(Tomás Mercante)
I
El hombre elonga
El hongo no elonga
No sólo el hombre elonga,
pero bien puede el hombre
elongar estando solo:
elongar estando solo:
La elongación es un hecho
individual
que puede compartirse
-como el sexo-
No hay certeza de que elongar
mejore el rendimiento sexual
ó prolongue su duración.
Hay quien elonga
y quien no elonga
La elongación, restablece la
capacidad elástica de la fibra
muscular.
La elongación distiende y relaja
los tejidos, librándonos de tensiones
indeseables.
(Hay tensiones deseables e indeseables,
pero el deseo es tensión)
II
pero el deseo es tensión)
II
Elongar prolonga la vida útil
de los músculos (los músculos son
útiles para la acción y la
sustentación,
para estar bien afirmado y para
mantener
la posición de firmes)
El tiempo que se pierde al elongar
-tiempo de vida útil que se pierde
para la
producción de utilidades- no se
pierde:
es inversión a futuro.
La elongación es una acción
beneficiosa
para casi todo el mundo -hay que evitar
la
arbitrariedad de las generalizaciones-,
que
está al alcance de todos: no requiere
ninguna
inversión, a excepción del tiempo
-casi todas
las inversiones necesitan tiempo-
El tiempo a destinar, está relacionado
en
proporción directa al trabajo erogado
por cada
grupo muscular. (Luego, aquellos que
no
estuvieron afectados a ningún
trabajo, estarán
libres de la necesidad de elongar
-contradiciendo
la conocida máxima: El trabajo
nos hará
libres-)
III
III
El hombre elonga,
el hongo no elonga
El futuro del hombre es incierto,
el del hongo no, aunque no elongue.
El hombre puede hombrear:
bolsas, bultos y pesares...
El hongo no honguea ni hombrea:
su condición efímera -así como
la falta de movilidad propia- lo eximen
de tal necesidad.
El hongo es una criatura extraña
Hay quienes sostienen que tiene
un origen extraterrestre.
El hombre es una criatura extraña
Hay quienes sostienen que tiene
un origen extraterrestre.
Hay hongos, que el hombre considera
alimento, y hay hongos que consideran
alimento al hombre.
IV
Hongos y humanos -hombres y hembras-
compartimos el mundo con otras criaturas,
especies que elongan y que no elongan,
La naturaleza de los hongos es variada:
-como la de los hombres- hay hongos
grandes y pequeños.
Los hay que alcanzan un desarrollo saludable
como huéspedes del hombre, pero éste ha
desarrollado fungicidas para combatirlos
-el fungicidio no es punible para la ley humana-
El hombre es una especie apta para el combate:
en su pequeña historia nunca ha dejado de
combatir, con una determinación y voluntad
dignas de mejores causas, convencido de que
la vida es sinónimo de lucha, se ha mostrado
impiadoso en el combate contra toda forma
de vida, sin excluir la propia.
V
IV
Hongos y humanos -hombres y hembras-
compartimos el mundo con otras criaturas,
especies que elongan y que no elongan,
La naturaleza de los hongos es variada:
-como la de los hombres- hay hongos
grandes y pequeños.
Los hay que alcanzan un desarrollo saludable
como huéspedes del hombre, pero éste ha
desarrollado fungicidas para combatirlos
-el fungicidio no es punible para la ley humana-
El hombre es una especie apta para el combate:
en su pequeña historia nunca ha dejado de
combatir, con una determinación y voluntad
dignas de mejores causas, convencido de que
la vida es sinónimo de lucha, se ha mostrado
impiadoso en el combate contra toda forma
de vida, sin excluir la propia.
V
Se puede permanecer y transcurrir
sin elongar -el hongo no elonga-, y se
puede elongar hasta el cansancio
-elongar cansa-
Quienes dependen mucho de sus
músculos, reconocen los beneficios de
la elongación (“He elongado mucho,
me he cansado poco” dijo un poeta
popular) y hacen de esta práctica un
hábito (con el riesgo inherente a
todos
los hábitos: convertirse en vicio)
Así, hay quienes dedican la mayor
parte
de su vida útil a la elongación:
En este punto, hay que extremar los
cuidados:
si bien la elongación puede mejorar la
calidad
de vida, nunca es un fin en sí misma:
No es lo mismo elongar para vivir
que vivir para elongar.
Es sabido que un cuerpo humano promedio
contiene demasiados músculos y
neuronas
-la mayoría ociosos-
Si se cobra conciencia y se pretende dar un
tratamiento equitativo a cada uno de ellos, se
corre el riesgo de incurrir en el despropósito y
en la desmesura. Hay que ser cauto, no excederse
tratamiento equitativo a cada uno de ellos, se
corre el riesgo de incurrir en el despropósito y
en la desmesura. Hay que ser cauto, no excederse
ni aún con los hábitos que se suponen saludables:
siempre se debe observar una medida,
siempre se debe observar una medida,
porque no es lo mismo que vivir,
elongar la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario