(Ricardo Mansoler)
El hombre, dador y receptor
¿sabía dudar antes de ser sujeto?
¿Tiene dudas, soldado?
Ante la duda dada
hay dos opciones, a saber:
saldar o despejar.
Despejada la duda, aparece
una certeza:
Si hay duda, habrá un sentido
o más: la producción de sentido
tiene un costado dudoso; toda
producción tiene un costo.
La duda dada,
o la semiduda obtenida
por puro desarrollo, son instancias
superiores que trascienden la función
descartando sentidos funcionales,
para aspirar al sentido verdadero
-que no siempre es el verdadero sentido:
hay dudas-
II
Obtenido el sentido,
no hay nada que producir,
sólo agregar:
la producción de sentido
no puede detenerse.
¿Tiene dudas, soldado?
Hay artilugios, artificios, artefactos
y artimañas: el arte produce anticuerpos
y el antígeno poético, tan dudoso como
el sujeto libre.
III
Los dadaístas no dudaban,
eran meticulosos en el ejercicio
de no medir sus emisiones, dados
a la emoción de producir una
espontaneidad deliberada, escapando
a la tiranía del sentido y la utilidad.
¿El Sentido en busca del Hombre?
¿El Sentido somete al individuo a
producir, convirtiéndolo en recurso
y en producto?
¿Cómo logramos que la palabra
libertad se vaciara de sentido?
IV
El dadaísmo no produjo nada interesante,
afirman algunos, una vanguardia sin
futuro: pura desmesura; en la edad de la
razón reivindican lo emotivo, la oscuridad
anterior a la conciencia. Usan el lenguaje
para burlarse de él, un juego de niños, una
insensatez, como si hubiera algo que rescatar
de la niñez…
El dadaísmo, afirman algunos, no produjo
nada interesante. Murió en su ley, dejó
algunos poemas y manifiestos absurdos,
nada memorable. Y dio lugar al surrealismo,
un poco más elaborado, que dejó algunos
manifiestos y poemas no mucho menos
absurdos y no produjo nada interesante.
Hay que volver atrás, cuestionarlo todo
y rescatar lo memorable.
¿Hay arte sin memoria?
Hay artes y oficios, hay artilugios, artificios,
artefactos y artimañas.
Hay un arte oficial y otro subterráneo, no
mucho menos dudoso. Hay bellas artes
y malas artes, pero no es el arte
un estandarte de libertad.
Valèry odiaba la palabra libertad “Es una
de esas palabras que cantan en vez de hablar”
El cantar, sabido es, si algo no tiene
es sentido.
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