domingo, 30 de marzo de 2014

Nomeolvides

(Por Vicente Narioh)

         

             "El olvido es la función
              natural del tiempo" D.F.


Hay muchas razones para escribir,
casi tantas como para no hacerlo.
Hay razones, motivos, causas,
se puede no tener razón, ó haberla
perdido en la acción:

La acción poética puede ser
riesgosa ó apacible, mover
a la pasión ó al tedio

Se puede escribir a favor ó en contra
del orden imperante, del sentido común,
del propio destino ó de las condiciones
de la época, incluso del Orden Natural
en sus distintas acepciones:

Se puede aceptar ó no...

Algunos escriben para la posteridad,
para dejar constancia que pasaron.
Otros, como pasatiempo: la escritura
es un pasatiempo sustentable; puede
sostenerse en el tiempo, sin requerir
mayor inversión, sólo tiempo …

El olvido, es la función natural del tiempo

Algunos escriben para no ser olvidados,
otros para olvidar la realidad de una vida
mayormente olvidable.
Ambas aspiraciones suelen resultar inútiles.

'Vengo desde el olvido'  -cantó un poeta popular,
conociendo, sin duda, que es éste el sentimiento 
más popular- 

Otra opción: Escribir para el olvido.
Escribamos cosas olvidables, dijo un poeta
olvidado.
Seamos olvidables: soy el primero en olvidarme,
olvido lo que escribo -no sé si esto ya lo escribí-
Se escribe para olvidar,
el placer de la lectura -el goce del texto-
es un placer efímero que se sostiene
en la posibilidad del olvido, la libertad de
olvidar-

El poema es algo que merece ser superado:
el olvido es un estado poético superior

(El poema perfecto, es aquel donde la velocidad
del olvido supera a la de su lectura)

Hay cosas que vale la pena olvidar,
las otras no valen la pena.
(No lo olvides)

lunes, 24 de marzo de 2014

los veraneantes

( Abel A. Borda )


En verano, los días son más largos
(pero se acortan, de un modo irremisible:
la expansión promueve la contracción)

En verano algunos veranean,
otros hacen su agosto con el turismo
veraniego; otros se quedan en su casa:
prefieren veranear en otoño...
O bien no tienen incorporado el hábito
de veranear

Algunos sólo veranean ocasionalmente;
otros, esperan la ocasión

Los veraneantes van y vienen
como las golondrinas,
para esperar el próximo verano
y volver a ir y venir

Los veraneantes van y vienen
como las golondrinas,
y como el peón golondrina,
que va y viene pero sin veranear

Hay veraneantes que repiten
siempre el mismo destino
(entienden que el mejor destino
es la repetición) para descansar
de la rutina

Otros prefieren la aventura
de estar siempre de paso
en distintos paisajes: el verano
es una estación de paso
(entienden que siempre puede
haber un mejor destino)

Los veraneantes van y vienen,
como el verano,
como las golondrinas,
se puede aventurar:  la aventura
de la repetición  
-se puede aseverar-

Pero una golondrina no asevera.


sábado, 22 de marzo de 2014

filósofos del futuro

(Tomás Lovano)



En un futuro, no habrá necesidad
de pensar en el futuro.
No habrá necesidad, ni habrá inversión
a futuro.
Necesidades y respuestas concurrirán
en un continuo fluir -como el poema
circular- Un fluído continuo como el
tiempo -que contiene todos los poemas-

El tiempo, bajo dominio de la organización
inteligente, perderá su condición de función
dominante: No habrá plazos ni vencimientos,
sólo vencedores y vencidos, ocupadores y
ocupados, usuarios y usufructuarios, dadores
y receptores, deudores y acreedores, víctimas
y victimarios.

No habrá necesidad de organizar el tiempo
libre: tiempo libre y capacidad ociosa serán
parte de la historia.

Habrá una sola Historia.
En el futuro no habrá libros de
filosofía:   sólo textos virtuales
de autoayuda y superación,
-dijo el filósofo del futuro-

Pero seguirá habiendo poemas;
más aún:
en un futuro todos seremos poetas
-como quería Lautreamont-
aunque la poesía no tendrá futuro.

El hombre no es algo que merezca
ser superado...

-dijo el filósofo-



miércoles, 19 de marzo de 2014

Cantos al viento

(Carlos Inquilino)



Cantemos al viento
El viento es más necesario
que el canto:

podemos prescindir del canto,
reemplazándolo
por instrumentos de viento -una
sustitución a menudo ventajosa-

Pero no podemos prescindir
del viento: sin viento, no podríamos
ni pensar en instrumentos de viento.

Cantemos al viento:

El viento es superior a la palabra,
una emisión de aire
cuya naturaleza ambigua  -su
ambigüedad natural-   induce al
equívoco y crea confusión,
aumentando la inestabilidad
del mundo sensible.

Antes de conocer el comercio
de la palabra, el hombre ya conocía
el viento:  pero no podía nombrarlo
-aunque fabricara instrumentos de viento-
ni medirlo.

La palabra se impuso e impuso sus
condiciones: arbitrariedad, aceptación
y repetición.

La palabra cambió la forma de pensar
el mundo -hoy no podríamos pensar
sin palabras-

Soplaron nuevos vientos:
El comercio de la palabra signó las
relaciones entre los hombres y alteró
su relación con el mundo:

La violencia -condición natural del hombre
primitivo- no decreció:  a la violencia física
se le agregó la verbal, estableciendo la
fórmula del “valor agregado”, tan necesaria
para la práctica del comercio sustentable.

El comercio es una forma de comunicación
-como el canto- y el hombre, en posesión
de la palabra, conoció la necesidad de producir
conocimiento, desarrollarse, y desarrollar sus
medios de producción y de comunicación:
La comunicación es una forma de comercio
-como el canto-

Cantemos al viento:

Con la palabra
el hombre conoció la necesidad de comerciar
en todos los sentidos: antes de conocer el
comercio de la palabra, el individuo humano
sólo conocía el comercio carnal, y el de su
propio metabolismo, ambos signados por la
violencia (un elemento natural a toda actividad
humana, según algunos pensadores -refutados
no sin violencia por otros, que sostienen que la
Naturaleza es, en sí, violenta, y que el hombre
como parte del Orden Natural y como especie
superior, no hace sino incorporarla para 
devolverla multiplicada,  superando a todas 
las otras-) 

Cantemos al viento.



miércoles, 12 de marzo de 2014

Nociones novedosas



(Dudamel Rambler)


No se puede
describir una palabra sin palabras,
ni desarmar una noción armada
(una buena noción, una noción
bien armada,
permanece idéntica a sí misma)

Armas, cuerpos y nociones
se incorporan en forma natural
a la vida del mortal

Hay formas de incorporar
y formas de emitir,
aunque ambas funciones tienden
a la automatización

(La automatización se va incorporando
en forma natural a todos los ámbitos
de la vida del mortal -reduciendo los riesgos
de la elección errónea ó la decisión dudosa,
tanto al incorporar como al emitir, 
y al repetir:  las tres únicas acciones
que puede ejecutar cualquier mortal
antes de morir-)

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