martes, 9 de febrero de 2021

El poema aceptable

 

(Ricardo Mansoler)

 

¿Cómo sé que soy un poema?

Preguntaba el sospechoso al arribar
a un mundo ya poblado de sospechas,
problemas y poemas.

No sé, me dije y lo agendé
-¿y tú me lo preguntas?
Repregunté, para citando, ganar tiempo
y buscar una respuesta no improvisada...

Habría que recurrir a la autoridad de aplicación,
voceros oficiales, representantes legales, o
personal subalterno con capacidad de decisión…
Verificar si cumple con las aplicaciones y funciones
de la condición poética, normas vigentes, códigos
establecidos y edictos policiales.  Y en su defecto,
recurrir a la Poesía Científica.

¿Y si no funciona como tal, si no es funcional, no
estaríamos en presencia de la función poética?

-Afirmativo. No califica, no reúne los requisitos
para ser poema: la función hace al órgano, y éste
al cuerpo del poema, un organismo vivo, decía Vallejo,
un poeta del quien nadie duda.

¿Y cuál es esa función?

-No se sabe, hay opiniones encontradas:  Revelar,
emocionar, inquietar, alterar el orden, producir
sentido, cuestionar sentidos, ensayar, jugar, recuperar
el valor de la palabra, cambiar el mundo, abolirlo
o preguntar por la función poética etcétera...

¿Y si hubiera dudas?

-No califica.

¿Hay poemas más y menos calificados, más y menos
vivos?

-No, hay categorías:  Hay poemas buenos, malos y
dudosos… Y está el poema aceptable.

¿Cómo se hace para calificar de aceptable?

-Fácil, es un poema que se lee sin dificultad, todos
aceptan que es un poema, cumple ciertas condiciones,
pero a nadie le mueve un pelo ni lo saca de sus casillas.

No sé si aceptaría ser aceptable, aunque fuera poema…

-Son los más populares, circulan sin contratiempos y
reciben adhesiones. Cuentan con el favor del público.

Creo que quisiera pasar…

-Hay que saber pasar, sí… Aceptar estar de paso
  es la primera condición poética…

Paso 

-¿Quiere pasar, sin más..? 

Sí, paso y quiero.



viernes, 5 de febrero de 2021

Nunca volveré al pago

 

(Asensio Escalante)

 

Nunca volveré al pago,
dijo la voz popular
de un líder motivacional.

Hay que mirar para adelante
y dejar de repetir viejos errores,
el pasado ya fue
y no puede ser modificado.

Cada uno es artífice de su futuro,
nadie debería querer volver al pasado.
El pago es el pasado:   Hoy pagamos
las deudas del pasado.

Vivir es ver volver,
cito al azar a Azorín.

¿Quién lo recuerda?

Un poeta dudoso y olvidado,
tan pequeño como su nombre diminutivo.
Azorín es parte del pasado.
No seas Azorín.

Hay que mirar para adelante,
optimizar los recursos propios
y concentrarse en el presente,
para ser más competitivos, encarar
los nuevos desafíos y aprovechar
las oportunidades del futuro.

El futuro está en vos,
vos podés:
podés capacitarte, optimizarte, reconvertirte
y concentrarte en tu propia alegría interna…

¿Que no tenés vida interior?

No importa, olvidá todo y concentrate en este
mantra  sagrado de la sabiduría ancestral:

“Soy  yo  y  es  ahora”

El resto es puro spam.
Hay que olvidar viejas consignas
que vienen del pasado y dejar
de repetir.

No debemos nada al pasado
ni al pago.  Honremos nuestras deudas
y repitamos juntos:

Nunca volveré al pago



(Si ya lo hiciste, desestimá
 este mensaje)

viernes, 29 de enero de 2021

Plantas

 

(Ricardo Mansoler)

 

Me gustaba esta planta,
aunque sólo conocía su nombre
y sus hojas lustrosas
de un verde profundo.

Quise tenerla, a pesar de la falta
de espacio y de árboles
con quienes suele convivir.

Se adaptó al departamento reducido
y a mis hábitos irreductibles,
tenía luz suficiente y parecía estar
a gusto.

Una noche, al salir del ascensor,
un perfume salvaje, expansivo y
purificador anticipaba la magia
que habitaba mi casa.

Me gustaba esa planta. Tuve otras
variedades de su especie, pero nunca
volví a percibir y disfrutar aquel
aroma profundo.

Siempre me atrajo esa planta,
hasta que supe que su savia es veneno.

Entonces la amé. 

martes, 19 de enero de 2021

Felices feligreses

 

(Ricardo Mansoler)

 

Cómo sé que soy fiel,
me preguntaba al pasar
por un paso a nivel
con un amigue ocasionel.

¿Fui yo?  ¿o era él?

¿quién oyó?
¿quién oyó?

Se preguntaba aquel...

Felices los fieles y las fielas,
felices filas feligresas que progresan
en procesión divina, hacia el centro
de toda emanación, amén

Soy lo que creo,
sostiene el feligrés feliz
en su perímetro acotado

¿Hay que buscar nuevos parámetros?

El Creyente, se sabe seguro en su fe.
No necesita otro lugar donde pertenecer.
Hay un plan perfecto que lo incluye,
y sabe que tendrá su merecido:
Sólo puede esperar justicia.

Felices filas feligresas que progresan
en el poema fehaciente,  
oh, brote emanado de esta fe.

Los recursos de la fe son infinitos,
se cree:  Más que los recursos naturales.
La Naturaleza es un recurso renovable.

Creo en la naturaleza de los recursos
renovables:  Renovamos la fe.

Creo en la vida parasitaria
y en la vocación de ser vicio,
confieso, sólo para citarme.

Creo en la reconversión de la carne,
en los sacramentos ornamentales
en los ornamentos sacramentales

Repito:
creo en los subproductos de la fe
y en la repetición como recurso poético,
para no repetir renovable.

Cada experiencia es única en su tipo.
Creo en el fenotipo, en el fenólico,
en los fermentos probióticos provistos  
por la fe, creo en la resiliencia y en la
alternancia, creo en la biodiversidad,
en la biomasa y en la serendipia.

Soy un hombre de fe.
La fe es un signo vital:   
Sin fe no hay creación posible.

Yo tengo fe, cantaba el cafetero oficial
antes de convertirse en oficial cafetero,
y cosechar los frutos de su fe en el café.

Yo tengo fe:  renovemos esta fe.

Cuando veo un feligrés
que se abalanza a la balanza
pienso dos veces en el fiel.

¿Cómo sé que soy fiel, Fidel?
Le pregunté a un amigue
en un burdel.

 

jueves, 14 de enero de 2021

Homero y la metáfora

 (Carlos Inquilino)

 

Soy del partido de todos,
anunciaba el poeta populista
en su célebre y popular milonga,
hace más de un siglo.

Eran otros tiempos, de guapos y malevos,
de ochavas y poetas populares

que  escribían milongas.

No se hablaba de populismo
ni del campo popular,
y un poeta podía calzar bota militar
sin recibir críticas, despertar suspicacias
ni alterar el orden público o poético.

El campo, todavía no había sido contaminado
y el campo popular no terminaba de definirse,
lo que permitía al poeta escribir versos
como ese, cuya contradicción sobrevive hoy
como anacronismo:  a  la metáfora se le permite
todo,  por eso siempre tiene partidarios…

Homero, adelantado a su tiempo, como
otros grandes poetas, apostaba a la retórica
populista, cuando todavía el populismo no existía

como recurso semántico para descalificar y
desactivar cualquier aspiración popular:

“Soy del partido de todos /
  y con todos me la entiendo”

Resultaba tan jugado y subversivo, que ahí
nomás tuvo que bajar el precio:

“pero váyanlo sabiendo /
  soy hombre de Leandro Além”

Un siglo antes de que se acuñara la fórmula
El Frente de Todos, dudosa aún como metáfora,
él mandó el “Partido de Todos”, mucho más osado
y pretencioso:  Un frente, es una pluralidad, una
comunión estratégica y provisoria de distintas
corrientes, que se juntan para ganar una elección.

Pero el Partido de Todos, es una unidad homogénea
y excluyente, un Sujeto indiviso capaz de contenerlo
todo, y por tanto, con derecho a reclamarse único.


“El partido de todos”  Fuera del uso metafórico,
no puede sostenerse, ni siquiera como aspiración
histórica:  Rechaza la lógica del pensamiento
binario, e incluso del más complejo o elaborado.

No hace falta ir muy lejos.
Si se acepta la existencia de ese partido,
no podría haber ningún otro:  sería tan inclusivo
como para excluir a todos los posibles otros.

Luego, sin competencia, sin oposición, no
tendría sentido su existencia, al menos en un
marco que se pretendiera democrático.

Algún grado de oposición, es necesaria. Aún
cuando no sea más que aparente, ficticia,
sirve para mantener la idea de control y
equilibrio:  no se puede hacer cualquier cosa
porque hay una oposición que fiscaliza, pone
límites, controla.

Así, mientras el gobierno negocia con su falsa
oposición, se preservan los valores democráticos
a la vez que se asegura el control de todo.

En conclusión:   El partido de todos,
no sería negocio para nadie…

El negocio está en la oposición,
una oposición constructiva,  dispuesta
a consensuar y a negociar.

Que respete la alternancia y contribuya
a la gobernabilidad, que no ponga palos
en la rueda y que venga a sumar.

Me gusta lo desparejo…



(Ref.  Milonga del 900 – Homero Manzi – S. Piana)
 


sábado, 9 de enero de 2021

¡A concomitar!

 

 

(Dudamel Rambler)

 

Coadyuvo,  connivo,  concomito

sin moverme de mi punto
de inflexión

Los verbos son pródigos
en oportunidades
para el buen observador

Se debe ajustar la sombra
al contorno de la  deuda autóctona
para no caer en la desinversión epistémica
y en la precariedad semántica

¡A concomitar!  ¡A concomitar!

Dijo una voz popular

(hoy cuesta encontrar voces populares
 pero hay otras opciones disponibles)


Coadyuvo,  connivo,  concomito

Creo en la alternancia y en la reconversión
Creo en el consenso y en la corrección
en el éxito anacrónico de las víctimas
apócrifas y en la resignificación
de la resignación como valor ajustable

Creo en la automatización de la reproducción
y en la desagregación asistida como recurso

Creo en el derecho a la autoidentificación
y a la autosatisfacción

(Nos ponemos de pie)

Rezar no resarce
pero podemos repetir

La adicción comienza
con los primeros poemas

Señora

¿Usted sabe dónde está su eje ahora?



jueves, 31 de diciembre de 2020

La evolución del verbo

 

(Horacio Ruminal)

 

 

Remontándose en el tiempo,
se advierte aún, que los verbos
representaban acciones
más o menos claras y precisas.

Pero ya no son lo que eran:
La evolución sumó complejidad al mundo
y al lenguaje  (el mundo al que pertenecemos)

La expansión del campo semántico
es un hecho irreversible, como la evolución.
Hay nuevas acciones que representar.  Y
lo que se gana en amplitud se pierde en precisión.

Siempre hubo hombres de acción
y hombres de palabra.


Pero desde la práctica teórica
surgen nuevas contradicciones:
Las acciones caen,
ya no son lo que eran,
los actos precipitan y los participios pasan
sin pena ni gloria.  Los límites
se tornan difusos, y aparecen todo el tiempo
nuevos significantes que agregan confusión.

La confusión, puede sumirnos en la inacción,
perdiéndose todo interés en la acción
como valor positivo.



II

Militar, en su acepción verbal, supo ser
un verbo serio, adusto. Expresaba una práctica
de un compromiso intenso, íntegro y hasta absoluto
con una causa.  Ésta, solía estar representada  en
una agrupación política, una organización armada, etc.

Se sabe que muchos militantes perdieron la vida
por la acción de los militares, que a su vez
cumplían órdenes de sus mandantes  (El verbo militar
estuvo siempre asociado al verbo obedecer)

Se podía militar, incluso en una secta o grupo religioso
(si es que hubiera alguna diferencia).  Pero siempre, sin
excepción, se militaba “en”,  no habiendo lugar a la duda
en cuanto al sentido de pertenencia, y a los fines de la
práctica militante.

Un militante, merecía el respeto de propios y extraños
por su actitud de entrega y compromiso, más allá
de compartir o no su condición ideológica.

No se concebía que alguien pudiera militar un Objeto Directo.

Pero los tiempos cambiaron,  y se descubrió
que el verbo ofrecía otras oportunidades, era cuestión
de obtener aceptación utilizando los medios y recursos
disponibles.

Hoy se acepta de buen grado
que se milite  el optimismo, la transparencia,
el entusiasmo, la relajación, la resiliencia,
el oscurantismo, el conformismo o el oportunismo,
así como el posibilismo, el terraplanismo,
el cortoplacismo, la misantropía, el crudiveganismo
o el pos positivismo.

Incluso, resulta aceptable militar la aceptación genérica:

“Lo que aceptas te transforma, lo que niegas te somete”
Repiten sus militantes.

Y más allá de las diferencias, si algo no queremos
ni aceptamos, es el sometimiento.



III

Sin duda, los cambios que ocurren en el lenguaje
acompañan o preceden los cambios en una
sociedad.  Hay distintas teorías y visiones.

Pero ante los cambios, surgen nuevas opciones
de militancia:  a favor, o en contra
(aunque también se puede militar la moderación)

Los que militan el Objeto Directo
hacen una interpretación más amplia y libre
del significado del verbo militar:

Creen que todo puede ser militado
y nadie puede poner límites, ni al Objeto Directo,
ni al derecho a militarlo.  Lo que explica la aparición
de militantes antiderechos.




IV


Resulta evidente, que la expansión semántica
del verbo, abre nuevos horizontes para
la biodiversidad militante.

Así, vamos incorporando muevas formas y diseños
para vivenciar la experienca militante con una
cada vez mayor horizontalidad:  

Militancia vertical, transversal, eventual, transicional,
subvencionada, tercerizada, precarizada, etc.

Militancia experiencial, para aquellos que solo desean
conocer la experiencia intensa de la práctica militante.

Y militancia aspiracional:  “estoy dispuesto a militar
sin descanso y sin medida, en cuanto aparezca algo
que valga la pena ser militado”



V

En cualquier caso, hay que aceptar, la militancia
no es lo que era:  la imagen del militante histórico,
abnegado y comprometido a ultranza, ha mutado,
mal que nos pese, en un  organismo genéticamente
modificado,;  una especie híbrida que ofrece toda
una diversidad de opciones, modalidades y aplicaciones,
como para que nadie se quede afuera.

La militancia como producto, expresa el éxito de la
intervención de diseño inteligente en el campo semántico
de la función verbal, generando nuevas fuentes y opciones
para el desarrollo de la actividad, lo que redunda en la
producción de nuevos sentidos de pertenencia, para
la optimización de la integración en un
verdadero modelo inclusivo:  

Todos tenemos derecho al sentido de pertenencia.
Hay que pertenecer.
No hay nada que no sea militable.


Hacía falta operar un cambio en el desarrollo
de este recurso semántico, que destrabara el
tránsito hacia el camino evolutivo:

No se podía sostener el verbo militar
constreñido, encorsetado y acotado
a la defensa y promoción de categorías abstractas
y obsoletas como libertad, igualdad, justicia
o soberanía…

¡Sólo la militancia es soberana!


VI

Toda evolución tiene un costo.
Así, al ampliar el sentido se diluye su carga
negativa original.  Lo que se gana en un lado,
se pierde por otro, una realidad:
Hay ganadores y perdedores, siempre hubo
(Conviene militar con / en / para / a / los que ganan)

Hay que aceptar el costo evolutivo.
Hay que aceptar:
Vale repetir la cita
de los militantes de la Repetición Permanente:

                            Lo que aceptas te transforma.
                            Lo que niegas te somete.



Con la evolución del verbo

el horizonte se amplía

y el desierto crece.

Hay mucho para militar.




VII

Lo que alguna vez fue un camino  sin retorno,
ahora es un número creciente e impreciso
de caminos que se bifurcan, sin solución
de continuidad.

La aventura de militar
está al alcance de todes:  
Ya no es un camino restringido a jóvenes elegidos,
esclarecidos, iluminados o creyentes.

No hace falta creer, ni tener convicciones, ni ser
joven. Ni ser un insatisfecho inmaduro, que incapaz
de aceptar su fracaso como sujeto, se refugia
en la comodidad de querer cambiar el mundo.

No, todo cambió. No hizo falta cambiar el mundo.
Bastaba cambiar un poco el sentido de algunas
palabras.

Ahora, sos libre de militar lo que quieras:  
Alcanza con una actitud positiva, alguna vocación
de servicio y las ganas de aceptar el desafío de la
aventura.

Sumate

No te quedes afuera

La militancia es más que un desafío
y una oportunidad:   Es una inversión
a futuro   (al futuro hay que militarlo)

Pensá en tus hijos,  aunque todavía
sean parte del futuro.
Pensá en el orgullo de poder
transmitirles tu experiencia…
Pensá en el de ellos, al poder decirle
al mundo:

Mi padre fue un militante…



No te quedes afuera
Sumate
y convertite en un militante soberano
o un soberano militante.

Hay causas militables para todes.
Abrazar alguna causa siempre suma
(aunque haya otras mejores)

Abrazar es fácil, no hace falta poseer
una formación específica ni genérica,
ni tener opinión formada:
Hay información disponible,  y sobran
formadores de opinión.

Toda causa es proveedora de sentido.
Hay que darse, sin medirse.
Hay que abrazar,
por la parte abrazable de las causas,
para gozar en plenitud
la condición de miembro.

Sumate, decidite, animate a emprender
una militancia soberana.

El Sujeto ya lo tenés,
el verbo te está esperando, como una novia.
El Objeto Directo lo ponés vos.

                        ***


Nota al pie:  Si tenés dudas en cuanto al objeto,
podés militar este poema militante, aunque
dudoso:  muchos pondrán en duda su condición
poética, y hasta su condición militante...


(Pero sólo es cuestión de militarlo bien)




 





 

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