sábado, 16 de abril de 2022

El lince y el lince

 

(Asensio Escalante)

 

Ya senil, el lince

permanece lince.


Luce altivo, los años no mermaron

su arrogancia, su prestancia ni el

respeto de sus pares.


La juventud se pierde a una velocidad,

como la vida y el deseo. La dignidad

no se resigna a abandonar el cuerpo,

aunque pierda algunas prestaciones.


(Un cuerpo es sólo forma, movimiento,

errancia y sujeción a un ritmo. No hay

ninguno más o menos digno, todos

llevan a la muerte)


Todavía puede lanzarse y alcanzar

su presa: Mientras haya una presa

la carrera del lince no se acaba (como

la del lector que salta de un lado a otro

y vuelve a leer a Céline para viajar, ya

viejo al fin de la noche)


Todavía puede lanzarse y alcanzar

su presa como Dios manda, su instinto

lo sabe.


Cuando no pueda, perecerá de hambre

u otra causa natural. La dignidad lo seguirá

hasta ahí, innegociable, hasta que no haya

nada que negociar.


Un lince joven se le acerca, lo observa

con respeto; no lo envidia pero sabe:

siempre hay algo que aprender ante el

espejo, el agua, el tiempo acumulado

y consumido.


(El otro piensa en silencio:

Puedo explicarte el compás

pero no seguirte el ritmo)


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Licencia Creative Commons
http/:Demolicionyobranueva.blogspot.com por José Luis Greco se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en Demolicionyobranueva.blogspot.com.
Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden encontrarse en Demolicionyobranueva.blogspot.com.