(Luis Espejo)
No todo es blanco o negro,
hay claroscuros.
La diferencia
entre iniciados y aprendices
está en saber distinguir los matices.
Hay claroscuros:
Los grises son los tonos más seguros.
La pasión por lo gris
ayuda a superar orígenes impuros.
II
Un cuerpo desnudo, emite más sentidos
de lo que puede percibir: La desnudez,
aunque deseada, ofrece más reparos que
certezas.
Nadie está seguro desnudo, aunque esté solo.
Nadie se desnuda nunca del todo, conocemos
límites.
Los límites no suelen desnudarse.
El nudismo, es una práctica aceptada
restringida a ciertos ámbitos donde todos
comparten su desnudez con todos.
Pero hubo un tiempo en que estar desnudo
era parte de la normalidad.
¿Cuándo nació la normalidad?
Hay quien sostiene que la diferenciación con
los otros animales, comenzó al cubrir nuestros
cuerpos (lo que luego se incorporó como algo
natural).
Ningún animal haría eso, no se avergüenzan
de lo que son. Tal vez por ello, no pudieron
desarrollar la fantasía: no necesitan imaginar
la desnudez de los cuerpos deseados.
Son incapaces de cultivar el voyeurismo,
el exhibicionismo; no conocen el poder de
la imaginación ni el sentido de la palabra
perversión.
Los claroscuros de la pasión les son ajenos.
No se apasionan, se reducen a obedecer
instintos.
La pasión por el gris
ayuda a olvidar orígenes obscuros.
III
Yo podría andar desnudo,
pensó el Rey. Desde mi autoridad absoluta,
incontestable y reconocida como emanación
divina, pero podría perder autoridad…
Podría, sin más, abolir la ropa, decretar su
prohibición e imponer las penas más severas.
Todo el mundo desnudo como yo…
Pero no, eso me haría igual a cualquiera,
hasta a las bestias y esclavos. No, nunca
permitiría eso, mi poder tendría los días
contados…
Salvo que la prohibición no me alcanzara
a mi… Aunque me sentiría algo ridículo,
podría extender la excepción a la familia
Real, a la Corte y a aquellos súbditos que
me cayeran en gracia…
Y claro, como es natural, elegiría los cuerpos
más perfectos para incorporarlos a la Corte,
a mi servicio: se desnudarían sólo para mi…
Sí, eso me satisface, pero no del todo:
Yo quería andar desnudo...
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