martes, 30 de agosto de 2016

Cultivo dudoso

(Ricardo Mansoler)



Hay dadores y receptores,
deudores y acreedores,
emisores y emisarios.
Hay emisión dudosa
y misiones imposibles.
Hay quienes dudan de su misión
y hay quien no duda en someterse.

Hay más dudas que certezas,
pero los jóvenes no dudan
y la duda no envejece.

Hay dudas: ¿la duda es condición
poética? ¿O sólo condición humana?

Quien duda de su propia capacidad
sólo puede producir objetos dudosos.

Quien duda de su alimento sólo
alimentará la duda metabólica.

Pero quien levante banderas dudosas,
siempre tendrá seguidores. Y quien
cultive valores dudosos, amasará
fortunas.

Hay hombres que dudan un día,
y son buenos. Hay otros que dudan
un año y son mejores. Hay quienes
dudan muchos años y son muy buenos.
Pero hay quienes dudan toda la vida:
esos son irrecuperables para la patria
tanto como para el mercado.


sábado, 27 de agosto de 2016

Mitades

(Ricardo Mansoler)



La mitad del mundo tiene algo que decir,
pero no puede; la otra mitad no tiene nada
que decir, pero no calla.

Esto dijo Robert Frost, un poeta: una parte
del mundo lo conoce, otra no; esto es seguro.
No todo el mundo conoce a todos los poetas,
se podría decir que nadie. No es posible:
Ni siquiera los poetas conocen a todos sus
semejantes, no es necesario.
Es suficiente que uno se reconozca a sí mismo
en algún poeta, para pensar en emularlo: Yo
podría haber escrito esto… Todos los poetas
son deudores, lo reconozcan o no. Nadie sería
poeta sin el conocimiento de otros poetas, sin
saber que existieron y existen poetas. Como
nadie abrazaría la carrera de las armas si no
conociera la existencia de esa vocación  (Hay
vocaciones para todos los gustos)

Somos deudores, heredamos un mundo con
su historia; luego elegimos qué reproducir:
Una parte elige, la otra no puede: algo
arbitrario (nuestras elecciones suelen ser
arbitrarias)

Decir que la mitad del mundo tiene algo que
decir, es algo arbitrario, tanto como decir lo
contrario: que la mitad no tiene nada que decir
(El problema de las fórmulas binarias: lo
contrario, a veces puede ser lo mismo)

Pero el autor es un poeta, y un poeta siempre
es algo arbitrario: No se pregunta si tiene
algo que decir, sólo lo dice, sin importarle
a qué mitad pertenece.



sábado, 13 de agosto de 2016

Función y perversión

(Remigio Remington)



Hacer visible lo invisible,
lo velado por la realidad que fluye
en un sentido.
Merodear otros sentidos subyacentes,
echar un manto de luz tenue
sobre aquello que ocultan las palabras,
o dar a luz otros sentidos:

He aquí una parte de la función poética.
Hay fórmulas al alcance de todo el mundo,
hay otros mundos, adaptables a la diversa
necesidad de pertenencia.

Hacer o asir, son experiencias contempladas
en el orden de lo previsible -cualquier orden
es artificial, incluso el orden natural-

La naturaleza humana
necesita establecer órdenes
para poder subordinarse, dividirse
y pertenecer -hay que pertenecer-

La palabra sirvió para desarrollar
el sentido de pertenencia: somos parte
del mundo sensible y respondemos
al orden simbólico: organismos capaces
de emitir y percibir sentido, con o sin
sonido -la novedad de la lectura silenciosa
es un descubrimiento atribuido a un monje
de la Edad media: durante un tiempo
mantuvo silencio, hasta ser descubierto-

Somos conscientes: una buena parte del mundo
escapa a nuestra capacidad perceptiva
y cognitiva, pero eso no nos impide ejercer
cierto dominio sobre la naturaleza, el dominio
de la fuerza, la razón de la violencia.

Pero tenemos palabras; son de todos
y sirven para justificar todo.

Con palabras construímos teorías, argumentos,
cantos y sentencias.
Con palabras creamos religiones, desde donde
la palabra divina aprueba cada despropósito.
Con palabras, nos vanagloriamos de la posesión
de conciencia y de la producción de conocimiento,
aunque suela estar asociado a fines deleznables.

La aparición de la escritura no nos hizo mejores
como especie, ni como individuos salvo contadas
excepciones: Claude Levi Strauss (Las enseñanzas
de la escritura): “La escritura apareció entre el 3 y 4
milenio antes de nuestra era. Sin embargo, hasta el
nacimiento de la ciencia moderna el mundo occidental
vivió unos cinco mil años durante los cuales sus
conocimientos no se acrecentaron. En términos de
civilización y barbarie lo único que acompañó la escritura
fue la formación de ciudades e imperios, es decir la
integración de un gran número de individuos en un sistema
político y su jerarquización en clases. Tal es la evolución
que se aprecia desde Egipto hasta la China: favorecer la
explotación de los hombres antes que su iluminación.
Esta explotación, que reunía millones de hombres para
someterlos a tareas extenuantes, explica el nacimiento de
la arquitectura (una disciplina que siempre necesitó esclavos)

La función primaria de la escritura, hay que admitirlo,
es la de facilitar la esclavitud.

El empleo de la escritura con fines desinteresados, para
obtener de ella satisfacciones intelectuales o estéticas,
es un resultado secundario, y más aún cuando no se reduce
a un medio para reforzar, justificar o disimular el otro”

Hacer visible lo invisible:  las enseñanzas de Levi Strauss,
la escritura es un instrumento de sometimiento, y la función
poética, y de alguna literatura, se vinculan a la noción de
perversión:  son un desvío del sentido útil.

 

miércoles, 10 de agosto de 2016

Realidad y metáfora

(Ricardo Mansoler)



Se busca gas en el mar,
se busca agua
debajo de la tierra,
se buscan tierras incultas
para cultivar nuevas alteraciones
-todo lo que es, merece ser alterado-

Se buscan otros planetas
donde poder buscar.

Se buscan diversos elementos
para dar continuidad a nuestro
sistema de búsqueda y para
optimizar los resultados.

Todo puede ser útil
para extraer conclusiones, obtener
información que permita superar
nuestra capacidad extractiva:
venimos a extraer, necesitamos obtener
nuevos recursos -cada uno desde su
extracción de clase- para invertir
en futuras extracciones.

La búsqueda contra natura
es una particularidad exclusiva
de la naturaleza humana.

Yo persigo una forma,
otros otras,
todos perseguimos:
soy uno de nosotros.

Hay perseguidores y perseguidos,
dadores y receptores, preceptores
y autoridades: Hay un orden que
mantener, cada uno debe ocupar
su lugar: hay ocupadores y ocupados,
ocupantes y subocupados; todos
respondemos a las fuerzas de ocupación.

Hay tantas formas de percibir como sujetos.
El sujeto emite: ser es emitir, la emisión
de sujetos no puede discontinuarse; la
continuidad es necesaria para la producción
de metáforas -producir es alterar- tanto
como de sujetos.

Hay sujetos que producen sus propias
metáforas, otros se apropian y repiten:
reproducen  -sin repetición no habría producción
ni reproducción-  y otros prescinden, no necesitan:
viven sin metáforas, o bien, viven en un sentido
metafórico.

La realidad no sufre alteraciones
por la emisión y circulación de material
metafórico: pero “hay metáforas más reales
que la gente que pasa por la calle”

Sujetos y metáforas
constituyen la memoria común,
piélago amorfo que contiene todos
los destinos humanos.

Soberanos o no, podemos percibir, citar,
reproducir, perseguir formas -podemos
adoptar distintas formas de perseguir, hay
precedentes-

En la carrera de la vida, hay ganadores y
perdedores: estos son siempre mayoría,
pero todo es cuestión de tiempo.
Por ahora se respeta a las minorías:
Hay metáforas para todos -la carrera de
la vida es sólo una metáfora-

En la carrera contra el tiempo
todavía perdemos: los muertos se imponen
a pesar del crecimiento sostenido, el desarrollo
sustentable, el aumento de la esperanza de vida.

Hay más de cuatro muertos por cada vivo,
-aunque nos queda el consuelo dudoso:
alguna vez seremos mayoría-



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