martes, 31 de diciembre de 2013

El cuerpo del poema


(Remigio Remington)


Un hormigueo recorre el cuerpo
del poema, sus miembros,
pliegues,
plegamientos

Miento:
parto de una necesidad inconfesable
Comparto, no hay poema
sin deseo (todo deseo es inconfesable
a diferencia del goce, que no puede
ser dicho)

Mejor pedir otro deseo,
pidamos sin piedad,
pidamos justicia,
pidamos una parte
de lo justo, pidamos
hacia el centro
del cuerpo del poema

II

Pedir: recuperar el cuerpo,
su contenido, su relación
parcial : volumen – peso
las formas de sostener el centro
de gravedad en el tiempo y
el paso de la necesidad: estados
que atraviesa.

El cuerpo incorpora,
corporiza,
cuerpea -no recupera-

El cuerpo: materia que necesita
materia.

El cuerpo pide y da,
se repite:
el cuerpo pide:

otros cuerpos.

Hay cuerpos grandes y pequeños;
todos incorporan, emiten
y reinciden, repiten,
agregan desagregan.

La hormiga hormiguea,
el gato gatea,
el hombre hombrea:
mientras su cuerpo lo permite.

III

'Un hombre pasa con un pan al hombro'
pasan los hombres, pasan los panes,
pasan voluntades y volúmenes deseosos,
pasan los planes de los hombres
como pasan los imperios, los estados
y los verbos.

La vida: un paisaje de términos
que pasan: un hormigueo recorriendo
ese volumen involuntario: el cuerpo
del poema, esta noción -las nociones
van y vienen por la vida del poema-
que se incorpora al conjunto de nociones
que hacen al poema, que emite emociones
y sentidos para que alguien, en el mejor
de los casos, sienta algo.

(No es necesario sentir mucho para ser
-sentirse- parte del hormiguero)


IV

Sin hormigas no hay hormiguero,
ni hormigueo... (Compartamos
el hormigueo del cuerpo del poema)


Ser parte: he ahí la clave del buen funcionamiento
de las comunidades fórmicas: el espíritu de cuerpo.
Hay más de seis mil especies de hormigas y todas
conviven en sociedades -unas más desarrolladas
que otras- que gozan de buena salud.

Conocemos unas pocas: hormigas voladoras,
cortadoras, excavadoras, algunas más agresivas
que otras, pero ninguna comparable al temible
hormigón armado en cuanto a capacidad de
destrucción de la naturaleza.

La hormiga argentina, es un problema para los
EEUU, una invasión silenciosa y difícil de
controlar, aún para aquella nación experta en
invasiones.

(La criaturas argentinas no suelen ser presa fácil,
baste recordar que en estas pampas las invasiones
inglesas fracasaron, mientras que no ocurrió lo
mismo allá en el norte)

También está la hormiga asesina, una especie
africana más grande que una avispa y de picadura
letal. Pero no es muy importante: Es sabido, que
para el mundo civilizado la vida de los africanos
siempre fue algo irrelevante, sin ningún valor.

V


Un hormigueo recorre
el cuerpo del poema,
escribo desde mi mesa
de fórmica ( la mesa es
un cuerpo: los cuerpos poseen
forma y contenido, como los
poemas -un poema puede adoptar
distintas formas: los hay con forma
de mesa, de hormiga, y también
los que avanzan remedando la fila
de hormigas que circulan en su
constante acarreo desde y hacia el
hormiguero: estrechos trazos de
tinta que desciende. Pero el poema
no va a ninguna parte, aún cuando
descienda de otros poemas: no hay
hormiguero ni destino, sólo tensión
que circula, palabras que descienden,
sentidos que descienden de palabras,
energía que no encontró mejor destino-
aunque el poema puede ser pura forma:

Hubo poetas que apostaron a las formas
puras, sosteniendo que el lenguaje poético
debe diferenciarse en forma nítida
de los otros, concibiéndolo como una
instancia superior, y hubo también quienes
postulaban las ventajas de la prosa: hubo largas
discusiones acerca de si se debía privilegiar la
forma ó el contenido. La discusión fue cobrando
cuerpo hasta trascender el ámbito poético : ¿qué
es más importante: el qué ó el cómo? ¿lo que se
dice ó cómo se lo dice? ¿La idea, el concepto, ó el
sustento retórico, el aparato discursivo?

Mucho después de culteranismo y conceptismo
surgieron otras visiones, divisiones y tendencias,
pero ya antes que se desarrollaran las ciencias del
lenguaje, los análisis semiológicos y las diversas
teorías sobre el discurso, hubo pensadores que
advirtieron la importancia de las formas: una verdad
irrefutable ó una idea brillante pueden fracasar si su
emisión no está asociada a un soporte retórico eficaz.

La publicidad y la política supieron incorporar esta
información en forma ventajosa: consiguen que
adquiramos productos que no necesitamos y que
respaldemos masivamente proyectos políticos por
demás perjudiciales para la mayoría. Un político
con aspiraciones, sabe que debe venderse, como
cualquier producto. Para esto reclutan y contratan
gente especializada, asesores profesionales con sus
equipos de semiólogos, analistas, psicólogos,
sociólogos, filósofos, epistemólogos, astrólogos,
fonoaudiólogos, etc. : ciencia aplicada, labor
interdisciplinaria en su más alta expresión, al
servicio de una causa que no suele ser noble, y al
servicio de quien lo pueda pagar. Sabemos quienes
pagan, pero si el servicio es bueno, seguiremos
prestándonos al engaño con gusto)

Lo que importa es la apariencia, el envase,
la superficie de la forma: en el fondo sólo nos
importa la forma, la superficie; no deseamos
profundizar, somos profundamente superficiales.

VI

Pero volviendo a la superficie -a la superficie
lisa de mi mesa de fórmica- volvemos al poema:

Un hormigueo recorre Europa...
Un hormigueo recorre el cuerpo de la hormiga,
animal gregario -es raro que ande sola, sabe que
su fuerza está en el número: un ejército de hormigas
puede arrasar con muchas cosas- tiene espíritu de
cuerpo, sabe que la suma de cuerpos insignificantes
deviene en otro más eficaz, más agresivo y temible,
y por lo tanto respetable.
Hay hormigas amigas y enemigas; cuando se
encuentran no hay negociación: la guerra será a
muerte. La limpieza étnica asegura la supervivencia
de los más aptos: los más fuertes.

Europa siempre se supo superior.
El sentimiento de superioridad es condición
necesaria para la expansión y la conquista (y para el
desarrollo de políticas agresivas)
El que se reconoce superior, debe demostrarlo -y suele
hacerlo- por la fuerza.

VII

La fuerza, es la razón de los necios, dicen
'Los sabios emiten ideas nuevas, los necios
las expanden' según un poeta alemán.

De ahí podemos deducir la importancia de los necios
cuya utilidad, igual ó mayor que la de los sabios,
demuestra la necesidad de la necedad.

No seamos necios: toda verdad puede ser demostrable
y refutable, y los necios pueden escribir poemas,
incluso buenos poemas.   Los poemas no se hacen con ideas,
sino con palabras:  las palabras son objetos arbitrarios,
como los poemas.  La fuerza del poema no radica
en las palabras que contiene, sino en la forma en que
se relacionan.

Volvamos al cuerpo del poema:


Un cuerpo
es un volumen acotado, que goza
de cualidades que le son propias
y reviste una apariencia estable y
homogénea.

Todos los cuerpos son materia,
materia en estado de tensión:
materia que pasa de un estado a otro.

Hay cuerpos estables e inestables
-la estabilidad absoluta no existe-
Los cuerpos vivos, son inestables
por naturaleza: necesitan el intercambio
continuo para mantener su estabilidad
precaria, su equilibrio aparente.
Constituyen lo que llamamos el orden
sensible.

Hay cuerpos más logrados que otros
-como los poemas-
Cuerpos que pueden producir rechazo ó
atracción ó indiferencia
-como los poemas-
Cuerpos que sólo producen anticuerpos,
acaso la función más alta y necesaria.

VIII


Un hormigueo recorre
el cuerpo del poema que reposa
sobre mi mesa de fórmica
(mientras hormigas van y vienen
por la fórmica de mi mesa de
poemas)

La hormiga: himenóptero aculeiforme
minador, recorre el cuerpo del planeta
desde hace más de 40 millones de años.
Las actuales no se diferencian demasiado
de aquellas, que estaban tan desarrolladas
como nuestras contemporáneas (lo cual
pareciera contradecir la teoría de la
evolución)

La contradicción, como la adicción, son
algo tan humano como los poemas, las
promesas y las mesas.

IX


La mesa, como es bien sabido, es una
de las mayores creaciones humanas,
ya que nos permite diferenciarnos de
todos los otros cuerpos animados
a la hora de dar respuesta a una de
nuestras necesidades primordiales:
incorporar otros cuerpos.
Somos el único animal que se sienta
a la mesa.

Pero lejos de reducirse a esa única
función, la mesa sirve a muchos otros
usos -sería ocioso enumerarlos- así como
para acumular diversos objetos, para
compartir la mesa y para incorporar
conocimiento: otro alimento.
La mesa amplía el horizonte humano y
enriquece la vida desde su noble propiedad
horizontal, permitiendo al usario abandonarse
a la lectura, a la reflexión, a la bebida, a la
contemplación ó bien:  abandonarse...,
abandonarse sin más, ofreciendo un
descanso reparador a sus miembros inferiores
de miembro superior todavía adaptándose a
la condición bípeda.

Es más, la mesa puede ser considerada un medio
de conocimiento interpersonal e incluso de
autoconocimiento, tal como lo testimonia la
sabíduría popular: 'En el juego y en la mesa se
conoce a las personas'.

La relación que entablamos con la mesa -una relación
que nos marcará para el resto de nuestras vidas-
permite, además, un fácil acceso al pensamiento
abstracto, así como a las profundidades de nuestra
condición ontológica, desde el simple hecho
filosófico que pone de manifiesto la naturaleza
dialéctica de esta relación: “La mesa nos sirve,
para servir la mesa”.

X


La mesa, se puede afirmar, sostiene y contiene
en forma simultánea, y además de prestar estos
servicios cumple una función social (como la
propiedad): podemos compartirla en forma
indistinta con familiares, amigos, allegados y
aún con desconocidos.

Compartir es un verbo muy usado entre humanos,
organismos sociales (como las hormigas) que
suelen compartir la mesa.

Cuando el individuo humano decide
abandonar el hogar paterno para armar
otra familia, no lo hace sin tener asegurada
la mesa.

Cuando el individuo humano decide
abandonar el hogar familiar para vivir
solo -ya sea porque aún no armó su propia
familia ó porque ya no tiene expectativas
de hacerlo- el primer artefacto que procura
es una mesa.

(Puedo referir mi caso: cuando consideré que
estaba en condiciones de vivir solo, promediados
los 30 años, una vez conseguido el lugar, dediqué
los pocos ahorros que disponía a la adquisición
de una mesa. Dos ambientes vacíos: carecía de
muebles a excepción de mi biblioteca. Había que
ocupar, y la mesa era elemento central de la
ocupación, lo demás podía esperar, iría llegando
con el tiempo...
Una mesa convierte cualquier lugar en algo
habitable; con ella, además, uno puede recibir
-siempre que haya voluntad uno encontrará donde
sentarse; y en caso contrario, se puede recurrir
al vecino, que no nos va a negar un par de sillas.
Distinto sería pedirle la mesa-
Gasté más de lo razonable en esa mesa: podría
haber comprado una más barata y otros muebles,
pero yo necesitaba una mesa así: firme, segura de
si misma, consistente, resistente...
Quien se siente seguro de su mesa, no tiene nada
que temer, puede aspirar a todo. Es muy sabido
que quienes saben vivir, valoran la buena mesa)

XI
Cualquiera que disponga de una mesa
sabe que puede escribirlo todo:
quien conoce la experiencia de estar
sentado a la mesa, sólo frente al papel
en blanco, no es ajeno a la noción de
libertad que esta situación proporciona
(la libertad, sabemos, genera temor: de
ahí aquello del miedo a la hoja en blanco)
La escritura es un acto de fe, se cree...
Sólo la fe puede enfrentar ese vacío.

Pero de poco puede servir la fe si no
tenemos una mesa; ésta es condición
anterior, sin la cual no podríamos profesar
ninguna clase de fe capaz de superar ese
vacío que nos observa desde la hoja.

Tampoco hay que esperarlo todo de la
mesa, lo cual constituiría la consabida
actitud mesiánica.

Cualquiera que disponga de una mesa
puede escribirlo todo. Algunos de los
mejores poemas pueden haber surgido de
mesas como ésta, ó aún más humildes...
Hay muchas mesas
y hay muchos poemas: puede haber
tantos poemas como mesas (y acaso más,
si consideramos que de una sola mesa
pueden surgir muchos poemas... -aunque
para ser justos en nuestra especulación
habría que considerar también la cantidad
de mesas poéticamente ociosas-)

Es dable suponer, que entre tantos poemas,
tantas mesas, tanto poeta trasnochado, poeta
fracasado, poeta ocasional, accidental ó poeta
de sobremesa, alguno habrá intentado cometer
un poema sobre la mesa....

Sin ir más lejos, aquí en mi mesa está éste:
“La mesa, tratado poeti-lógico”

Continuará..?




miércoles, 25 de diciembre de 2013

El hongo


(Tomás Mercante)


I


El hombre elonga
El hongo no elonga

No sólo el hombre elonga,
pero bien puede el hombre
elongar estando solo:

La elongación es un hecho
individual
que puede compartirse
-como el sexo-

No hay certeza de que elongar
mejore el rendimiento sexual
ó prolongue su duración.

Hay quien elonga
y quien no elonga

La elongación, restablece la
capacidad elástica de la fibra
muscular.

La elongación distiende y relaja
los tejidos, librándonos de tensiones
indeseables.

(Hay tensiones deseables e indeseables,
 pero el deseo es tensión)

II

Elongar prolonga la vida útil
de los músculos (los músculos son
útiles para la acción y la sustentación,
para estar bien afirmado y para mantener
la posición de firmes)

El tiempo que se pierde al elongar
-tiempo de vida útil que se pierde para la
producción de utilidades- no se pierde:
es inversión a futuro.

La elongación es una acción beneficiosa
para casi todo el mundo -hay que evitar la
arbitrariedad de las generalizaciones-, que
está al alcance de todos: no requiere ninguna
inversión, a excepción del tiempo -casi todas
las inversiones necesitan tiempo-

El tiempo a destinar, está relacionado en
proporción directa al trabajo erogado por cada
grupo muscular. (Luego, aquellos que no
estuvieron afectados a ningún trabajo, estarán
libres de la necesidad de elongar -contradiciendo
la conocida máxima: El trabajo nos hará
libres-)


III

El hombre elonga,
el hongo no elonga

El futuro del hombre es incierto,
el del hongo no, aunque no elongue.

El hombre puede hombrear:
bolsas, bultos y pesares...

El hongo no honguea ni hombrea:
su condición efímera -así como
la falta de movilidad propia- lo eximen
de tal necesidad.

El hongo es una criatura extraña
Hay quienes sostienen que tiene
un origen extraterrestre.

El hombre es una criatura extraña
Hay quienes sostienen que tiene
un origen extraterrestre.

Hay hongos, que el hombre considera
alimento, y hay hongos que consideran
alimento al hombre.

IV

Hongos y humanos -hombres y hembras-
compartimos el mundo con otras criaturas,
especies que elongan y que no elongan,
La naturaleza de los hongos es variada:
-como la de los hombres-  hay hongos
grandes y pequeños.
Los hay que alcanzan un desarrollo saludable
como huéspedes del hombre, pero éste ha
desarrollado fungicidas para combatirlos
-el fungicidio no es punible para la ley humana-

El hombre es una especie apta para el combate:
en su pequeña historia nunca ha dejado de
combatir, con una determinación y voluntad
dignas de mejores causas, convencido de que
la vida es sinónimo de lucha, se ha mostrado
impiadoso en el combate contra toda forma
de vida, sin excluir la propia.


V

Se puede permanecer y transcurrir
sin elongar  -el hongo no elonga-, y se
puede elongar hasta el cansancio
-elongar cansa-

Quienes dependen mucho de sus
músculos, reconocen los beneficios de
la elongación (“He elongado mucho,
me he cansado poco” dijo un poeta
popular) y hacen de esta práctica un
hábito (con el riesgo inherente a todos
los hábitos: convertirse en vicio)

Así, hay quienes dedican la mayor parte
de su vida útil a la elongación:

En este punto, hay que extremar los cuidados:
si bien la elongación puede mejorar la calidad
de vida, nunca es un fin en sí misma:
No es lo mismo elongar para vivir
que vivir para elongar.

Es sabido que un cuerpo humano promedio
contiene demasiados músculos y neuronas
-la mayoría ociosos-
Si se cobra conciencia y se pretende dar un
tratamiento equitativo a cada uno de ellos, se
corre el riesgo de incurrir en el despropósito y
en la desmesura. Hay que ser cauto, no excederse
ni aún con los hábitos que se suponen saludables:
siempre se debe observar una medida,
porque no es lo mismo que vivir,
elongar la vida.










viernes, 20 de diciembre de 2013

Un texto de Dudamel Rambler


Peripatético    (de Poemas Dudosos)




Hay que dar para recibir,
dicen.
Yo
no diría,
pero el que calla, otorga,
dicen,
y otorgar es dar
Yo no diría ni daría:
Yo dudaría,
antes de dar

¿qué dar? ¿qué recibir?

¿qué esperar de estos verbos, de su
constante propensión
a la interacción?
¿qué esperar de las interacciones?
¿qué, de las direcciones que cambian de sentido?
¿qué: de las funciones intercambiables,
de las relaciones de intercambio?

¿Qué esperar de los verbos heredados?

Todos los verbos, dados y recibidos, representan
acciones, como esperar, aspirar u olvidar...
dar.., dudar...

(Yo dudaría)

Este mundo contiene todo lo que necesitamos,
contiene las respuestas a todas nuestras necesidades,
¿o no?

No tenemos esta respuesta: no tenemos todas
las respuestas 

 (pero tenemos los verbos necesarios,
podemos agregar: hay verbos copulativos y hasta tenemos
verbos auxiliares -auxiliar no es un verbo auxiliar-)

Contamos con el auxilio de la filosofía, pero ella
no da respuestas, sólo genera otras preguntas,
como el arte.

La ciencia produce respuestas
que responden a intereses dudosos -todos lo son,
aún los sanos-

(Esto me lleva a dudar, en cuanto a las respuestas:
¿son todas interesadas, menos las innecesarias?)


Dudar es un verbo sustentable: permite mantener
la tensión mientras se busca otra respuesta...


(Ante la duda, es dable emitir respuestas dudosas
y sostener afirmaciones imprecisas: la inutilidad
no tiene precio)

Respuesta:


(La vida, puede entenderse como una continua
necesidad de dar respuestas, -toda necesidad pide
respuesta- cuyo resultado final se verifica en la
cantidad de respuestas obtenidas, y la calidad estaría
dada por el número de respuestas correctas).

Hay dudas legítimas e ilegítimas.
Hay respuestas correctas e incorrectas.

Hay que dudar para recibir,
hay que dar crédito a la duda dada: la duda
es siempre una respuesta válida.
Dudar y dar, como se debe
Dar respuesta dar
cóncava ó convexa
dar
como se dan las leyes
como se dan los días,
los diagnósticos
inciertos, reservados
ó dudosos
dar
como los dados
dar
respuestas al azar
como se dan ofrendas,
como se dan prebendas,
como los verbos naturales
como dar, anidar, quedar, hospedar,
defraudar y dudar

dudar:

-ampararse en el beneficio de la duda-

la duda:

Aristóteles postulaba su condición superior:
“Afirmar ó negar es de necios e ignorantes,
dudar y reflexionar es de sabios”

Aristóteles tenía sus aristas:
Juraba que la función del cerebro
era evitar que el cuerpo se recalentara.

Quien duda no jura.

                                        D.R.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Nuevas versiones superables II


(Vicente Narioh)



La escritura nos sirve,
sirvámosle.

Escribir es pensar: sólo escribo
lo que pienso -si lo pienso más
no lo escribo-

Hay que ser cuidadoso
con lo que se pìensa -no dejo de
pensar: No hay que escribir todo
lo que se piensa-

Descartar, escribir es descartar,
seleccionar. La conciencia selectiva
se debe ejercitar en forma permanente.

La selección y el descarte, constituyen
la mayor parte del oficio de escribir
-descartar más de lo que se escribe
es la condición no escrita del acto poético-

Las obras perdurables son el resultado
de una minuciosa selección, trabajo que
sólo puede ejecutar una muy desarrollada
conciencia selectiva (la propia conciencia
es producto de la selección natural)

Pero tan necesarias son las obras perdurables
como las otras: las perecederas, las soslayables
y las efímeras. Hay un crecimiento sostenido
de la demanda de productos descartables.

La escritura nos sirve, más allá de lo que seamos
capaces de hacer con ella.

Algunos escriben lo que otros descartan,
y hay quienes abrevan en lo que otros escribieron,
para producir obras descartables.

Nadie puede prescindir
de lo que escribieron otros, nadie puede
prescindir del otro: se escribe por otros
y se escribe para otros.

'El plagio es el punto de partida de la actividad
creadora en el arte nuevo'


(Esta frase no me pertenece -como tampoco otras-
 Es de otro,  pero el plagio no es nuevo)

El otro, es la única condición necesaria para escribir,
necesitamos a otros, recién entonces puede haber otras
necesidades.

“Yo soy un otro” dijo el poeta francés que no
envejece, y tan temprano puso fin a su producción
poética abandonando su patria en busca de aventuras.

“La patria es el otro” dijo una presidenta del Cono Sur
-acaso en un intento de reafirmar esa búsqueda de
identidad que los pueblos se empeñan en no abandonar,
a pesar del desarrollo desigual y los modelos inclusivos
que insisten en incluir la desigualdad-

No sabemos quién es el otro.
Sí sabemos, es distinto, es un extraño -y todo extraño
puede encubrir a un enemigo-

“Yo soy uno de nosotros”, había dicho 40 años antes otro
presidente del mismo signo, en el mismo lugar, a la vuelta
de su largo exilio, para diferenciarse de todos aquellos que
esperaban otra cosa (un cambio de signo).


La escritura nos sirve,
sirvámosle.

Algunos escriben por necesidad,
otros por casualidad y otros
por descarte.

También están aquellos a quienes
la escritura les sirve para poder
ser otros.

Y hay los que no saben por qué
escriben: escriben para saber.

Escribir, suele ser una actividad solitaria,
un hecho individual, pero necesita la
existencia de otros.

Todo lo que alguien puede escribir
guarda relación con lo que escribieron
y escriben otros. También con los otros
que no escriben: todos los otros, son
potenciales lectores (es difícil para el
que escribe tener un juicio ó valoración
objetiva de su producción si sólo cuenta
con la opinión propia)

Es conocida la caracterización que Arlt hacía
de aquellos escritores que quería denostar:
“A ese no lo lee ni su familia”

Más que elocuente, la intención descalificadora,
pero sin pretender cuestionar la eficacia de la
sentencia, ni los recursos retóricos de su emisor,
me permito discrepar, en el nombre de todos aquellos
que persistimos en la producción de obras que no son
objeto de lectura familiar...

¿Acaso se debería confiar en el juicio de personas
ligadas emocional ó afectivamente a uno?
¿Puede esperarse una valoración objetiva ó un juicio
ecuánime desde el propio núcleo familiar?
¿Hay algún sustento para creer en la insitución familiar
-conservadora por naturaleza- como ente de califiación
ó autoridad de aplicación para el juicio de una obra
literaria?
¿Hay que creer en la familia, la tradición, la propiedad?

¿Qué relación hay entre familia y sujeto escritor?

Es bien sabido que la familia suele tolerar esta inclinación
-adicción- de uno de sus miembros, como una enfermedad
ó una pequeña desgracia -un problema con el que hay que
acostumbrarse a convivir- salvo en el caso en que todos
puedan vivir de ello, lo que no ocurre casi nunca.

Suele ocurrir, incluso, que la familia perciba este hecho
como una 'traición': toda familia tiene sus 'secretos',
-mantenerlos hace a la preservación de esa extraña unidad
que llamamos familia- y los escritores, se sabe, no son gente
pudorosa.

(Mientras escribo ésto no puedo dejar de pensar en Gregorio
Samsa).

En algunos casos, hay familiares que pueden mostrarse más
comprensivos ó indulgentes con el portador -sano ó enfermo-
pero siempre emitirán opiniones subjetivas y juicios opinables.

En cualquier caso, lo mejor que puede ocurrirle al que escribe
es que su lector no sepa nada de él, que no lo conozca, ni
conozca sus datos personales, ni su historia, ni su rostro.




sábado, 30 de noviembre de 2013

Nuevas Versiones Superables


(Vicente Narioh)



La escritura nos sirve
-sirvámonos-

Las propiedades de la escritura,
gozan.

Podemos extendernos ó explayarnos
-contemplemos el goce de la propiedad
que se desliza: podemos observar y
registrar esa expansión; podemos
expandir este registro.

La escritura: Podemos detenernos
en las propiedades del goce -el fin
último de toda propiedad es el goce-
y podemos extendernos sobre el goce
de las propiedades de lo que no puede
ser dicho.

Podemos avanzar sobre dichas
propiedades incorporando otras voces,
otros goces,
tan ajenos como impropios.

Lo apropiado: servirse .
La escritura ajena aumenta el potencial
propio (a mayor cantidad -y/o calidad-
de escritura ajena incorporada -apropiada-
mayores posibilidades de escribir con propiedad)

Lo dicho: gozar, es una propiedad de la
materia. Apropiarse, puede servir para gozar.

Gozar sirve, siempre que haya vocación
(vocaciones hay tantas...)   para dejar de
desear:  hay vocaciones que dejan que desear...

El goce, en sí mismo, no sirve para nada:
no es un medio, sino un fin.

Hay un goce material
y otro goce que no se materializa.
Hay un goce individual
y un goce funcional
al orden natural.

Y otros goces
que se desconocen -como el goce
del Otro-

Otros escriben sin gozar,
por pura vocación de servicio

(Las vocaciones son dos, a saber:
vocación de mando
y vocación de servicio)

-Sirvámonos- 



domingo, 10 de noviembre de 2013

estado y noción


(Carlos Inquilino,    Poemas Provisorios)



Pierdo la noción
pero mantengo la conciencia:
el mundo se divide,
como la vida:
formas conscientes e inconscientes

Podemos dividir: hay grados
de conciencia, aún en un mismo
individuo.

Hay estados y nociones,
conocemos: hay nociones que no
conoceremos.

El estado de bienestar
es siempre transitorio -como los
estados de conciencia-

La noción de estado, sólo es
posible y concebible en conciencias
muy desarrolladas.

La estabilidad es condición
para el desarrollo, podemos
desarrollar, podemos dividir.

El desarrollo nos divide:
Hay estados más y menos
desarrollados.
Hay defensores y enemigos
del estado.
Está el Estado sólido, el líquido,
el gaseoso y el Estado Mayor,
así como el estado ausente y
el estado avanzado.

Hay diversos estados de conciencia:
La conciencia elevada no es un estado
común de la conciencia ni constituye
una aspiración popular.

No hace falta tener demasiada
conciencia de todo; nos alcanza con
algunas nociones, con algunas palabras:

La conciencia es lenguaje, dijo un
filósofo alemán -los filósofos son pura
conciencia, pero los alemanes
nos hacen más humanos-

Pierdo la conciencia
pero mantengo la noción:
“La conciencia es lenguaje”

La plena conciencia, se alcanza
conociendo todos los lenguajes,
todas las fuentes

(Pero la fuente de nuestra conciencia
es inaccesible a nuestra conciencia,
dijo otro filósofo alemán)



miércoles, 6 de noviembre de 2013

Puntos de vista


(Poemas de Vicente Narioh)



Tener un punto de vista es aceptable,
aunque no necesario.

La necesidad de aceptación cambia
nuestros puntos de vista, hay
que aceptar: hay puntos de vista
inaceptables.

Tener uno aceptable, promueve
adhesiones : se puede compartir,
se puede coincidir ó no, ó se
puede aceptar sin compartir.

Tener distintos puntos de vista
es ir más lejos, sólo una naturaleza
superior llega a ese punto.

“El más alto punto de un ser es, pues,
también el más alejado, es decir, el
más imprevisto de sí mismo”

Alcanzar el grado máximo
de conciencia, es volver a ser ajeno
a todo sentido de pertenencia, un
punto externo: intemperie donde no
se llega desde ningún punto de vista.

No hay naturaleza, no hay disputa
ni verdad que prolifere en ese punto,
que sólo puede ser citado:

Se recogen citas, voces cuyas fuentes
omitimos, citas de otras citas
que pueden frecuentarse, compartirse
ó aceptarse.

Hay visiones, divisiones, hay
puntos de vista:
Hay ganadores y perdedores, hay
subdivisiones y distintos grados
de eficacia metafórica: hacer la vista
gorda ó citar al ojo del amo engordando
al ganado..., las citas, suelen obedecer
al lugar que ocupa el citante
entre los puntos de vista,
entre la ganancia y la pérdida,
entre el interés y la necesidad...

Los puntos de vista
siempre responden a necesidades
interesadas,  y todas las necesidades
son interesadas:  los intereses son
inseparables.

Hay otras visiones,
hay divisiones y subdivisiones.

Hay puntos de vista, 
podemos citar y recitar
hasta el hartazgo
Ahora vuelvo al poeta
en esta cita:

“todo punto de vista es falso”


jueves, 31 de octubre de 2013

Inestabilidad


(Poemas de Teodoro Losper)



Importantes inversiones:
Buscan gas en el mar

Nuevas inversiones
se buscan
Inversiones nuevas
se necesitan

Necesitamos sumar
Importamos inversiones

Pasamos de un estado a otro:
no estamos conformes
con nuestro estado

Somos mayormente inestables
(la inestabilidad emocional es
un estado natural para cualquier
mortal en la época actual)

Tenemos buenas ideas
que no se desarrollan
por falta de inversión

(Tengo una idea de la estabilidad
pero no puedo desarrollarla
por mi condición inestable por
falta de inversión)


Tengo ideas inestables:
¿debería invertir?
¿atraer inversiones?

Sabemos poco: lo indispensable
para no necesitar saber más
Sabemos que el futuro está
en la inversión

(hoy el futuro es de los que invierten
pero esta condición puede invertirse 
en el futuro)

Un estado sólido,
es todo lo que necesitamos
Un estado sólido,
siempre es objeto de inversiones

Las inversiones consolidan
el desarrollo de la estabilidad:

Somos mayormente inestables:
pasamos de un estado a otro

Somos mayormente líquidos
(más del 70%) pero producimos
emisiones líquidas, sólidas y
gaseosas.

Producimos más de lo que
necesitamos: necesitamos
más inversiones

“Todo lo sólido se desvanece
en el aire”

Necesitamos licuar el pasivo
social, el pasivo histórico, el
pasivo ambiental, el pasivo ético,
el pasivo epistemológico

(Buscar gas en el mar,
buscar agua debajo de la tierra,
buscar argumentos sólidos ó
buscar alimento en la basura,
son quehaceres humanos,
inversiones seguras) 


lunes, 21 de octubre de 2013

Poemas de Senecio Losermann


Texto rico



De un texto rico, derivan otros textos,
otras riquezas, otras derivaciones...
¿A medida que se deriva se degrada
la riqueza, se degrada la textura?
¿La riqueza es algo que debe degradarse,
para distribuirse? ¿Se distribuye por
degradación ó se degrada por distribución?

Hay redes, para que todo se redistribuya
según la necesidad.
Las redes sirven para contener, conectar,
abastecer, atrapar, comunicar, capturar,
enredar, cubrir, descubrir ó redescubrir:
Un texto rico produce otros textos:
La riqueza, sólo puede producir más riqueza.

Un texto rico en exceso puede producir
otros efectos, a veces excesivos, como el
exceso de interpretaciones: una realidad,
la realidad admite interpretaciones.

Un texto rico en exceso
es difícil de metabolizar.

El exceso de riqueza puede precipitar
en ocio ó en pereza.

Muchos textos derivan del ocio.
El ocio no deriva, es un estado puro.
El estado de pureza no puede producirse:
Purificar, extraer impurezas de un objeto
ó un sujeto, no los devuelven a su estado
puro (si se extraen en su totalidad las
impurezas, no queda nada del sujeto: Su
pura ausencia. La ausencia excesiva no es
una forma de pureza; cualquier objeto
reducido a su máxima pureza es sólo forma,
pura forma) Las formas puras son siempre
provisorias y nunca se reconocen en sujetos.

Un sujeto es una forma siempre provisoria,
como la riqueza, podemos derivar: los
excesos suelen ser peligrosos, un texto
rico es algo peligroso. 


jueves, 10 de octubre de 2013

El hábito

(Por Pascual Rambler)

                       
                   "La vida no es más que un tejido
                     de hábitos"  Amiel

                   "No hay nada más fuerte que el
                     hábito"   Ovidio



El espectro de los hábitos es amplio,
pero su origen suele ser confuso ó azaroso
aunque muchos insisten en relacionarlos
con las sofisticadas formas en que el sujeto
humano busca relacionarse con el placer,
que es el objeto último así como el único
sentido conocido de la vida.

Los hay saludables, inocuos y nocivos,
conscientes e inconscientes, simples y
compuestos, aceptados y rechazados por
la opinión pública, conocidos y desconocidos.

La calificación impuesta desde distintos
órdenes establecidos que divide los hábitos
en buenos y malos reviste siempre un carácter
subjetivo, por lo que debe desecharse en
cualquier indagación que se pretenda seria u objetiva.

Los hábitos, tanto los buenos como los malos,
organizan la vida automatizando todo un sistema
de respuestas a necesidades conscientes ó no,
brindando previsibilidad por medio de sutiles
mecanismos de repetición que se tornan
costumbres.

Algunos le asignan un valor superior: si los
hábitos organizan la vida, y si se pudiera llevar
al extremo esta premisa, una vida completamente
organizada en hábitos resultaría en la perfecta
repetición de todo; el movimiento circular -el
más perfecto-, la liberación de la esclavitud del
tiempo...y la superación del temor a la muerte
merced a la desarticulación de la idea inaceptable
de nuestra condición finita.

(Quienes sostienen este argumento, entienden que
en él se basa la significación profunda de aquella
famosa sentencia del General Perón: “Sólo la
organización vence al tiempo”)

Es común, desarrollar hábitos incluso dentro de
otros hábitos: Hay hábitos cuya consumación sólo
sirve como condición para el cumplimiento de otros.

A menudo somos objeto de hábitos de los cuales no
tenemos conciencia (la falta de conciencia es un hábito
muy difundido)

Cultivar un hábito es sencillo, siempre y cuando se pueda
disponer de las condiciones necesarias (a veces, el hábito
debe adaptarse a condiciones desfavorables para sobrevivir)
Hay hábitos que pueden ser sustituídos por otros, acaso
menos nocivos ó más sustentables (Hay quienes afirman
que, en realidad, todo hábito es en sí mismo una sustitución)

Los hábitos se obtienen a través de la repetición (repetir lo
conocido: repetir es conocer):  Un repertorio de acciones que
se repiten en el tiempo a una frecuencia periódica, hasta la
automatización.

El hábito es una experiencia que se repite, con una frecuencia
determinada; pero no toda experiencia repetitiva se constituye
en hábito. Debe haber una finalidad, real ó ilusoria, ó una
sensación asociada al placer.

Los hábitos organizan la vida de los sujetos animados, se dice.
La organización es una necesidad de organismos desarrollados:
Hay una relación directamente proporcional entre el desarrollo
y la organización; somos materia altamente organizada que no
puede dejar de desarrollarse.

Siempre se está en condiciones de incorporar nuevos hábitos.
Incorporar es un hábito automático de todo organismo vivo
con alguna pretensión  -todos pretendemos incorporar algo-

(Incorporar es introducir algo en un cuerpo: por ejemplo, otro
cuerpo -algo muy común en la naturaleza, y que obedece al
principio biológico del metabolismo: todo organismo tiene la
función de metabolizar a otros para sostener la continuidad de
sus propias funciones-) 

La vida puede entenderse como una continuidad que se
organiza en la repetición de hábitos adquiridos y en la
incorporación de otros.

(La incorporación de nuevos hábitos, enriquece la vida
del sujeto, permitiéndole superar la condición de mero
repetidor automatizado)




viernes, 27 de septiembre de 2013

Excesos verbales


(Tomás Mercante)



-Escribir es humano, leemos.
-Leer también...
-Pero para poder leer, primero hay que escribir...
-Nadie escribiría nada si no contemplara la
posibilidad de ser leído. Leer, es más humano:
hay quienes leen pero no escriben...
-También lo inverso: yo escribo pero no leo.
-¿Por qué no lee? ¿No sabe?
-Sí, pero creo haber agotado mi vida útil como
lector, y la escritura no me deja tiempo para leer:
debo leer y releer lo que escribo, leer y corregir,
algo fatigoso.
-Pero para escribir, primero hay que leer...
-Sí, hay que haber leído. Acaso nunca leeremos
lo suficiente...
-Eso parece más humano, reconocer la insuficiencia,
lo limitado de la condición humana; un buen punto
de partida, en principio...
-En principio no sabemos qué es lo humano, qué es
lo que nos define como humanos: ¿la inteligencia?
¿la memoria? ¿la conciencia? ¿la inversión?
¿la violencia? ¿el lenguaje?
-En un principio fue el verbo, después vinieron los
adverbios, sustantivos, conjunciones, etc.
-No creo: me inclino a creer que lo primero fue
el adjetivo posesivo.
-Sin verbo no hay sujeto; el sujeto no es nada sin el
verbo: sin verbo no hay acción y sin acción no hay
vida.
-Hay buenas y malas acciones, acciones propias e
impropias, útiles e innecesarias, pero la acción que
mejor expresa lo humano es la búsqueda de sentido,
ó bien su producción, y entre los sentidos conocidos,
el más necesario y útil es el sentido de propiedad, el
cual no puede sostenerse sin el adjetivo posesivo.


lunes, 16 de septiembre de 2013

No a la unidad


(Vicente Narioh, en "Textos parasitarios")




Es difícil hablar desde un pensamiento propio.
Es difícil hablar de un pensamiento propio, autónomo,
sin relación ni dependencia con otros pensamientos
existentes.
Es difícil sostener la existencia de un pensamiento
soberano, autónomo, que no abreve en otros ni
se reconozca tributario de alguna vertiente de los
pensamientos circulantes en una época y un lugar
determinados.

Es difícil hablar de unidad, en una comunidad
surcada por distintos pensamientos que buscan
imponerse.

Las comunidades sostienen su existencia
en la noción de unidad, una expresión imprecisa
(la unidad de las nociones es tan arbitraria como
sospechosa)

No es posible la voluntad de unidad entre individuos
con intereses distintos, capacidades diferentes,
aspiraciones disímiles -a menudo encontradas- y que
se relacionan entre sí a través de la competencia.

La cantidad, el número, hace a la diversidad así como
opone y reproduce diferencias.

Siempre es difícil mantener la unidad -aún en la
irreductible soledad del individuo-, tanto como mantener
diferencias: Hay un costo.

Algunos prefieren ocultar sus diferencias, ó limarlas ó
lisamente suprimirlas...
Otros las exhiben con orgullo, las esgrimen como armas
ó las enarbolan como estandarte.

Se puede discrepar:
Hay diferencias en cuanto a si la diferenciación debe ser
motivo de orgullo ó no; hay opiniones dividas.
Yo difiero: que cada cual ponga su orgullo donde quiera
ó donde pueda; me es indiferente -mantengo diferencias
internas-

No confío en la unidad, así como descreo de los movimientos
uniformes.
La pretensión de unidad suele conducir al equívoco y su búsqueda
encubrir contradicciones.
No me siento atraído por las fórmulas que expresan el deseo ó
la necesidad de unir, unificar ó uniformar, ni por los discursos
políticos que insisten, para parecer correctos, en recurrentes
convocatorias a la unidad.
No creo en la vocación de unidad ni en la vocación de servicio.
No creo en la vocación: no creo en la unidad.
La idea de unidad presupone renunciar a las diferencias
en pos de la cohesión y en virtud de lo homogéneo.

La unidad, sabemos, en cualquiera de sus formas, es
siempre un estado provisorio y una expresión aparente.

La unidad, como manifestación ó aspiración social, abreva
en el concepto de igualdad, y la igualdad no es más que
una forma de sometimiento a la repetición, quizá la peor.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Poemas dudosos y textos parasitarios


Consistencias   (Vicente Narioh)




La consistencia dudosa,
deseada u obtenida a partir
de sedimentos naturales
y funciones residuales, no
desciende del deseo de hacer, ni
es hija de deseos descendentes

No todo consiste en saber interpretar,
se cree: la realidad  -deseada ó no-
admite siempre otra lectura, incluso
otras, pero es preciso superar
las lecturas obligatorias


No todo consiste en obtener
ni toda consistencia es susceptible
de ser obtenida ni calificada como tal
mientras no se despejen las dudas
naturales

La consistencia deseada
no se obtiene por decantación de
fluídos deseables ni por concentración
de deseos en una solución de continuidad


Un deseo que no puede sostenerse
en el tiempo, nunca llega a destino

Copio:
Hay copiosas muestras de destinos cuya
consistencia parece reducirse a las diversas
formas del acopio
Hay quienes coleccionan dudas
y quienes defeccionan y atesoran restos
de deseos de otros e intentan la reproducción
de algún destino ajeno

Algunos tienen dudas respecto del destino:
buscan un sentido en la repetición ó en la inversión
(que es una forma de repetición)

Otros no dudan, y creen en la necesidad
de llegar a destino a cualquier precio
(Llegar a destino es una metáfora, usada por
quienes llegan, tanto como por quienes no llegan)

Llegar a destino, llegar a buen puerto...
son metáforas. No sé si hay buenos puertos:
hay metas que se reconocen aptas
para el consumo humano,
hay metáforas.


domingo, 1 de septiembre de 2013

Elecciones libres

"Diálogos encontrados" de Robert O. Jara



-Alá es grande...
-Allá es Dios...
-No, allá es un adverbio de lugar.
-Dios está en todas partes, todos los lugares,
y todos los adverbios... Todo lo que vemos
y percibimos es emanación divina, es parte
de la voluntad de Dios. Todo el tiempo está
Dios en todas partes.
-Pero Alá es grande...
-Mejor es ser objetivo.
-No se puede ser objetivo. Los objetivos cambian
más rápido que las necesidades. No hay necesidad
de ser objetivo. El objetivo de toda necesidad es
el cumplimiento de mandatos biológicos, y entre
éstos no figura la objetividad.
-Vea, no conozco las cualidades ni los poderes de su
dios, pero el mío es omnipresente, omnisciente,
omnipotente...
-Omnívoro...
-Bueno, cuando hubo que comer prefirió panes y
peces (tal vez por resultarle más sencilla su multipli-
cación), pero no proscribió ningún tipo de carne,
aunque El, como sabemos, está por encima de las
necesidades de la carne: carece de metabolismo.
-Alguna carencia tenía que tener...
-No, no tiene necesidades materiales, es puro
espíritu, libre de los condicionamientos de la
existencia material, espíritu puro: todas sus emisiones
están libres de impurezas.
-Entonces, no nos creó a su imagen semejanza, podemos
razonar...
-No, no podemos razonar así, El es fuente de toda razón
y justicia.
-¿Justicia? Tengo mis dudas, tanto de la humana como
de la divina.
-Dios es amor...
-Amor selectivo, para el pueblo elegido...
-Bueno.., hay mucha confusión al respecto.
-Sí, muchos dioses y demasiadas dudas en cuanto a la
capacidad electiva de esas deidades... Hay orígenes
dudosos, versiones encontradas, opiniones divididas...
Distintas comunidades se atribuyen la condición de
“pueblo elegido” pero son muchos más los que todavía
se preguntan por qué perdieron esa elección...
-Menos averigua Dios y perdona.



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