(José Luis Greco)
Para mi amiga Imelda
Saber que todo brillo es provisorio.
Nada dura
más de lo necesario -una condición
sin magnitudes que la midan-
La dinámica de la vida
es variable, el movimiento vivo
del deseo y la palabra, son parte
del trabajo del tiempo, esa ilusión
que sostiene la emisión de todos
los cuerpos discursivos.
Hablemos del tiempo
o callemos para siempre,
es indistinto: El permanecerá
tan irreductible e indiferente
como el Sol, que está solo
y sabe estarlo, aunque haya otros
más fuertes y más débiles.
Hay tiempos débiles y fuertes,
ambos necesarios para armar
tu armonía.
Basta saber medir
la vanidad de las palabras,
reconocer y conocer:
Todos los verbos son arbitrarios,
y todos sobrevivirán al emisor,
aún cuando no sepa reconocerse
innecesario.
No hay autores excluyentes,
vivos o muertos, todos comparten
la condición efímera.
No hay mucho que saber,
por el momento. Es suficiente
saber estar de paso, como el acento
omitido más arriba.
Ninguna ausencia se acentúa.
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