(Tomás Mercante)
No se puede meter todo
en la misma bolsa, aconsejaba
un reciclador urbano a un agente
de bolsa.
El consejo fue escuchado
por el hombre de la bolsa
que interrumpió su trabajo
cotidiano para invertir en otras
bosas.
Acá hay gato encerrado,
sospechó la bolsa de valores
en medio de especulaciones
y trascendidos que agitaban
los mercados.
Alguien aprovechó la oportunidad
y embolsó un conejo salido de una
galera, como todos los conejos.
Las galeras tienen esas cosas, es lo
que las diferencia de cualquier bolsa;
Se puede sacar de todo de una bolsa,
sin ninguna magia.
Aunque en el fondo, nadie sabe
qué hay en el fondo de la bolsa,
salvo que esté desfondada.
Fuera de eso, cualquier bolsa puede
contener cualquier cosa, inclusive
otras bolsas.
Y todas poseen una utilidad residual,
como bolsa de residuos.
Pero es mejor separar, no poner todo
en la misma bolsa y colaborar con los
recicladores, recolectores de bolsas.
Los corredores de bolsa tienen
una vida agitada, como los mercados:
Hay que saber moverse y aprovechar
esos vaivenes que fluctúan.
En el riesgo está la aventura,
los mueve la pasión, como a todo
el mundo, incluído el hombre de
la bolsa.
¿Qué sería de este mundo, sin pasiones
y sin bolsas, y sin nada que desembolsar?
La carrera de la pasión no tiene fin.
Hasta en una carrera de embolsados
hay un ganador: Es justo y necesario
que todos pierdan para que haya un
ganador.
Es lo que hay que valorar
¿No es apasionante?
Sí, también hay otras pasiones,
todo tiene su valor: Vos también
podrías ser un ganador.
Los valores cambian, se renuevan,
no tenemos siempre el mismo valor
de cambio.
Hasta una bolsa de gatos tiene su
valor. Todo depende de la demanda.
Sólo la bolsa es soberana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario