domingo, 31 de julio de 2016

Porvenir

(Ricardo Mansoler)



No sé qué es el porvenir
ni de donde proviene
lo que ignoro.

He ignorado mucho,
me he cansado poco y creo
haber olvidado lo necesario.

No he terminado casi nada
de todo lo que hice,
he cultivado bacterias
y criado lombrices
(quizás fueron felices)

Nunca sacralices lo que desconoces,
no agonices en medio del camino
ni protagonices la ilusión ajena
con el cuerpo del poema pitagórico.

Ama tu ritmo
en su justa medida,
u ódialo sin miramientos.

No te vanaglories de tus cicatrices
ni de tus conocimientos.

No envidies el canto del ruiseñor
ni el vuelo de la chotacabra

No envidies el canto del papemor
ni codicies la mujer del prójimo.

No envidies al prójimo:
la propiedad es un sacramento.
No sacralices el deseo del otro
ni sobrevueles su excremento.

No valores ni juzgues, sin contar
con elementos suficientes: para la
naturaleza humana, nunca nada
es suficiente.

No juzgues ni valores, no sacrifiques el
placer por gozar de la virtud, no enarboles
valores adquiridos ni adquieras hábitos
dudosos: no adquieras por necesidad
ni pidas compasión; alguien sabrá que
hacer con tu cadáver.

No idealices, ni sacralices, ni comas
perdices.
Come tu carroña, arma tu ritmo
y completa tu destino,
sin dejar de observar el rastro
que te une a la bacteria.

jueves, 28 de julio de 2016

Atrofia

(Asensio Escalante)



La música se empieza a atrofiar
cuando se aleja demasiado del baile.
La poesía se empieza a atrofiar
cuando se aleja demasiado de la música.

Opinaba Pound, sin duda una opinión autorizada,
un erudito y un maestro que pasó sus últimos
años recluído en un psiquiátrico: una de las
formas en que la sociedad civilizada condena
al que desobedece.
Pound, un poeta que además escribió sobre poesía
es autor del más contundente poema contra el
capitalismo, desnudando su esencia: la usura.

Pero creyó que el fascismo acabaría con los males
del capitalismo, y su error histórico lo condenó:
ganaron los aliados -que eran los enemigos- y
ganaron gracias a un aliado de última hora que el
nazi fascismo les proporcionó: los rusos.

Las alianzas no son para confiarse, pueden responder
a relaciones efímeras, ocasionales, de conveniencia
o intereses estratégicos.

La relación entre baile, música, poesía, no escapa
a esta condición. Aspirar a una poesía bailable, no
parece demasiado interesante: yo preferiría no hacerlo.

Hay ya suficientes ritmos, pautas, normas y condicionamientos
que obedecer en la vida de cualquier contribuyente -con o sin
aspiración poética-

¿Atrofia o hipertrofia? ¿Qué es aquello que el arte debiera
procurar desarrollar? ¿Debería ceñirse, ajustarse o establecer
criterios de normalidad?

La libertad, esencia del arte, nos permite gozar de ciertas músicas
felizmente alejadas del baile -desprovistas de esa utilidad-
Si la música es el lenguaje del alma, bien puede permanecer ajena
a las necesidades de los cuerpos. Todos los cuerpos son materia,
y todas las artes aspiran a la música.

El arte se empieza a atrofiar cuando se ajusta demasiado a cláusulas
establecidas, cuando se subordina a los términos de lo previsible y
observa límites, y acepta.

El arte, se atrofia cuando acepta condiciones para ser aceptado.

jueves, 21 de julio de 2016

Felices suscriptores

(Senecio Loserman)



La felicidad está en las cosas simples.
Una simple frase, una frase simple.
Hay quienes disfrutan de estas cosas,
felices suscriptores.

Lo simple: Simples o no, podemos reducir:
-reducir es simple- La felicidad, está
en las cosas: acceder a esas cosas,
conseguir, obtener, adquirir e incorporar
esas cosas felices -incorporar es simple-

La felicidad está en las cosas simples:
Una frase feliz y simple, simple y feliz.

Ser feliz no es simple.
Se puede ser feliz sin ser simple.
Si no se es simple, es menos simple
ser feliz.

Pero todo se reduce: decidirse a ser simple,
hay que decidir ser decidido, primero,
y luego: decidir ser simple no es
una decisión simple.

Todo se reduce: la felicidad se reduce
a reducir. Pero no se puede vivir reduciendo:
el desarrollo de la reducción tiene un límite:
Lo simple es irreductible, es sabido:
el conocimiento no nos hace libres
ni felices, pero podemos reducir en libertad,
podemos reducir todo a fórmulas simples
y felices:

La felicidad está en las cosas simples.
Felices suscriptores.

martes, 5 de julio de 2016

El reducidor y la metafísica

(Tomás Mercante)



Escribir es pensar,
escribió alguien que pensaba.
Lo mismo es pensar y ser,
pensó Parménides, -aunque no
significa que seamos lo que pensamos-

Pero: Todo lo que somos es el producto
de lo que hemos pensado, afirmaba Buda.

¿Escribir es pensar? ¿Pensar es ser?

Se puede reducir, escribir o hablar no es
reducir a palabras: reducir es sólo una
función de la conciencia, una necesidad.

El lenguaje crea la conciencia, al sujeto y
a la sociedad de sujetos. El ser social
es posible mediante la reducción: -toda
representación es reducción- el sacrificio
de lo individual por lo social: hay límites,
hay otros, y el otro no es sólo un enemigo
o una presa, ni es necesariamente un
competidor: puede también ser un socio,
un eventual aliado, un cómplice, un esclavo,
es decir: un medio para obtener provecho,
utilidades; un recurso humano.

viernes, 1 de julio de 2016

Estrategia sintáctica


(Ricardo Mansoler)

 


Toda sintaxis es una interpretación
del mundo: leía a un escritor
que aconsejaba a potenciales escritores
o aspirantes.

No sé si la frase le pertenecía o no
-no sé si las frases reconocen alguna
pertenencia: esta frase no me pertenece,
escribió un poeta no reconocido que conozco-

La eficacia de la buena literatura
se traduce en la versatilidad para merecer
un lugar en nuestra memoria.

La memoria es condición de la escritura,
y también su objeto: se escribe para quedar
en alguna memoria o bien, dejar registro
de nuestro paso por este mundo; permanecer,
exceder nuestra condición efímera y trascenderla
como sujeto (todo sujeto emite, pero casi todas
sus emisiones son olvidables, o efímeras)

Todos los poemas y toda la literatura obedecen
a esta aspiración: producir algo memorable.

Algunos escriben poco, otros en exceso,
pero toda escritura es un excedente: se escribe
para exceder, y escribimos lo que nos excede.

Escritores escribiendo sobre escribir, literatura de
literatura, algo que sólo puede interesar a quienes
escribimos (puede leerse en pasado o presente,
aunque para el que escribe siempre es presente)

Algo natural: no hay nada natural en el acto de
escribir, que es un artificio.
Poemas que versan sobre el poema
son objeto de críticas:  un poema que se mira a sí
mismo no es bien visto. El poema debe mirar hacia
afuera, reflejar el mundo, interpretarlo.

Pero el poema es parte del mundo, y es siempre
una extensión del sujeto y su tensión.
La sintaxis es algo subjetivo, pero el orden
sintáctico es objetivo; su objeto es mantener
el orden subjetivo: sin palabras no hay
orden posible. Todo lo escrito es un objeto
interpretable. Y cada poema puede ser objeto
de diversas interpretaciones, aún el poema
que se mira a sí mismo, para  interpretarse,
reflejarse e incluso regodearse en ese extraño
objeto que es el reflejo de sí mismo.


El onanismo es un humanismo.



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