lunes, 8 de septiembre de 2025

Poesía o ideología

 

 

(Malcolm Mercader Ergástulas)

 

La poesía sobrevive a todas

las ideologías.


¿Las resiste?  No, no necesita

resistirse a ellas para sobrevivir,

basta adaptarse a una u otra

según sea oportuno.


La ideología es temporal, provisoria,

tiene un momento de expansión, y

luego declina.


Algunas declinaciones son más lentas

pero la entropía es indeclinable y su

movimiento tiende a cero, como la vida.


Es una cuestión de tiempo,

como el poema que empieza y desciende

suavemente hacia su fin. ¿Cuánto dura la

vida del poema?


No tiene una única, se divide:

La de su factura y la de sus lecturas,

aunque sea singular. Ambas son breves

y acotadas, pero le bastan para existir.


Es un objeto efímero el poema,

que se alimenta de todo y sabe ocupar

su lugar entre las especies efímeras,

que no son pocas.


Tampoco son pocos los poemas,

que siempre vuelven a emerger y brotan

de la nada como hongos y siempre están

reproduciéndose, aunque no nos enteremos.


¿Decimos que resiste?


El poema sólo resiste al tiempo, por eso

sobrevive a las ideologías, aunque las

contenga.


La poesía, en cambio, es un lugar vacío

que no resiste nada, ni se mueve de su

sitio histórico.


La Historia está compuesta de ideología,

se debe a ella.


Sólo el poema puede prescindir, pero es

difícil que lo haga, sin convertirse en un

objeto estéril, vano y sin interés.


Los intereses son inseparables de la ideología

y son lo único que sobrevive entre mortales:

Siempre encuentran una “nueva” ideología

que los exprese.


Incluso dentro de un poema como éste,

que no es un poema pero podría serlo.


La poesía va a sobrevivir hasta a la última

ideología humana, me dijo un ideólogo

altamente calificado.

 

domingo, 7 de septiembre de 2025

El reinado de la división

 

 

(Eleuterio York)

 

Divide y reinarás.

Luego, no te quedes sentado

en el trono disfrutando tu

tinado y ejerciendo el legítimo

goce del verbo reinar, mientras

divisas las diversas divisiones

que te coronaron y te pertenecen

por gracia divina.


No descanses en lo conseguido,

ni te duermas sobre tus laureles.

No te abandones a la pasividad

de los goces temprales y terrenales.


Un guerrero no descansa nunca;

Siempre hay algo más que conquistar

y siempre hay alguien conspirando

para dividir las fuerzas propias

y medrar con nuestras divisiones

internas y naturales.


No confíes en el reposo merecido:

Nadie ese lo que merece y nada

tiene por qué ser suficiente.


Subdivide y multiplicarás tu poder,

tus posesiones, tus súbditos, y los

dividendos que producirán los

sometidos.


Divide, subdivide, avanza:

La división no tiene fin, y sólo

puede ser profundizada en un sentido.


El poder surge de la división,

creación y emanación divina.


Las primeras formas de vida

se reprodujeron por división.

 

sábado, 6 de septiembre de 2025

Todo ritmo es político

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Todo ritmo es político,

quieras que no

es su forma de ser,

te guste o no.


Falso o verdadero,

todo ritmo es político,

te quepa o no.


¿Te gusta este ritmo?

Si no, podemos probar

con otro, u otro, hasta

encontrar alguno:


Hay un ritmo para cada

necesidad, sólo hay que

encontrarlo.


Estamos hechos de necesidades

y funciones. No hay función sin

ritmo: La vida es movimiento:


Falso o verdadero, todo movimiento

tiene un ritmo, o es parte de otro.


Todos somos parte de algo que

nos excede, llamalo como quieras

sin salir del ritmo.


No hay un ritmo apolítico, aunque

son bastantes: Cada cuerpo contiene

varios ritmos, algunos ni los conocemos

aunque podamos seguirlos.


Todo cuerpo es político como sujeto

y objeto de funciones que obedece.


¿No te gusta tu ritmo? ¿Preferirías

otro más confiable y amigable, y

menos político?


Con los ritmos incorporados al cuerpo

no se puede hacer nada, no se puede

cambiar de cuerpo así porque sí.


Cada cuerpo goza de funciones que

le son propias, con sus ritmos asignados

¿Cuánto hace que no vas de cuerpo?


El ritmo está muy vinculado al goce,

al igual que la repetición. Eso explica

que algunas políticas se repitan, a pesar

de haber fracasado repetidamente.


La cuestión es no perder el ritmo:

Todos los otros valores son enajenables,

y en algún momento se pierden.


Un ritmo puede ser más o menos poético,

pero todo ritmo es político, como queda

demostrado.


Su base de sustento es la obediencia

y la repetición de valores y secuencias,

con subordinación y valor.

 

Seamos justos con el ritmo, él no tiene

por qué serlo.  Sólo pide obediencia,

hay que ajustarse sin pedir más. 

 

viernes, 5 de septiembre de 2025

La carrera del mamífero

 

 

(Serafín Cuesta)

 

Una vez que el mamífero primordial

supera la lactancia, empieza a masticar 

el mundo y saborearlo, reconociendo

su naturaleza superior. 


Sin saberlo, incia una carrera

azarosa, pero plagada de aventuras

únicas y reproducibles, hasta alcanzar

la meta:


Una experiencia maravillosa o no,

según la calidad de su dentadura,

que depende de la herencia genética

y los hábitos saludables, a partir

de una lactancia correcta.


Una experiencia con distintos matices,

de ambos signos, donde nada es seguro

hasta el final: La incertidumbre, es propia

de toda aventura y la hace excitante.


Una experiencia agotable,

pero no enajenable, como otros bienes:

 

Cada experiencia es distinta a todas,

lo que la vuelve una oportunidad única.

 

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Volver a revolver

 

(Tomás Lovano)

 

Hondas horas

doliendo en el durar

dorado que el reflejo

horada.


Enlutado el lodo

adivinándolo a altas horas


Ondas al tono pernoctan

en un charco de divino lodo,

ondas oreándose desnudas


como hordas aisladas, sordas

que vuelven del pasado

a un ritmo envolvente,

ligeramente abovedado,


Vuelven a devolver el reflejo

adivinado de aquellas horas

pares, como párpados pareados.


Hondas horas que perduran

en el dolo sin devolución,

enlodadas hondamente


apareándose en el eco

que no dice, doblegado,

en esa calle sin detonar.

 

La espora soñada

 

(Antístenes Oquendo)

 

Soñé que era una espora,

y nadie me esperaba,

como es natural.


Nadie espera nada de una espora

ajena, es común que ni siquiera

se reconozcan: Algunas son tan

pequeñas que ni se ven.


Tampoco lo necesitan, probablemente

las esporas no nos necesitan, aunque

tampoco son las únicas:


Hay una buena cantidad de especies

animales y vegetales que no nos

necesitan.


Es más, está lleno de organismos

de distintas formas y tamaños

que conviven con nosotros

sin necesitarnos, algo que estamos

aprendiendo a imitar.


En realidad, nos importan bastante poco

las esporas: Por lo común, nadie sabe

bien qué son, ni para qué sirven.


En forma esporádica, aparece algún

iniciado y nos ilustra sobre clases de esporas

y funciones específicas más comunes.


Yo, por ejemplo, no sabía nada de esporas,

ni cuantas células tienen, ni cuántos poros

necesitan. No me interesaba saber de esporas.


Ahora aprendí algunas cosas, siempre se

puede aprender algo de los sueños. Podría

reproducirlo, pero creo que resultaría aburrido.


¿A quién le importan las esporas?

¿A quién le importan los sueños ajenos?


A la larga, es aburrido ser espora,

aunque sea en sueños.

 

martes, 2 de septiembre de 2025

El verdadero error de interpretación

 

 

(Epifanio Weber) 

 

Casi todos los errores

tienen origen emotivo.


La emoción domina el ámbito

de las decisiones y la mayor

parte de nuestras emisiones no

materiales.


No es casual, que elpoder apele

a lo emotivo para ejercer control,

dominio y manipular opinión.


Un poema dominado por el elemento

emotivo, descuida otros y no llega a

destino.


También el ritmo tiene un corazón

emotivo, aunque carezca de cuerpo.


Casi todos los errores

tienen un origen emotivo,


incluso el error de interpretación,

tan común como el error no forzado,

creado para optimizar el control.


¿Es forzoso aprender del error?


No parece: Seguimos comprando el

mismo discurso, el mismo engaño con

otro diseño, no muy distinto. Seguimos

repitiendo.


Hay frases bien armadas que, sin mayor

sustento, se siguen repitiendo y funcionan

por su carga emotiva.


(No es casual el uso del verbo funcionar,

mucho más útil que poético)


Un ejemplo: La tierra para el que la trabaja.


Yo cuido el jardín de esta casa, le dedico una

parte de mi tiempo, trabajo para mantenerlo.

La casa no es de mi propiedad ¿Me pertenece

el jardín? Bien, ahora resulta que soy viejo,

demasiado viejo para ocuparme del jardín

y contrato a un jardinero.


¿Debería el jardinero reclamarlo como propio

al concluir su trabajo?


¿De quién es el jardín en verdad?


¿Cuál es la interpretación correcta?


El jardín no sabe a quién pertenece, es ajeno

al error humano, al verbo pertenecer

y al sentimiento de propiedad que provee

sentido a la actividad humana, en la vigilia

y en el sueño.


El sueño del jardín es soberano.

 

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