad no reconoce amantes, aunque nunca
le faltan postulantes, pretendientes, aspirantes.

Verdades eran las de antes -otra verdad por
verificar- pero la evolución permanece inexorable:
la posverdad es más útil que la verdad, y se
adapta a cualquier necesidad amatoria.

Verás que la veracidad no es todo, cantaba un inveterado
ocasional que intentaba posar de verosímil.
¿Quién necesita ser veraz? ¿Qué queda por verificar?

El perfoverificador cargado de futuro
me mira sin comprender: busca en el disco rígido,
repite la operación, busca su clave en la memoria,
me mira con un gesto; me ve perdiendo el cartel:
se busca.

Los buscadores de la verdad, hoy gozan de su
jubilación mientras tramitan el certificado de
supervivencia.

La evolución se verifica a cada paso:
el perfoverificador de antaño evolucionó
en pordiosero. -Ud. tiene 2 mensajes nuevos,
y 4 no leídos- le avisa el celular. Pero no,
no quiere saber nada con lo nuevo. Nada nuevo
puede ser bueno, repite mientras pide.

¿Le pide a todos?

-Sí, sólo no le pido a dios.

¿No cree?

-No lo conozco; no necesito nada desconocido.

¿Pide por necesidad?

-Sí, necesito pedir, como otros necesitan dar,
deshacerse. Tengo el hábito, ó el vicio.

-La necesidad no es vicio

¿Qué necesidad?

...............................................................


-Usted no dispone de crédito para realizar
este poema-

lunes, 30 de abril de 2018

Animales anómalos

(Asensio Escalante)



Sólo se ama lo que se conoce
- dijo alguien que desconozco -
 
¿amar es conocer?
 
No siempre
 
¿es condición necesaria?
 
No podría afirmar ¿y la aventura?
¿el amor a lo desconocido?
 
¿conocer es amar?
 
No parece muy sensato: el amor
tiene un componente de misterio y
fantasía que el conocimiento anularía.
 
¿los animales aman?
 
Amamos, somos animales terrestres:
nuestro elemento es la tierra.
Algunos aman la tierra, otros sólo la valoran
como recurso: compran y venden tierras.
La mayoría no compra ni vende y permanece
ajena a las propiedades de la tierra. Algunos
no tienen raíces, otros echan raíces aéreas y
estiman la tierra como un lugar para aterrizar.

Algunos aman la tierra porque es lo único
que conocen. No todo lo que se conoce
se ama, pero el conocimiento es un arma:
Amar es elegir, elegir es descartar; amar es
descartar: Quién no descarta nada no ama
nada.


Están los que no encuentran, en este mundo
terrenal, nada que merezca ser amado. Y aquellos
que, por el contrario, no saben qué descartar a la
hora de elegir: no conocen sino un amor disperso
y vacilante.

Algunos aman la tierra, acaso por ser lo único
que conocen. ¿Será ese el verdadero amor?
¿Es procedente hablar de conocimiento verdadero?
¿Hay conocedores y conocedores?
¿Quién conoce mejor la tierra?
¿El geólogo? ¿el geógrafo? ¿el agrónomo?
¿el agrimensor? ¿el agricultor? ¿el terrateniente?
¿el enterrador?
¿el enterrado?

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