(Estanislao del Signo)
No quise eclipsarme,
es cierto, ¿pero cuánto no
quise?
No contaba, no,
ni consigo ni conmigo
para conseguir un crédito
difuso, blando, autóctono
y obsceno: como adjetivo dado
a cuenta de los saldos a vencer.
¿venceremos?
Abajo abdica,
hay armas, urnas, uñas, y utensilios,
se buscan excrementos encarecidos
que acrediten el paso de la diosa
Necesidad.
II
Los adictos al silencio, no cuentan,
no necesitan cómplices.
Hay suficiente prueba, podría
detenerme y acabar así.
El ahorro de energía es capital
para la producción humana
de enseres y anticuerpos,
y la materialización de sueños
razonables y poemas asintóticos,
isotópicos y asintomáticos, cuya
efervescencia sanadora es capaz
de producir un bienestar ridículo
y auténtico.
Los hábitos humanos no prescriben,
solía leer con alguna frecuencia
que ahora ahorro:
III
El ahorro: un buen título para
un poema hermético, conceptista,
liberador y apócrifo, bien provisto
de un automatismo acérrimo. Tan
revelador como irrelevante.
El ahorro forzoso, sería una alternativa
para ampliar la base de sustento
y acceder a la soberanía poética.
La mampostería del poema
es tan sólida y resiste
como el humo de los dogmas
que circulan más abajo.
Abajo estoy yo consigo:
yo consigo
nosotros conjugamos
vosotros consensuáis,
ellos obtienen.
La unidad no se negocia,
sólo nos unen negocios,
consensuemos conmigo
repitamos conmigo:
hay que suturar, empalmar,
obturar grietas y fisuras,
articular y reparar
para volver a generar
las condiciones de repetición.
IV
Soldado aprende a soldar,
se necesita precisión, se precisa
una capacitación permanente
para no necesitar ni ser
necesitado:
El verdadero sentido
es un participio pasado,
soldado.
Soldado aprenda a googlear.
Soldado aprenda a emprender,
hoy nadie vive de un sueldo…
Soldado venga
No hay comentarios:
Publicar un comentario