(Senecio Loserman)
Dado a dudar de todo
como método
dudaba hasta del antídoto específico
en sus dosis recomendadas
Dudaba de las contraindicaciones
constatadas, dudaba al constatar
la fórmula y al contestar a la duda
formulada
Dudaba como fórmula
dudaba del prefijo y sus aplicaciones
Dudaba con premeditación
ante cada nueva aplicación
Dudaba de los antecedentes
que sientan precedentes
como de los que no sienten.
Dudaba del sujeto y su sufijo
Dudaba en un sentido
dudaba entre la acción y la pasión
entre lo dado y lo pedido
entre pedir u ordenar
entre dar y recibir
Denodado a dudar
dudaba entre el deseo de obtener
y lo perdido al desear:
Dudaba en aspirar
Dudaba entre la acción y la pasión
entre el pretérito perfecto
y el presente presunto
Dudaba entre el sentido y la función
entre la acción pasiva
y la pasión activa
Dudaba con premeditación
más sin alevosía, a una velocidad
digna de mejor causa
Dudaba entre distintas causas
-las tachadas de nobles me despertaban
dudas-
Dudaba entre la causa justa
y aquella que será justificada
Dudaba entre abrazar o acariciar
la causa a elegir, en forma parcial
o total.
Entonces observé
sin vacilar en la ocasión:
Toda parcialidad es arbitraria
y por tanto sospechosa
y abracé mi causa sin fisuras
ni dobleces, dado a dudar
de todo, me dí sin medias tintas
y me acogí al beneficio de la duda
primordial.
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