Causas perdidas
No hay causa sin efecto
Una causa servida
puede volver a servirse
y servir a otros efectos
Quien sólo busca efectos
vive sin causa:
-vivir sin causa cansa-
pero quien encuentra una causa
que servir, ya no descansa
Una causa, sirve para servirla
ó abrazarla, hay que acordar:
quien no sirve para servir ni abrazar
puede hacer causa común -para
no vivir sin causa-
Abrazar una causa no es sencillo:
Hay causas que no se sabe adónde van
Pero muchos que no saben dónde ir
encuentran justificación en una causa
Algunos abrazan una causa por pura
convicción, otros por desesperación
ó por la sola necesidad de abrazar
algo
Tener convicciones, puras ó impuras,
es bueno, sostienen quienes tienen
esa convicción (Hay convencidos y hay
convictos: “Toda convicción es
una
cárcel” dice Nietzsche)
Hay causas justas, y causas que se
ajustan:
las ajustables se adaptan mejor a los
diversos
usos y necesidades, lo que las hace más
populares y sustentables
Abrazar una buena causa
eleva los niveles de pureza, pero
cuesta
-siempre es más fácil abrazar otras
cosas-
y no es aconsejable: La pureza
excesiva
es peligrosa, como todos los excesos,
afirman quienes abrazan causas dudosas
afirman quienes abrazan causas dudosas
Una buena causa se sostiene en el
tiempo
más allá de la suerte de sus
seguidores
No prescribe, ni aún abandonada ó
traicionada
(Quienes acumulan experiencia
en abrazar distintas causas, advierten
sobre
el inconveniente de mantener alguna
causa
abierta y agregan: ante cualquier duda
lo mejor es hacer causa común)
La historia humana abunda
en causas comunes,
en lugares comunes
en causas comunes,
en lugares comunes
y en fosas comunes.
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