(Amílcar Ámbanos)
Estaba bastante motivado
para escribir el poema.
No tenía ningún motivo,
tampoco alguna idea
desarrollable.
Pero no tenía ningún motivo,
tampoco, para no hacerlo,
motivado como estaba.
No creo en la inspiración,
sino en el trabajo,
pero la motivación la tengo
bastante trabajada.
No estaba solo, siempre tengo
presentes las palabras de mi
asesor motivacional:
Nadie está solo, si no tiene
un buen motivo para estarlo.
Cuando estás suficientemente
motivado, podés hacer cualquier
cosa sin necesitar a nadie.
No importa que nadie necesite
este poema, él sí me necesita:
Sin mi no sería nada.
¿Qué importa la falta de motivo?
¿Cuántas cosas pasan o existen
sin ninguno?
El poema está en todo su derecho,
no pienso desaprovechar la ocasión;
motivación no falta y tengo motivos
para estar motivado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario