(Onésimo Evans)
La agresión, como la agregación
signan la vida humana y su impronta
evolutiva, expresada en su naturaleza agresiva
y en la necesidad constante de agregar: El
hombre necesita agregar más violencia
a la existente en la naturaleza, la violencia es
un medio para agregar valor a los valores naturales
establecidos, como la agregación.
signan la vida humana y su impronta
evolutiva, expresada en su naturaleza agresiva
y en la necesidad constante de agregar: El
hombre necesita agregar más violencia
a la existente en la naturaleza, la violencia es
un medio para agregar valor a los valores naturales
establecidos, como la agregación.
Creemos en el odio
primordial como
noción fundante de todo sistema
noción fundante de todo sistema
de valores, y en el valor
agregado
como signo
evolutivo.
La Naturaleza
contiene violencia,
por necesidad. La
necesidad es violencia,
señalaba
Aristóteles, y la historia humana
rebosa violencia, se
sostiene en ella:
Siempre se imponen
las acciones violentas.
Marx agregó su
metáfora: La violencia es
la partera de la
Historia.
Hay una violencia
natural y una artificial.
El hombre es el
único organismo que crea
objetos y
necesidades artificiales.
El arte, como el
deporte, son formas de
canalizar la
violencia natural de un modo
artificial.
El hombre se
diferencia del resto de los
seres animados, por
su capacidad superior
para emitir
violencia: Su naturaleza violenta
lo enfrenta a la
Naturaleza.
La Naturaleza
contiene violencia: la necesaria
para controlar y
mantener el equilibrio; todas
las especies tienden
a expandirse, como algo
natural. No hay
expansión sin agresión, es
necesario agregar,
y no hay expansión ilimitada.
Somos criaturas
altamente expansivas, una
condición que sólo
conoce el límite de la
propia capacidad
autodestructiva.
El hombre ama y odia
en diversa proporción,
pero el odio es más
antiguo que el amor,
advertía Freud
(aunque son sentimientos
inseparables: quien
no odia no ama)
Somos una especie
que no tolera la estabilidad,
y cuya naturaleza
inestable produce cambios en
sus condiciones
naturales:
Ningún animal altera tanto la Naturaleza.
Ningún animal altera tanto la Naturaleza.
“El odio es el
caudillo del cambio. Mientras
que el amor es el
patrono de la estabilidad”
pensaba Nietzsche.
“Se está acabado,
se es un muerto en vida, no
cuando se deja de
amar, sino de odiar. El odio conserva:
en él, en su
química, reside el ‘misterio’ de la vida”
-E.M. Cioran-
Hay que agradecer lo que somos a la naturaleza
agresiva: le debemos gratitud al Odio Primordial.
Hay que agradecer lo que somos a la naturaleza
agresiva: le debemos gratitud al Odio Primordial.
Sin él, valdríamos poco, o nada, y no habría forma
de poner en valor la especie y mucho menos
agregar valor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario