(Tomás Mercante)
Escribir es pensar,
escribió alguien
que pensaba.
Lo mismo es pensar y
ser,
pensó Parménides,
-aunque no
significa que seamos
lo que pensamos-
Pero: Todo lo que
somos es el producto
de lo que hemos
pensado, afirmaba Buda.
¿Escribir es
pensar? ¿Pensar es ser?
Se puede reducir,
escribir o hablar no es
reducir a palabras:
reducir es sólo una
función de la
conciencia, una necesidad.
El lenguaje crea la
conciencia, al sujeto y
a la sociedad de
sujetos. El ser social
es posible mediante
la reducción: -toda
representación es
reducción- el sacrificio
de lo individual por
lo social: hay límites,
hay otros, y el
otro no es sólo un enemigo
o una presa, ni es
necesariamente un
competidor: puede
también ser un socio,
un eventual aliado,
un cómplice, un esclavo,
es decir: un medio
para obtener provecho,
utilidades; un
recurso humano.
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