(Tomás Lovano)
Hay adjetivos suficientes
para salir airoso
de cualquier aspiración poética,
pseudopoética, o pesudopódica.
Animales crepusculares,
limítrofes,
en tránsito:
dudo mejor de día,
cuando los gatos duermen
y sueñan con presas
fabulosas, que escapan
para volver a ser cazadas,
criaturas extrañas, que escapan
a las clasificaciones taxonómicas
y a los adjetivos conocidos.
Nictálope, condición patológica
en humanos, es ventaja para el
cazador nocturno.
Ojos de gato brillan en la noche.
El se agazapa, espera inmóvil, silencioso
el momento oportuno.
Es pura energía concentrada,
estado de reposo
(tan cierto como engañoso)
Su instinto contiene toda la sabiduría
que necesita:
El gato no necesita adjetivos
para ser más preciso:
ningún gato, ni el gato de su casa
ni el gato en situación de calle.
Nictálope: Quien ve mejor de noche.
En la oscuridad de la noche
el gato brilla, reina,
evoluciona,
como un poema obscuro
que avanza silencioso
a altas horas,
sin nictógrafo.
Sin adjetivos ni objeto.
Señora
¿usted sabe donde está su gato
ahora?
No hay comentarios:
Publicar un comentario