(Aquino Lamas)
Es como…
El sentido analógico suele resultar
útil, aún para resaltar la inutilidad:
comparar, equiparar algo a un
absurdo, o imposible, realza
la vanidad del primer término.
Es como pedirle pares al alma,
escribía un falsificador autorizado.
(La comparación se multiplica, en
relación a la frase conocida y connotada,
y la aparición del alma: ¿fruto o árbol?)
Pero uno espera,
pensé mientras citaba
la paráfrasis: La paridad
es una buena aspiración, dentro
de todo lo aspirable, y suele
resistir el paso del tiempo,
como los árboles.
¿Tienen alma los árboles?
Creo que sí ¿por qué no?
Es de esperar que sí, toda alma
es libre de creer y esperarlo todo.
Si hay un alma sincera, o la hubo
nunca se sabrá, como nadie sabe
lo que le espera.
La aventura de esperar
no requiere autorización,
cada alma es soberana
a la hora de esperar:
Algunas esperan alguna autorización,
otras ni eso, pero lo último que se
pierde es la esperanza, dicen…
Hay una cantidad de almas en espera,
sin darse por perdidas.
No sabemos si hay almas pares
o son todas impares. Sabemos
que no se reproducen, por tanto
no necesitan aparearse ni dividirse.
Hay opiniones divididas
sobre la utilidad de la espera:
Con esperar no se pierde nada.
La espera es tiempo perdido.
Por el contrario, no hay opiniones
divididas sobre la utilidad.
Perder y ganar, son verbos populares
vinculados a la utilidad: se gana y se
pierde.., pero a veces se empata
y aparece la paridad, que puede resultar
un buen negocio, pero no goza
de valoración entre las almas nobles
que aspiran a la gloria del triunfo.
Las almas pueden esperar, no tienen
una vida útil que las limite.
No conocemos los límites del alma,
y hasta es posible creer en falsificadores
de almas, e incluso aspirar a encontrar
a quien falsifique lo mismo que nosotros.
¿Existe el alma gemela?
Sí, hay unas cuantas,
sólo que están en otra parte.
(Tal vez esperando autorización de embarque)
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