martes, 29 de junio de 2021

Oración purificadora

 

 

(Ester Miño)

 

Ante las líneas enemigas
somos objetivos.

No hay medias tintas
ni claroscuros:

todos somos blancos.

Es para celebrar
la condición aglutinante,
la supremacía ontológica
del blanco.

Pueblos blancos
Pueblos elegidos
Pueblos que han sabido elegir
y defender su blancura.

Hay que blanquear
lo justo y necesario,
la sangre es un insumo histórico,
un recurso renovable, toda la
historia contiene sangre y fuego:
el fuego purifica.

Entre fuego amigo y enemigo
evoluciona la pureza.

Hay fumata: humo blanco
que se eleva…

Elevamos una oración
por los caídos en acción.
Elevamos una oración
por el blanqueo de capitales,
por la trata de blancas
en los mercados negros.

Elevemos una oración en blanco
por la renegociación de la sangre
derramada y por un derrame
justo y soberano.

Emitamos una oración volátil
por los recursos naturales y
los cheques voladores.

Un verso blanco por la
reconversión de los conversos.

Oremos, mientras se consagra
el blanco de la hostia
para que la sangre fluya
cada vez más pura.

Oremos en silencio,
por las emisiones libres
de impurezas.

Oremos, sin matices,
por las formas puras,
para que no haya grises:

Oremos por la evolución
de la blancura.

Oremos por el conocimiento
objetivo y las verdades puras.

Ante las líneas enemigas
somos objetivos:

somos blancos,
el futuro será blanco
o de ningún color

(el blanco no es color, es superior
a todos los colores y siempre se
impone)

Oremos, mientras oreamos las
banderas que nunca arriaremos.

Elevemos esta oración armada
de pureza, en el nombre de todos
los blancos y hacia las blancas
cumbres y alturas insondables.

(Mide la extensión de la oración,
dice el Oráculo:  el peso puede
dificultar el éxito de su elevación)

 

jueves, 24 de junio de 2021

La duda auténtica

 

 

(Asensio Escalante)

 

La verdadera duda
nunca está sola.  La autonomía
es una falsa opción
en el cultivo de los cuerpos
que cultivan.

Habitamos un mundo en desarrollo,
un cultivo dudoso, donde todo
puede ser obtenido y desechado
con la misma pasión.

Creemos en la pasión,
conocemos la disipasión.

Cultivar es un acto de fe,
la fe libera endorfinas.

Somos libres para cultivar,
la sangre libre siempre cotiza
y posée un alto valor de reventa.

¡Libérate, hermano: cultívate!

Cada cual es libre de elegir
el cultivo deseado.

(Conocí el Río Deseado cuando joven,
pero no pedí ningún deseo:  No
encontré nada que desear)

Cultivar es fácil,  tanto o más
que ser cultivado.

Primero hay que saber
desear, luego aspirar, apasionarse
y cultivar sin compasión.

Ana cultiva su genciana,
amarga pero sana.
Rosa, un clavel del aire.
Ariel: su hiedra y un erial
autóctono.  Ricardo un anacardo,
Alfredo bledos…

Todo vale, no importa lo que elijas,
hay cultivos efímeros,
dudosos, espontáneos:

Ninguno es descartable
si hay deseo:  todos podemos ser
objeto de algún deseo extraviado.


Ser objeto o sujeto, no cambia
la ecuación ni las condiciones
del cultivo.

Hay suficientes objetos y sujetos
para traficar y tramitar deseos,
dudas y palabras: todos somos
capaces de cultivar un deseo dudoso.

Cultivo una rosa negra,
sé reconocer
los distintos tonos de negro
y sus matices, así como distingo
al poema verdadero de otras
emisiones dudosas.

Hay que saber diferenciar
la pluma del poeta,
de la de tantos émulos copiosos
y rapsodas repetidores.

Hay que saber:  Hay grises,
no es oro todo lo que reluce:
hay brillos que sólo son reflejos,
Hay que saber reconocer:
todos somos aprendices.


martes, 22 de junio de 2021

Los hábitos efímeros

 

 

(Estanislao del Signo)

 

No quise eclipsarme,
es cierto,  ¿pero cuánto no
quise?

No contaba, no,
ni consigo ni conmigo
para conseguir un crédito
difuso, blando, autóctono
y obsceno:  como adjetivo dado
a cuenta de los saldos a vencer.

¿venceremos?

Abajo abdica,
hay armas, urnas, uñas, y utensilios,
se buscan excrementos encarecidos
que acrediten el paso de la diosa
Necesidad.

II
Los adictos al silencio, no cuentan,
no necesitan cómplices.

Hay suficiente prueba, podría
detenerme y acabar así.

El ahorro de energía es capital
para la producción humana
de enseres y anticuerpos,
y la materialización de sueños
razonables y poemas asintóticos,
isotópicos y asintomáticos, cuya
efervescencia sanadora es capaz
de producir un bienestar ridículo
y auténtico.

Los hábitos humanos no prescriben,
solía leer con alguna frecuencia
que ahora ahorro:

III
El ahorro: un buen título para
un poema hermético, conceptista,
liberador y apócrifo, bien provisto
de un automatismo acérrimo. Tan
revelador como irrelevante.

El ahorro forzoso, sería una alternativa
para ampliar la base de sustento
y acceder a la soberanía poética.

La mampostería del poema
es tan sólida y resiste
como el humo de los dogmas
que circulan más abajo.

Abajo estoy yo consigo:
yo consigo
nosotros conjugamos
vosotros consensuáis,
ellos obtienen.

La unidad no se negocia,
sólo nos unen negocios,
consensuemos conmigo
repitamos conmigo:

hay que suturar, empalmar,
obturar grietas y fisuras,
articular y reparar
para volver a generar
las condiciones de repetición.


IV
Soldado aprende a soldar,
se necesita precisión, se precisa
una capacitación permanente
para no necesitar ni ser
necesitado:

El verdadero sentido
es un participio pasado, 

soldado.

Soldado aprenda a googlear.
Soldado aprenda a emprender,
hoy nadie vive de un sueldo…

Soldado venga

sábado, 19 de junio de 2021

Listas únicas

 

 

(Estanislao del Signo)

 

Hubo un tiempo en que leía
a primera vista, ávido y metódico,
anotaba las palabras dudosas o
desconocidas en una lista:  era
un asiduo lector del diccionario,
una forma de incorporar vocabulario.

Hubo un tiempo en que hacía listas:
(Se puede hacer listas de todo) de los
libros a leer, de la música que quería
conseguir, de las ideas a desarrollar,
de los poemas a escribir...

Hasta se puede hacer una lista
de las listas que se podrían hacer.

Listas que daban lugar a otras listas:
Por caso, pude redescubrir la música,
incorporar conocimiento y volver a
esa pasión abandonada.  Entre el rigor,
la disciplina autoimpuesta y el caos del
autodidactismo, se filtraba el placer
de componer.  Luego, había un material
que ordenar: una lista para los temas que
había que trabajar, otra para los que estaban
armados pero faltaba algún retoque; otra
para los que parecían interesantes pero no
estaban resueltos, y otra, con aquellos que
eran sólo un esbozo, una idea en germen
que esperaba un desarrollo… Y por último,
una lista con aquellas obras que consideraba
acabadas, listas:  Listas para ser expuestas
ante quien quisiera oír  (como no tenía un
público exigente, ni ningún otro, no había
ningún apremio y podía seguir haciendo
listas)

Para mantener en forma los dedos, tenía
un lista de ejercicios obligados, práctica
diaria, a los que iba agregando otros.

Hubo un tiempo en que toqué con otros,
distintas experiencias de ensambles, tríos,
dúos, antes de retomar mi condición solista.

 
Una experiencia que enriquece al músico,
nativo o por opción: compartir, escuchar al
otro y reconocerse parte de algo colectivo.
Y claro, la oportunidad de confeccionar
una lista de temas a ensayar.

Hubo un tiempo en que casi no tocaba;
afectado por problemas posturales y tensiones
no resueltas, la disposición física acotaba los
tiempos y la práctica mecánica se reducía a
repetir un repertorio para no perderlo:
Tenía una lista de estudios y composiciones
ajenas y propias que tocaba siempre, privilegiando
los de mayor dificultad  (que eran los que generaban
más tensión:  un círculo vicioso)

La rutina repetitiva, sólo puede sostenerse sobre
una buena condición física y un interés sin mengua:

No fue el caso.
Hubo un tiempo en que casi no tocaba.
Hubo un tiempo en que casi no leía.
Hubo un tiempo en que casi no escribía:

Hacía listas.

Este texto fue escrito hace años,
estaba en una lista de material no publicable,
escritura descartable.  

Pero… ¿Cuál no lo es?

Me preguntaba mientras armaba una lista.

jueves, 17 de junio de 2021

El problema de la comprensión excesiva

 

 (Ester Miño)


Interpretación del texto:



Tomemos una frase conocida, de
apariencia inocua y pretensión aforística,
celebrada por muchos como feliz
y pedagógica:

           No le des pescado,
           enséñale a pescar.


Como suele ocurrir con estos artefactos,
hay más de un sentido, como también
ocurre en la publicidad y en la poesía…

Una lectura real y rigurosa, ajena al sentido
común, descubre el velo de la metáfora, y
revela la verdad oculta tras la cubierta
metafórica e ideológica:

             No le des cadáveres,
             enséñale a matar.


¿Las metáforas nos hacen más humanos?

 

(Táchese lo que corresponda)

Tal parece, sólo los humanos las hacemos
y disponemos:  disponemos un sinnúmero
creciente.  

La metáfora es un recurso humano.

Hay palabras que son, en sí mismas, metáfora:
dicen más de lo que nombran, emiten sentidos
de amplio espectro, rebosan utilidad.

Recurso retórico, poético, ideológico…
metáfora como recurso,
recurso como metáfora.

(Táchese lo que no corresponda)

Hay metáforas que se corresponden, sin
fisuras, con la ideología que nos ocupa y
sostiene el sistema de control en curso:

Recurso, es todo lo que es, incluyendo toda
forma de vida conocida y por conocer,
sin excluir al sujeto hablante, deseante
y obediente.  Cuando hablamos, aceptamos,
todo discurso se vale de recursos, que
permiten aumentar su valor de uso.
Recursos que son medios, para un fin que
es otro.  

¿Quién es el Otro?

No hay otro:  Todos somos recursos humanos.

Hay metáforas más intachables,
tachonadas de brillos altruístas
y nobles sentimientos humanistas:

    “Los animales nos hacen más humanos”

Como metáfora, es inobjetable, produce sentido
por los cuatro costados y permite distintas lecturas.
Como aforismo, luce tan perfecto como irrefutable.

Sin embargo, desde la lectura rigurosa
o comprensión excesiva, es dable interpretar:

Los humanos no somos animales, la frase
lo recalca por si hiciera falta. Pero éstos, son
un recurso para aumentar nuestro tenor
humano que, como sabemos, es bastante bajo.

Luego, la condición humana, cuya superioridad
está fuera de discusión, puede ser incrementada
incorporando materia animada a nuestro
metabolismo superior.


Una dieta sana, debe contemplar
todos los nutrientes que requieren
nuestras aspiraciones esenciales,
metabólicas, tan humanas
como la agregación de valor
y la producción de metáforas.



Disponemos de un sinnúmero de metáforas,
podemos elegir, según la necesidad, el
interés y el orden del discurso.

El que quiera comer peces,
en las góndolas encontrará todas
las variedades disponibles.

O bien, que se arremangue
y pesque su propia metáfora.

 

(Táchese)

 

domingo, 13 de junio de 2021

Para celebrar el día del aspirante

 

 

(Luis Espejo)

 

Es vano santiguarse en una zanja,
en un zaguán, frente al espejo.

Sólo un zanguango ignorará
que la inversión cardinal
del orden temporal podría ofender
a casi cualquier divinidad.

No hay que ser capaz de todo,
supe leer entre  líneas
en un poema que me superaba.


Toda palabra, puede ser superada
por otra, no sin riesgo, para que
el poema se eleve y califique.

La consistencia deseada
no surge del deseo, es fruto
de un trabajo minucioso y sucesivo
y de sucesivos fracasos:  No hay que
temer esta repetición.

La evolución por repetición supo dar
frutos, en los que todavía abrevamos.

No conviene superarse, aspirar
es superior. 



II
Es vano capacitarse, si no se califica.
Es vano  solicitar asistencia divina,
santiguarse en el zaguán y comer
mazapán en el vestíbulo, si no se
posée capacidad para extraer calidad
de la materia legible e ilegible que
circula, y de la división del sentido
del trabajo.

No trabajes ni hiles,
aconsejaba el poeta en el último
verso del poema calificado.

El nihilismo, puede prescindir
de la colaboración divina, pero no
del trabajo necesario para que
sea el poema.

¿Qué valor tiene el pensamiento
del que escribe para otros?
Muy poco, acaso tanto como el de
cualquier aspiración ocasional,
efímera, que pasa por el vano
de la lengua que nos emite y hace
emitir.

No alcanza con ser capaz de todo:
hay que hacerlo, y saber que siempre
está todo por hacer.

Hay que trabajar a conciencia,
aunque la sola conciencia no alcanza.

Trabajar cansa,
y alcanzar también.

jueves, 10 de junio de 2021

Mamífero superior

 

 

(Tomás Lovano)

 

Nací mamífero,
desnudo y vertebrado,
desocupado, carenciado y dependiente.

No sabía, era ignorante,
analfabeto y demandante
y como si no fuera suficiente,
ignoraba todo eso.

Era incapaz de tomar buenas decisiones
y reconocer valores  (ni el valor de la
dependencia reconocía)

En condiciones naturales
hubiera perecido, pero recibí alimento,
cuidado y conocimientos:  como para
poder incorporar otros valores,
desarrollar capacidades y acceder
a cierta autonomía, es decir
al armado de una personalidad propia.

La evolución natural, me permitió
conocer mi condición mamífera,
peinarme, autopercibirme y disfrutar
de las diversas opciones disponibles
para gestionar alimentación, género
y otras nimiedades indeclinables.

Según mis inclinaciones naturales,
probé de todo, abandoné la carne por
el tofu, cambié de dieta varias veces,
incorporé legumbres, cereales, algas,
semillas y algunos suplementos que
suelen asociarse a estas dietas.  Pasé
por la dieta disociada, las macro y
micro bióticas, cetónicas, etcétera.

Ahora me hice omnívoro
y gozo del derecho a comer todo:

todo aquello sospechable de ser
o haber sido portador de algún
signo vital, y reconocido como apto
para el consumo humano.

Puedo comer de todo y a todos
sin restricciones, en pleno uso
de derecho y con toda libertad.

Seamos libres, que los demás
no importan nada.

martes, 8 de junio de 2021

El adjetivo vivo

 

(Estanislao Del Signo)

 

I

El adjetivo
es un signo vital y móvil

el movimiento subjetivo
de adjetivos vivos
siempre agrega interés
a la idea, al discurso analógico,
ideológico, patológico
o al coloquio de ideas.


Todo lo deseable
es también susceptible
tanto como adjetivable

(Califique esta verdad del 1 al 2)

El valor, compañero,
procede de la agregación:
como la propiedad.

El pensamiento propio, se obtiene
como resultado de haber incorporado
distintas opciones de pensamiento
circulante.

Absoluto es un adjetivo tan interesante
como valioso, dos adjetivos tan valiosos
como interesantes.  Es más que un adjetivo,
pero se sabe poco del absoluto, aunque
afirmar que algo es absoluto nos exime de
dar explicaciones.  Pero no es muy popular
el absoluto, emana perplejidad y solidariza
con la soledad: la realidad del mundo que
compartimos se nutre de valores relativos
y adjetivos menos o más dudosos.

Valor absoluto es el cero,
pero nadie ama al cero:  
el cero ya lo tenemos, y uno
suele amar lo que no tiene
para ser sincero.


II

El adjetivo:  un recurso para agregar valor
a cualquier discurso.

Cada adjetivo tiene su peso específico,
hay adjetivos específicos y genéricos.

Hay que calibrar: el adjetivo vivo
tiene una utilidad temporal y acotada.

Como es sabido, no es igual un peso muerto
a un peso vivo. Al morir ganamos peso.

(Los rematadores de hacienda, venden el
kilo vivo, y los compradores no desconocen
que matando agregan valor:  el adjetivo vivo
modifica tanto el peso como el valor
de los cuerpos, la carne, y los
cuerpos encarnados)


III

Adjetivar es agregar:  
Hay que saber agregar,
abrevar en la agregación histórica,
los que supieron y agregaron antes,
hay que agregarse sin temor
-el temor no suma, me temo-

El plus valor de la agregación,
no es un valor menor  -se puede
adjetivar- :  Produce sentido,
el sentido de pertenencia.

Hay que pertenecer, vislumbró
el poeta poco antes de retirarse
de este plano inclinado:  

Hay suficientes adjetivos disponibles
y dispositivos aptos para agregar
subjetividad:  Sujetos eran los de antes,
me inclino a creer, pero la subjetividad
la hacemos entre todos.  



Agregate

(Original no es el que no copia, sino el que
no puede ser copiado:  esta frase no me
pertenece, copio y pego)

viernes, 4 de junio de 2021

Otro solo irrepetible

 

 

(Epifanio Webber) 


Creo que no estamos solos,
se confesó a sí mismo el unigénito.

La condición divina, contempla el uso
de la primera persona del plural para
hablar de sí mismo consigo.

Como muchos otros usos:  un Dios,
no se somete a ninguna ley, mandato
o convención.  Es más libre, incluso,
que un poeta; no piensa en el lector ni
necesita interlocutor válido. No conoce
la autocensura y es ajeno a los límites
de la corrección poética o política, a los
usos gramaticales y al orden sintáctico:

No conoce límites, los dioses son
incorregibles. El discurso divino no
puede ser juzgado:   El y sólo El
puede hablar solo, sin incurrir en el
rasgo patológico.

Antes de crear el mundo y los sujetos
hablantes, deseantes, disidentes…
Antes de que fuera el Verbo Encarnado
y las diversas carnes, lenguas, sectas y
dialectos,  El hablaba, estaba en posesión
del Verbo, el adverbio y el adjetivo
posesivo, amén de todos los recursos
poéticos y discursivos que conocemos
o incluso desconocemos... 

El hablaba, sin duda  -los dioses no dudan-

¿Con quién pudo haber hablado?

La respuesta es tan obvia como ociosa:

Hablaba solo.


(Es palabra de Dios)

martes, 1 de junio de 2021

Por un estilo propio, libre y soberano

 

 

(Remigio Remington)

 

Pensé en estilo:
el estilo es todo,
había pensado antes
de haber destilado un
estilo propio.

¿propio?

Sí, es una identidad,
una propiedad inalienable.

¿una sumisión?
¿somos prisioneros de esa propiedad?
¿marcamos un estilo que nos marca
y constriñe?

¿Se adquiere o, por el contrario, se
obtiene?

Se consigue con trabajo y tiempo,
como casi todo. Como los hábitos,
brinda seguridad, previsibilidad,
comodidad, los atributos propios
de la repetición.

Se reproduce a sí mismo, sin esfuerzo.
Un estilo de vida es como una marca,
un sello propio de identidad que nos
inscribe como sujetos únicos, unidades
selladas y diferenciadas de la producción
de seres seriales.


II

¿Qué seríamos sin un estilo propio?
¿Dónde obtener subjetividad
donde poder reconocernos?

Hay que diferenciarse, desarrollar las
diferencias hasta obtener algo tan propio
y distintivo, que no despierte dudas.

Es un trabajo, lleva tiempo, tiene un costo,
pero hay un beneficio, una utilidad:
una vez logrado, obtenido u adquirido,
el portador descansa, como quien pone
un piloto automático…

Reproduce fórmulas conocidas, ya probadas
y aprobadas  (la autoridad de aplicación es
la conciencia, algo tan propio como determinado
por el entorno)

No, no todo es estilo, pero lo que se hace con
estilo, merece una valoración distinta:  El estilo
es un valor, guste a quien guste, este es mi estilo
(ahora que lo tengo, ya no pienso en el estilo)


III

Cuando jugaba al tenis,  mi mayor preocupación
era el estilo, recuerdo.

Podía ganar o no, creo que perdí más de lo ganado,
pero mi estilo se imponía, desde una visión estética
y podía percibir, dicho ésto con toda humildad,
como era envidiado mi estilo por propios y extraños.

No me extrañó que un día, siendo niño, mientras
jugaba en una cancha del fondo, una mujer (quien
disputaba siempre el primer puesto entre las tenistas
del club:  vivía el deporte blanco como obsesión,
siempre buscando la perfección) se presentara
allí, cámara en mano, dispuesta a tomar
fotos de mis golpes, movimientos y actitudes,
-el estilo-, seguramente para registrarlos, estudiarlos,
copiarlos y, si fuera posible perfeccionarlos…


IV

¿Hay un estilo propio, libre y soberano?

El estilo, ese sello propio
que muy pocos pueden exhibir,
es acaso, de todo cuanto hacemos
lo único que perdura.

Un estilo propio, se reconozca o no
-al portador no le importa-
expresa más que otras propiedades:
se puede percibir hasta en la forma
de sacar la basura.

 

V

“El estilo propio es la manera que encuentra
aquel que escribe, de reproducirse a sí mismo
en el sistema de la escritura”


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