(Tomás Lovano)
En un futuro, no habrá necesidad
de pensar en el futuro.
No habrá necesidad, ni habrá
inversión
a futuro.
Necesidades y respuestas concurrirán
en un continuo fluir -como el poema
circular- Un fluído continuo como el
tiempo -que contiene todos los poemas-
El tiempo, bajo dominio de la
organización
inteligente, perderá su condición de
función
dominante: No habrá plazos ni
vencimientos,
sólo vencedores y vencidos, ocupadores
y
ocupados, usuarios y usufructuarios,
dadores
y receptores, deudores y acreedores, víctimas
y victimarios.
y victimarios.
No habrá necesidad de organizar el
tiempo
libre: tiempo libre y capacidad ociosa
serán
parte de la historia.
Habrá una sola Historia.
En el futuro no habrá libros de
filosofía: sólo textos virtuales
filosofía: sólo textos virtuales
de autoayuda y superación,
-dijo el filósofo del futuro-
-dijo el filósofo del futuro-
Pero seguirá habiendo poemas;
más aún:
más aún:
en un futuro todos seremos poetas
-como quería Lautreamont-
-como quería Lautreamont-
aunque la poesía no tendrá futuro.
El hombre no es algo que merezca
ser superado...
-dijo el filósofo-
-dijo el filósofo-
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