(Ricardo Mansoler)
La poesía es un arma cargada de futuro,
según Gabriel Celaya.
En el futuro, la poesía será escrita por todos,
afirmaba el Conde de Lautreamont.
Pero el futuro es incierto, se puede aventurar
y la poesía es algo que excede a los poetas:
Ha sabido sobrevivir a todos, incluso
a los poetas futuristas.
La poesía es un arma cargada de…
A las armas las carga el Diablo:
No hay poesía sin la colaboración del Diablo,
informaba Gide.
La poesía: un arma que se carga.
La poesía -carga y descarga-
se arma con secuencias, fragmentos, partículas
de diversa procedencia, y algo de vacío
para que respire el cuerpo del poema.
Puede contener elementos residuales,
resabios de otras cargas y descargas,
material combustible o inflamable
o altamente sospechable.
Puede contener todo,
no es ajena a nada
y no hace falta tener algo que decir
para hacer un poema.
Carga y descarga
replican la función establecida,
repetir, alterar, reproducir
su propia condición dudosa.
La producción de sentido
no puede detenerse.
La poesía no tiene fin,
se nutre de otros desperdicios
y vuelve a brotar de sus propios
desechos metabólicos.
Su utilidad potencial tiende a cero,
aunque alcanzar el grado cero del poema
es una aspiración ociosa.
Su utilidad residual es menos que dudosa,
ella lo sabe, se reconoce
y goza.
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