martes, 30 de julio de 2013

Poemas de Asensio Escalante



La posición correcta*



               “La imposición de la posición correcta es algo
               común en las sociedades humanas, que en el
               curso de su desarrollo, no dejan de avanzar en
               su búsqueda de reducir los márgenes de error,
               rectificando, corrigiendo e imponiendo nuevas
               direcciones a un sentido preexistente y siempre
               corregible, rectificable, siempre perfectible”
                                                      V. Narioh


La posición correcta  -hay
precedentes-   desciende
del error y de la duda.

Para arribar a la verdad
hay que abstraerse
de todo interés,
de toda palabra interesada
-e incluso del interés por
arribar a la verdad-

Se sabe:
los intereses son inseparables.

La posición correcta,
-la verdadera posición correcta-
no puede sostenerse en el tiempo.

(El tiempo, no puede sostenerse:
El tiempo no es verdad)


                 *  De "Poemas descendentes"




domingo, 28 de julio de 2013

Diálogos especulares de Remigio Remington


Frases hechas



-¿Qué piensa de las frases hechas?
-No se puede hacer nada.
-¿Aprueba?
-Están hechas.
-Es un hecho. ¿Cree en los hechos?
-No se puede hacer nada.
-¿Aprueba?
-Todo lo que aprobamos se nos puede volver en contra,
y suele hacerlo.
-Es un hecho, como las palabras.
-Las palabras son hechos dudosos. Sin palabras no tendríamos dudas.
-A las palabras se las lleva el viento.
-Una frase hecha...
-Sí, siempre que puedo recurro a ellas.
-¿Cree en las frases hechas?
-Claro, son parte de la cultura, están al alcance de todos y casi siempre
contienen alguna enseñanza; nos educan.., y la educación es la mejor
inversión.
-¿Ud. cree?
-Sí, además sirven para no correr riesgos; están hechas, probadas y
aprobadas.
-¿Está seguro?
-Sí; no hay nada más seguro que las frases hechas: circulan porque funcionan,
son reutilizables, y quien las emplea siempre sale bien parado.
-Un recurso renovable...
-Que además nos exime de la tarea de armar nuestras propias frases y nos libra
del peligro de no hallar los términos correctos y emitir juicios dudosos ó frases
desacertadas.
-También ahorra el esfuerzo de pensar, una pérdida de tiempo.
-Seguro, el tiempo es oro... y hay que reducir el costo social. ¿Para qué perder
tiempo pensando lo que otros ya pensaron, y con un resultado aceptable: Las
frases hechas son producto de la aceptación, todo lo que se repite se repite
porque se acepta; repetir es aceptar.
-Acepto pero no comparto.
-Si acepta, está en condiciones de repetir, y repetir es compartir: Al pronunciarlas
se activa una señal, un código que nos refleja y reproduce como partes de algo
superior, las claves de un sentido que nos permite reconocernos como semejantes.
-No creo en esas semejanzas. Si fuéramos todos semejantes no habría conflictos, ni
desigualdades cada vez más pronunciadas, no habría estados beligerantes, no habría
guerras, no habría violencia...
-La violencia es la partera de la historia...
-Sí, no se puede hacer nada.
-Sí, se puede repetir: la historia es tragedia que se repite luego como comedia. Y la
guerra, la violencia, pueden entenderse como una continuación de la política por
otros medios.
-Seguro, podemos seguir repitiendo los mismos desatinos tanto como queramos...
-Un destino seguro...
-No creo en los destinos seguros. La voluntad de repetición no asegura ninguna
evolución, sino todo lo contrario.
-Sí, el hombre es algo que merece ser superado...
-No estoy seguro de ese merecimiento, pero en ningún caso la vía
de superación ha de ser la repetición.
-No, hay que separar la paja del trigo; se debe repetir sólo aquello que está probado
que funciona.
-Alguna frases...
-Algunas frases, algunos movimientos, algunos hechos y secuencias, algunas respuestas,
algunos signos...
-Signos de descomposición: los mejores signos para repetir. Todas las ideas, todas las
teorías y todos los discursos entran en descomposición más tarde ó más temprano.
-Sí, por eso un discurso basado en frases hechas es superior: Mantienen su vigencia y,
además, como son de uso público, nadie las cuestiona -están aceptadas de antemano- y
siempre son bien recibidas.
Si Ud. está en una reunión, ya sea familiar, partidaria, de amigos, una reunión de
trabajo ó una reunión de consorcio, de egresados ó cualquier otra, no importa el ámbito,
y siente que tiene que decir algo pero no está seguro, ó no se siente capaz de decir algo
interesante -ó no cree estar a la altura de las circunstancias ó teme no poder complacer a
todo el mundo ó teme ser malinterpretado ó teme arrepentirse de lo que va a decir, ó teme,
sin más, ó tiene dudas... No vacile: suelte alguna frase hecha -en lo posible ingeniosa- y
saldrá airoso de la situación.
-Hay frases y frases.
-Sí, no todo lo que reluce es oro...
-No, quiero decir: se supone que uno debe compartir el contenido de la frase que emite.
-No, para nada; eso no es necesario. Lo importante es que los otros compartan y acepten..,
y siempre aceptan.
-Comparto, pero no acepto.
-No, la fórmula correcta es la inversa: acepto pero no comparto.
-Pero yo no acepto: No quiero complacer ni quiero ser aceptado a cualquier precio...
-Eso es inaceptable: Todos queremos ser aceptados...
-¿A cualquier precio?
-Eso es secundario, los precios se pueden negociar...
-¿Como las frases hechas?
-No, éstas no se tocan ni se negocian; ya están hechas, acabadamente. Son algo establecido
que como tal no se cuestiona, ni requiere siquiera nuestra aceptación: Ya fueron
socialmente aceptadas.
-Hay muchas cosas, socialmente aceptadas, que uno puede considerar inaceptables. De
hecho hay cosas que no apruebo, no acepto.
-¿Comparte pero no acepta?
-No, no acepto ni comparto.
-No, no puede no compartir: Si están socialmente aceptadas, aún cuando no las acepte las
comparte. No se puede hacer nada.

jueves, 18 de julio de 2013

La segunda vocación


(Por Vicente Narioh)


I

En un principio, el hombre sólo conocía
la necesidad; era todo cuanto tenía.
Su voluntad procedía del instinto.
No necesitaba producir conocimiento ni
producir, más allá de lo necesario para la
lucha por la subsistencia, una lucha despiadada
e impiadosa que conocía los enemigos más
diversos -incluidos sus semejantes-

Desde tan temprano, el hombre conoció la
necesidad de defenderse, y comenzó a producir
armas: así pudo iniciarse en la actividad
productiva y encontrar su primera vocación -para
algunos, la madre de todas las vocaciones-,
abrazando la carrera de las armas e iniciando, a la
vez, la carrera armamentista que nunca más se
detendría.

A partir de allí, y a lo largo de toda la historia, el
desarrollo de esta industria no ha dejado de progresar,
constituyéndose -junto con el lucro- en el motor propulsor
de toda actividad productiva y de toda la producción de
conocimiento hasta hoy.

Desde entonces, si bien las vocaciones se fueron
diversificando, la criatura humana nunca perdió de
vista la necesidad de superarse, ni su objetivo superior,
su misión en este mundo: la lucha contra el prójimo.

II

Cabe agregar, que una vez armado, el hombre hizo un
descubrimiento trascendente, que acaso cambiaría la
historia tanto como el destino de la especie. A saber:
Descubrió que las armas no sólo sirven para defenderse,
y pasó al ataque, desarrollando una nueva vocación: la
vocación ofensiva -sustentada en la conocida y siempre
vigente premisa filosófica que mucho más tarde fuera
apropiada por el periodismo deportivo y otros ámbitos
de la investigación académica: “la mejor defensa es un
buen ataque”

Hay que consignar, que sin esa firme vocación las civiliza-
ciones actuales no serían lo que son. No hubiera habido
conquistas, invasiones, masacres y exterminios masivos,
holocaustos, genocidios, operaciones de limpieza étnica y
daños colaterales.., que no son más que una parte de las
condiciones necesarias para arribar al desarrollo alcanzado
en la actualidad, conocido como desarrollo sustentable.


lunes, 8 de julio de 2013

Textos de Tomás Mercante


Causas perdidas



No hay causa sin efecto
Una causa servida
puede volver a servirse
y servir a otros efectos

Quien sólo busca efectos
vive sin causa:
-vivir sin causa cansa-
pero quien encuentra una causa
que servir, ya no descansa

Una causa, sirve para servirla
ó abrazarla, hay que acordar:
quien no sirve para servir ni abrazar
puede hacer causa común -para
no vivir sin causa-

Abrazar una causa no es sencillo:
Hay causas que no se sabe adónde van
Pero muchos que no saben dónde ir
encuentran justificación en una causa

Algunos abrazan una causa por pura
convicción, otros por desesperación
ó por la sola necesidad de abrazar algo

Tener convicciones, puras ó impuras,
es bueno, sostienen quienes tienen
esa convicción (Hay convencidos y hay
convictos: “Toda convicción es una
cárcel” dice Nietzsche)

Hay causas justas, y causas que se ajustan:
las ajustables se adaptan mejor a los diversos
usos y necesidades,   lo que las hace más 
populares y sustentables

Abrazar una buena causa
eleva los niveles de pureza, pero cuesta
-siempre es más fácil abrazar otras cosas-
y no es aconsejable: La pureza excesiva
es peligrosa,  como todos los excesos,
afirman quienes abrazan causas dudosas

Una buena causa se sostiene en el tiempo
más allá de la suerte de sus seguidores
No prescribe, ni aún abandonada ó traicionada

(Quienes acumulan experiencia
en abrazar distintas causas, advierten sobre
el inconveniente de mantener alguna causa
abierta y agregan: ante cualquier duda
lo mejor es hacer causa común)


La historia humana abunda
en causas  comunes,
en lugares  comunes
y en fosas  comunes.


martes, 2 de julio de 2013

Lazos de sangre



(Carlos Inquilino)


I

La fórmula excesiva : ‘un baño de sangre’
No apaga la sed  ni cede con el uso
Las metáforas, puede reducirse,
circulan por la vida de los vivos -las
más eficaces se repiten hasta el abuso-

La repetición mantiene su vigencia:
algo necesario para no olvidar,  para
volver a repetir. 

Caer en excesos, es algo propio de la especie
-una especie excesiva en más de un sentido :
Busca a dios,  busca certezas,  seguridades,
límites.  Se expande y se expresa al ritmo de 
esa búsqueda:  Busca a dios  y busca dominar  
todas las fórmulas de la materia.  Busca nuevas 
metáforas,  nuevos sentidos,  nuevas novedades 
(busca la mínima expresión para subdividirla,
 reducirla)

La función excesiva se aparta del objeto
como destino:  se busca reducir,  para dominar;
conocer,  para dominar,  dominar para reducir;
una fórmula: la función dominante hace al buen
funcionamiento de toda relación. 

La metáfora es una fórmula que dice otra cosa
se puede ir más lejos: una fórmula reducida, 
concentrada,  del exceso :   buscar a dios 
( conocerlo, reducirlo, dominarlo) para someterlo 
a la acción de otras metáforas,  creaciones del lenguaje
-creación de la práctica humana:  creaciones humanas
(como las  transfusiones y los baños de sangre)


II ( tracción a sangre )

El baño de sangre, es una de las tantas aplicaciones
que tiene este producto en la producción de metáforas.
Una costumbre milenaria:  se viene utilizando este recurso
terapéutico desde los albores de la civilización.
Hay individuos, culturas, sociedades reacios a la higiene,
un hábito adquirido por la civilización, que debe observarse,
para mantener la buena salud de las relaciones entre culturas,
sociedades e individuos.
La aplicación de un baño de sangre soluciona el problema.
Hay quienes sostienen, que el uso reiterado de un recurso
terapéutico ó poético puede reducir su eficacia.

En toda repetición hay una pérdida: Metáfora que se repite
en el tiempo mantiene su vigencia,  pero en desmedro de
su potencia original como hecho novedoso: Se banaliza como
frase hecha al repetirse,  al entrar en el discurso cotidiano
de la repetición:  repetición de frases, acciones, mecanismos:
el exceso debilita y no apaga la sed ni la necesidad humana de
producir baños de sangre.


El exceso:    exceso de metáforas en sangre
que acaba neutralizando sus propiedades coagulantes
Luego: la sangre pierde consistencia,  pierde validez
connotativa, pierde influencia y fluye hacia otro estado:
fluído banal,  desecho metabólico, materia residual
cuyo recorrido circular sirve para sostener la producción
de hechos de sangre: historias manchadas de sangre, pactos de
sangre, sangre que hace entrar la letra:  baños de sangre y
sangre derramada, negociada y reciclada a través de
metáforas de sangre:

‘Que la sangre no llegue al río…’  No llega ; nos podemos
seguir bañando en el mismo río -que nunca es el mismo-
mientras nuestros hermanos reciben baños de sangre por
parte de otros hermanos -y mientras continúa la producción
de metáforas civilizadamente y sin que a nadie le hierva la sangre.


IIb

Hay vínculos de sangre y formas
de vincularse con la sangre.  La sangre:
un producto natural,  no exclusivo de la especie
-pero nuestra historia contiene más sangre que
la de todas las especies:  Una especie superior,
que al no contar con predadores naturales
debe encargarse por sí misma de mantener el equilibrio.


III

La medicina antigua, procuraba curar mediante el sangrado
Se pensaba que sustrayendo sangre enferma se estimulaba
la producción de sangre nueva sana.  Más actual: el uso de
sanguijuelas ha mostrado resultados efectivos en ciertas afecciones.

Hay medicinas naturales que plantean el retorno de la salud
por medio del ‘lavado de la sangre’;  su purificación.
Hay religiones, creencias que no aprueban la transfusión
de sangre.   Todas las religiones tienen sus metáforas
y todas aspiran a un estado de pureza.
En la liturgia cristiana, el sacerdote bebe la sangre
de Jesús para incorporarlo.


IV

Hay sociedades, naciones, estados
que cultivan el valor de la pureza de la sangre
-una forma de la higiene-   para lo cual deben
recurrir a políticas que incluyen la aplicación
de baños de sangre.

Limpieza étnica,  es otra forma metafórica.
Una expresión más evolucionada y más higiénica:
No hay rastros de sangre -¿ se diluyó ? ¿ por
la pura evolución del arte de la metáfora ?-

Evolución: la sangre ensuciaba nuestra relación
con el lenguaje.  La sangre, se sabe, mancha.  La
práctica humana debe expresar evolución: ir hacia
la pureza de las formas,  un lenguaje limpio
y claro.  Pero la sangre sigue ahí:  contenida
en los baños de sangre que contiene la metáfora
-una metáfora puede caber en otra  ¿ cuántas pueden
caber ?-
¿ Cuántos baños de sangre se necesitan para alcanzar
el estado definitivo de pureza ?



V ( Nos ponemos de pie )


La sangre admite un uso interno y externo:
En ambos casos hay comunicación divina.  Al beberla
incorporamos a dios,  y al aplicar su uso externo
se predica la pureza, el temor, el sometimiento, sustancias
esenciales de la fe.

El baño de sangre, también es una forma de buscar
a dios,  amén de una de sus creaciones.  Las religiones
humanas lo vienen practicando  desde el origen
de los tiempos, así como los pueblos elegidos -que
cuentan con la aprobación divina-.

Los resultados beneficiosos de esta práctica higiénica
están a la vista: Hay Pueblos Elegidos que después de
haber recibido estos baños, convencidos de su eficacia y
sus bondades,   los aplican a otros.

Cumpliendo la voluntad divina se acercan a lo puro,
Se acercan a dios.  Un dios poderoso, como todos, y
carente de sangre.



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